Mi nombre es Jean Paul Dubó, ya ha pasado un año de mi sufrimiento, ¡ya no puedo callarlo más! Es por eso que he decidido escribir este diario y manifestar mi parecer de los hechos…

Yo a Alice Forgette la amaba y aún la amo, como el primer día… aún recuerdo cuando en una reunión de músicos, nuestros ojos se encontraron, en sus pupilas sólo existía el destello de los míos. En ese minuto sentí en mi pecho un aire de tristeza; cuando vi que se dirigía hacia mí, con un paso tranquilo y me enfrentó, su voz retumbo en mis oídos como una canción angelical pidiéndome sutilmente mis servicios como profesor de piano y de canto; dándome un breve argumento de porqué quería tocar piano. yo impresionado porque sabía mi nombre y mi profesión le respondí favorablemente, pues aparte de hacerlo por placer personal, me transmitió que ansiaba expresar su mundo interior a través de la composición y el canto, no me negué pues ya que tenia disponibilidad.

Comenzamos las primeras clases al mes siguiente las clases…

Alice pertenece a una familia adinerada, su padre trabaja para el gobierno y su madre es cantante, pero sin ejercer su profesión. Es por esto que ella posee una voz hermosa, su don proviene genéticamente predeterminado…lo extraño es que sus padres lo desconocen.

Ya son las siete de la tarde, han tocado el timbre ¡es ella!,sigue igual de bella que esa noche, sus labios carmín y sus ojos color miel penetrantes en los míos.

Esta vez la tristeza había disminuido…se mostraba concentrada en mis palabras, cuando le explicaba cómo se compone en piano (admito que era muy difícil concentrarme.) ¡Sin saber nada de ella, me eran tan familiares sus ojos, su cabello, ¡su piel! Que siempre en mi mente circulaba una pregunta ¿nos abríamos conocido antes, en otra vida quizás?

Tras cinco clases, y al finalizar la clase de hoy, la invité a una cafétéria que quedaba a la vuelta de la cuadra. Cuando salimos del département circulaba un viento fuerte, el cual hacía que su hermoso cabello danzara al mismo tiempo que él, al comienzo se mostró muy tímida, era una mujer introvertida, Peu à peu (poco a poco) con mis necedades logré una sonrisa, ésta se iluminó, pues parecía que hace un siglo que no se sentía risueña, lo que para mí en su gesto fue “grâce pour le compliment”, (gracias por el cumplido)…ya llevamos 20 minutos conversando y sólo pude conseguir que me dijera su edad, dónde vivía y cuál era su música preferida. Pocos minutos después se fue…el chauffeur no me miró con muy buena cara.

Al caminar hacia mi casa pensaba si Alice se fijaría en mí, pues tiene apenas 22 años y yo 38.Decidí no pensar en eso y preparar la clase para mañana que es lo único que hasta ahora me une a ella.

Todo iba muy bien nos comunicábamos de merveille (maravilla), aunque siempre me desviaba el tema cuando deseaba profundizar en su estado anímico.

Diez días juntos y cuatro de ellos hemos salido a caminar para conocernos más…posee un destello en sus ojos que no sé que es, una luz que se extingue y se enciende cada vez según el día ¡Me tiene encantado y no sé qué hacer!

Por un momento el dialogue interne (diálogo interno) se apoderó de mi, cuando tuve uso de razón Alice me observaba y sus labios pronunciaban “¿estás pensando en alguien?”… ese alguien es una mujer, respondí, ¡oh! sus mejillas han cobrado color.-comenté- . En ese instante, mis piernas comenzaron a temblar, el solo hecho de verme descubierto ante sus ojos, me perdía y mis movimientos eran torpes y silenciosos, no cursaba palabra ¡de repente!, a los segundos después un impulso en mí cobró vida, ya no pensaba, solo sentía, mis labios deseaban unirse en un tierno beso, me acerqué rápidamente pero su rostro se meneó sutilmente hacia mi mejilla, me sentí como un petit (niño) intentando dar su primer beso. Puntualmente llego el chauffeur, me dio las gracias y se fue, ya no la volveré a ver – pensé- tristemente me quedé y desperté de la pesadilla que esa noche tuve…

Salí a despejarme un rato; todo iba muy bien y sin querer llegue a la casa de Alice, desde lejos observé que el padre llegó en su limusina con un joven, de la edad de su hija, se observaban amigables, a gusto. Mi cabeza comenzó a funcionar a mil, era tanto que me largue corriendo a mi departamento, me bañe con agua fría y me puse a componer como un desquiciado, tratando de expresar mi rabia, una terapia común entre los músicos. Hoy no veía a Alice, desconocía si era próspero o tortuoso pues no era mucho de tener un comportamiento infantil y pasional, y por otro lado no podría tener respuestas a ningunos de mis cuestionamientos.

