borrador

Abril de 2017

-Lena, despierta, tienes que hacerlo, tienes que creerme, en el fondo sabes que esto no es real- eran las únicas palabras que aquella chica de cabellera rubia de mi edad quizás, me decía, -Tienes que ir con ella o si no esto se hará realidad y tú quedarás por siempre….-, y antes de que pudiera terminar la oración, aquella chica que parecía tan familiar pero tan desconocida al mismo tiempo desapareció en un destello de luz, dejandome ahí sin más, tan sólo con la creciente duda por saber quien era ella, por saber como sabía mi nombre, porque para mis ojos era evidente que jamás la había visto por más que tratara de pensar en reconocela, pero mi corazón, una parte de mi me decía lo contrario, tenía esa pequeña corazonada y esa chispa de esperanza de que podía confiar en ella, pero jamás terminó su oración y para mí seguía siendo una desconocida con un aire tan…. familiar.

Marzo de 2017

Había sido una tarde soleada, mi mejor amiga Anna, y yo habíamos pasado la tarde entera en la playa, como comunmente lo hacemos, y es que cuando uno tiene 16 años nada es más importante que una tarde de chicas en la playa, no es que yo fuera socialmente muy activa, a decir verdad Anna era la más divertida y la que no le daba vergüenza en absoluto hablar con los chicos yo era un tanto penosa, con todo y eso ella siempre me ha dicho que de las dos yo soy la afortunada, que mi vida es perfecta, pero yo nunca lo he visto así, vamos, no quiero que piensen que soy de esas personas que van por la vida desdichadas y maldiciendo su vida, en absoluto soy así, lo que pasa es que cuando eres hija única y tus padres te siguen tratando como a su bebita no piensas que tu vida sea completamente perfecta, en cambio la vida de Anna siempre me ha parecido tan liberalo, tan fresca, como una montaña de emociones, la montaña que me gustaria escalar, su vida es como la aventura que me gustaría vivir, ser independiente, ser tratada como una persona madura y responsable, no como la bebita de papá y mamá, la admiro mucho es un libro abierto, no le molestan las opiniones de los demás y sé que es patético que a mí si me afecten, pero vamos, estamos en el siglo XXI, el siglo en el que a todos nos preocupa más lo que vayan a pensar de nosotros, pero lo que más envidia me da de ella, claramente envida de la buena es que habla con Bennet…..Bennet Cooper, es el típico chico de la sonrisa perfecta y de los ojos en los que te podrías perder por horas y horas, esos mágicos ojos en los que ves el universo, he de reconocer que ella siempre ha insistido en presentarmelo, sabe que me gusta desde el jardín de niños, y no es que sea una obsesión pero tipos como el no se olvidan, tan lindo, tan atentos, es perfecto a mis ojos, porque la perfeccion esta en los ojos de quien la ve, es sólo que siempre que estoy cerca de él mi boca parece jugar en contra mía y quedarse callada y siento que literalmente salen mariposas de mi estómago cuando estoy junto de él, cuando pronuncia mi nombre o cuando nuestras miradas se encuentran, es ahí donde el mundo se detiene por un segundo y sólo quedamos los dos.

-LENAA! enfocate, ¿acaso estás escuchandome?- escucho la voz de Anna, molesta porque no había prestado atención a su terrorifica historia acerca de como sufrió en su visita al dentista.

-claro que te estoy escuchando, que va chica! esos dentistas pueden llegar ser una pesadilla, es sólo que estaba pensando en Benn… digo, en que ya es tarde y mi madre debe estar preocupada a juzgar por todos los mensajes que he recibido de mamá, sabes que no es que sea tarde sino que mis padres son un tanto…. ya sabes, sobreprotectores- recojo mis cosas mientras le dirijo una sonrisa de despedida a Anna.

continuará…..