borrador

Dos personas desconocidas, un lugar. No podría describir la forma en que las personas llegan a tu vida, naces queriendo saberlo todo, queriendo tener respuestas a todas esas preguntas. Pero la verdad es, que nadie nace sabiendo amar, nadie nace sabiendo perdonar, pero aquí estaba sin saber que vendrías a cambiarme el mundo, Dos personas completamente distintas no podría encontrar la manera de describir que tan diferentes eran, ella una chica con cuál mundo color rosa con un libro bajo el brazo y con ganas de comerse el mundo entero aquella chiquilla con valor de experimentar siempre con una sonrisa en el rostro, tan linda. El, el chico sociable y querido por la gente tan peculiar que daban ganas de meterse en su mundo, cuál solo pensaba en fiestas, cigarrillos y una gran botella de alcohol con tal solo mirarle los ojos te podrías dar cuenta que necesitaba ser amado tan intensamente, necesitaba a alguien como ella en su mundo; así de diferentes eran. Una chica tan exigente consigo misma, necesitaba un poco de desastre y aventura en su vida y así les mirabas por la calle, una especie de amor tan peculiar, tan profundo. Caminando bajo la brisa y el viendo que golpeaba su cabello lacio y negro que la hacía ver demandante mientras ella olía a frutillas y cereales, él siempre queriendo cumplir expectativas que a ella le ponían a temblar cada ves que le veía sentía miedo, miedo al verlo tan grande y ella tan pequeña, miedo a que la primera persona en su vida sea la primera que le rompiera el corazón, pero… ¡Por amor de dios! Ella sabía que así iba a suceder no tenía una gran experiencia pero era tan sabía con esos libros que parecía que lo sabia todo, pero no le importaba estaba tan enamorada tan dentro de su alma que no pensaba en salir nunca. Dos personas jugueteando mientras caminaban por las calles, uno sosteniendo al otro por si caía pero nunca pensaron que pasaría si el otro no estaría ahí ¿Habría que levantarse solo? ¿Volvería? ¿La elegiría a ella y no una botella de alcohol? No se nace sabiéndolo todo. Pero, ella estaba segura que nunca nadie habría podido adentrarse tan profundamente en su corazón.