En la tarde me llamó por téléphone don Emanuel, dueño de un restaurant de clase alta ubicado en Matapozuelos en España, amigo mío desde la infancia, no podía decirle que no. Me solicitaba que asistiera el fin de semana a tocar a la celebración de un joven matrimonio, decidí que lo haría -distraerme no me hará nada de mal- me dije sin voz y respondí favorablemente.

Esa noche recuerdo haber bebido hasta la madrugada y quedarme dormido hasta que la televisión quedó sin programación. Era la hora de su venida…y no llego.

Mi jaqueca era una bomba constante, esta vez agradecí que no viniera pues seguí durmiendo plácidamente – parece que lo necesitaba- .

Viajé la madrugada del viernes, me sentía ansioso por mi actuación, debo admitir que no me agradaban las bodas, y como todo tiene su origen, el mío comenzó al engaño de mi ex señora con uno de los músico de mi grupo de amigos, es por eso también que, actualmente soy solista, de esto ya hace cinco años, y desde ese momento comenzaron las reflexiones sobre la existencia, del por qué de los sucesos, del para qué, etc. Agradezco también pues estaba segado, ahora puedo visualizar y sensibilizarme con mi entorno, pero esto también trae consecuencias, como lo que actualmente estoy sintiendo por aquella dama.

Cuando llegó el día del evento, solo sentía el latir de mi corazón y lo concentrado que estaba, dentro de lo que logré observar en los invitados, vi alegría, ilusión, ideales, amor… No cambia en mi alma algún grado de turbulencias emocionales, como las que había experimentado la noche anterior y fue en ese momento que mi ser se cuestionaba lo solido que puede llegar hacer un sentimiento ¿podré llegar a sentir lo que ellos me impregnan? ¿Será duradero el verdadero amor? ¿Existe el amor como tal? ¿Cómo dos almas se reconocen para convivir eternamente?… por supuesto en mi música no representé tales cuestionamientos, sino por el contrario, felicidad y alegría.

Al darme un tiempo de descanso, me acerqué al bar del local y me imaginé ver a Alice de espaldas a mi persona, producto de la emoción me aproximé a ella resultando ser solo un espejismo de mi ansiedad, pidiéndole disculpas me marche y proseguí al escenario a tocar hasta la madrugada.

Cuando desperté el sol se observaba tenue, aprecié el crepúsculo, me serví algo de comer y partí a disfrutar un concierto de Órgano en la iglesia de Santa María Magdalena, exponente Don Álvaro Carretero profesor de Piano en el Conservatorio de Valladolid bajo la dirección de Pedro Gómez, así como los de la Licenciatura en Historia y Ciencias Musicales en la Facultad de Filosofía y Letras.

Me di cuenta que a medida que tocaba sus obras, la vida tenía un nuevo sentido al sentir por ella, era la primera vez que no importaba nada más, creo que estoy plenamente enamorado e inseguro no seré más! me declararé, ese será mi despertar ante la tempestad de callar, saldrá todo bien.

Me regresé a Paris, pasaron los días y las horas se me iban muy rápido, cuándo estoy con Alice es como si el tiempo nos jugara una mala broma, si pudiera hablar con el chauffeur para que no llegara tan puntual, pero mi amada no me lo permitirá… lo sé!

He creado el ambiente en la clase para que se desahogue y converse de sus emociones, pero obtengo indiferencias, el escapar es su técnica de defensa, he logrado solo que me diga porque sus padres desconocen su gran voz, tiene miedo al padre, pues su madre habiéndola conocido en un escenario, posterior a su matrimonio y su embarazo dejó paulatinamente sus conciertos a pedido de él, es un hombre muy conservador y dominante, un gran empleado del gobierno con ese perfil… trato de jugar con las melodías para que aquellas que dan alegría, felicidad logren que Alice esboce esa sonrisa que tanto admiro.

El fin de semana aceptó salir conmigo a solas, pasaría esos días con una amiga, producto de un viaje de sus padres, teniendo la disposición de estar compartiendo hasta más tarde con mi persona, siento que soy su amor a escondidas, el refugio de amor que decía necesitar… estaba agradecido del mundo por darme la opción de salir y no estar pendiente del malévolo tiempo. Tenía pensado algo especial, esa noche podría ser nuestro primer beso…

Mañana será el día, y hoy debo encargarme de algunas clases hasta las seis de la tarde, organizaré mis tiempos para preparar una cena a la luz de las velas.

Mi última estudiante, tenía una presentación en su universidad y estaba muy emocionada, por ende, tuvimos que quedarnos hasta más tarde, eso sí no interrumpió mis planes, solo atrasó mis compras.

Tomé mi vehículo, quería hacerle algo especial, algo que recordara por siempre, y creo que una cena solos los dos a la luz de las velas, y música de nuestro estilo, acompañado de un ramo de flores, rosas rojas en el centro de la mesa y un detalle de obsequio, una pulsera sutil como ella. Me acosté ilusionado de un atardecer maravilloso.

Son las seis con quince minutos y mi Alice no ha llegado, esperaba ansioso, cuando sonó el timbre, mi corazón comenzó agitarse y me acerqué abrirle, su vestido era precioso color rojo italiano estilo rococó que insinuaba su cintura y resaltaba sus labios, pareciera que las rosas fueran el complemento perfecto de un cuadro estilo…. La invité un jugo y comenzamos a charlar, me intrigaba el acuerdo con su amiga a lo que ella me contó: “con Aimée quedamos en que haría como que nunca salí y en el caso que mis padres llegaran a preguntar, estaba durmiendo o en el toilette (baño), es la primera vez que hago algo así (se ruborizó) le pedí que bailara conmigo y aunque le daba vergüenza, aceptó… fue un momento de sensaciones, su corazón latía casi al mismo tiempo que el mío.

Se separó de mí y fue por más jugo, me dirigí a la cocina y serví nuestra cena, fue especial a pesar de que siempre le sirven, mostró un grato gusto por lo que estaba probando, hice un brindis por la música que nos había unido y nos tenía enlazados en complicidad esta noche.

Nos fuimos al balcón de mi departamento, porque ella quería ver las estrellas y la luna que esa noche nos acompañaba de maravilla, como si me hubiera puesto de acuerdo con el universo para encantar a Alice con la sensibilidad que tiene la noche ante lo que vivíamos.

Su rostro parecía intrigado cuando vio en mi bolsillo algo que sobresalía, era la cinta de la caja en la cual tenía su obsequio. Sonreí y le comenté que posterior a mis clases había pasado a comprar los ingredientes para nuestra cena y paseando por las vitrinas de los negocios encontré una joyería con un detalle como ella; lo saqué de mi bolsillo pidiéndole que lo abriera en el momento para apreciar en su rostro si le gustaba.

Alice, se emocionó y me abrazó, aprovechando la instancia peu à peu comencé a acercarme en dirección a sus labios, era tanta la emoción en mi pecho que llegué rápidamente y la besé… ella me respondió lentamente y al acariciar su rostro sentía como temblaba su cuerpo y se entregaba a mí, ya no éramos profesor y estudiante… ¡ésta noche somos más que eso!, aunque haya sido solo un beso, era para mí un beso especial, en donde le confesaba mis sentimientos y la importancia que tenía en mi vida.

Fue una noche mágica, tal cual la había planeado, estaba ¡feliz!, sentía una alegría inmensa y a la vez un miedo de poder perderla, todo a la vez; una vivencia que con mis ex nunca había sentido, era completamente extraordinario y con solo un beso…

Cuando llegamos a su casa, la amiga la miraba por el balcón, así que caballerosamente la besé en su mano y le dije: “hasta el viernes”.

Estoy atrapado, me siento como un adolescente, no tengo como comunicarme con Alice y he estado haciendo maravillas para mantenerme ocupado por éstos dos días. Mis amigos, que me conocen realmente, en las reuniones que hemos tenido me han llamado la atención porque conversaban de trabajo y yo les hablaba de viajes, para nada concentrado en la charla… pero lo bueno es que nos reíamos de lo mismo para luego confesar lo que me tenía así… el amor. Estaba enamorado, ¡locamente enamorado!… Charlie, mi querido compañero de la universidad, dedicado músico de Chelo, ¡qué gran instrumento!, pasamos por tantas locuras, por tantos eventos algunos a beneficio otros remunerados, en los de beneficio salíamos ganando nosotros, ya que las mujeres impresionadas con nuestra pasión al tocar, nos ofrecían tragos y noches pasionales… pensar que fue lo que tontamente nos gustaba, nos hacía sentir viriles, una percepción muy errónea por cierto, pero que solo fue eso, una etapa. En fin, Charles me abrazó y me sugirió que no me arriesgara de tener algo con la hija de un político era muy riesgoso en todo sentido, sobre todo si llevaba poco tiempo conociéndola.

Me entró una inquietud y como soy tan reflexivo me dio para pensar…

Llegó el viernes, me sentía asustado, raro. Sonó el timbre, era ella.

La vi, el miedo desapareció en mi mente y en mi corazón, la decisión estaba tomada subjetivamente, era estar con mi niña, siento que necesita de mi.

Comenzamos la clase, su aroma era diferente había cambiado de perfume, delicioso… ¿lo había hecho intencionalmente para llamar aún más mi atención?

Cuarenta y cinco minutos de clase, hicimos una pausa, dentro de la conversación nos besamos y sentí la misma sensación que aquella noche pero para mi pesar, Alice me confiesa que no se siente preparada para tener ningún tipo de relación que ella no puede hacerle un bien a alguien, y que me iba a terminar desilusionando porque el comienzo siempre todo es perfecto, pero que con el tiempo los pesares de la vida corrompen todo aquel sentimiento para forzar un sufrimiento constante de frustraciones… yo quedé inundado de tristeza, me preguntaba ¿cómo una niña de veintidós años puede percibir el amor de tal forma? mi reacción fue de abrazarla y decirle que sus malas experiencias no tenían que ser el prefacio de nuestra historia, que siendo mayor a ella mis sentimientos eran reales, sin intención de ser una aventura, nunca pensaría en involucrarme con una alumna, menos menor e hija de alguien con poder, si no fuera por algo tan intenso… “veo en tus ojos una necesidad inmensa de amar y ser amada” susurre, a lo que Alice respondió con una lágrima en su mejilla.

Tocamos nuevamente, le pedí que cantara para míThe Bonny Swans- le gusta por la letra, el amor de familia y el contacto con la naturaleza, cosa que me imagino carece en algún grado, terminó de cantar y nos quedamos mirando fijamente.

El destino me ha jugado una maléfica pasada, pues quedan dos minute para finalizar la clase, su recuerdo y sabor se quedaran conmigo.

Suena el timbre, es el chauffeur ¡tan puntual como siempre! En el mismo lugar.

Un sábado de una tarde de otoño fui invitado al cumpleaños sorpresa de Danielle hermana de Charlie que cumplía treinta y cuatro años, lógicamente fui, todo panorama servía para mantener mi cabeza ocupada.

Cuando llegué me contaron que estaban esperándome para cantar el joyeux anniversaire! (cumpleaños feliz), tenía a mi espera una guitarra y comenzamos a tocar… luego de servirme canapés, Charlie me comenta que tiene una amiga que quiere presentarme, la conoció en una reunión con otro grupo de amigos, su nombre era Madeleine Benoit Forgette… ¡quedé estupefacto! doy gracias de no haber estado tomando algo, ya que se me hubiera caído de la mano. Mi querido amigo nos presentó, pero ella no mostraba alguna señal que indicara que por nombre me conociera como algo de su prima, como músico era más probable.

Charlie nos dejó solos y le pregunté por si tenía algún parentesco con Alice, a lo que ella respondió: “Es mi prima, por lo que sé le haces clases de piano”… me sentía con cierta ventaja que desconociera la relación que teníamos, así podría indagar en temáticas que me tienen intrigado, seguí con el interrogatorio sutilmente: Alice canta muy bello como su madre, ¿tú heredaste alguna habilidad musical?

No, me encanta oír música. Mi tía y mi prima cantan hermoso, pero lamentablemente por el puesto político que tiene mi tío, la obligó para que dejara esa pasión, además que Alice era parte de los planes a futuro, por ende, no podía seguir teniendo vida nocturna.- comentó Madeleine.

Por lo que me cuentas el padre de Alice debe ser un señor de poca paciencia y controlador – me reí para que no se me notara las ansias de saber-.

Sí, mi tío Raphael es casi un opresor, diría yo. A la pobre de Alice la tiene casi enclaustrada en su casa, cuenta con el amor y cuidado de los sirvientes, ¡pobre mi prima! Los amigos que tiene han sido gracias a mi.- me miró fijamente, como tratándome de decir algo más.

Hice mi última pregunta para no parecer ansioso: sabes, si me permites tú prima se aprecia en ocasiones melancólica por algo, podría ser a causa de alguna relación amorosa ¿puede ser?…

Madeleine respondió: que buen observador es usted, pero mi prima debe estar así, en estos momentos porque su padre está organizando, producto de su trabajo, trasladarse a vivir a Italia, las razones las desconozco… y usted ¿qué es de su vida además de músico?

Dejé de estar emocionalmente en ese momento, solo mi cuerpo era lo que Madeleine apreciaba… ¡Alice se iba del país y no me había dicho nada!, si le preguntaba en cuanto tiempo más era eso, se me notaría mucho; por suerte escuché a Danielle que me llamaba muy a lo lejos, pedí permiso con una sonrisa y me fui rápidamente de su lado.

La hermana de Charlie me llamaba para que volviera a tocar, para que ella cantara, fui un zombie que respondió mecánicamente tocando la guitarra.- menos mal que era la canción que generalmente tocábamos cuando adolescente.-

Pasaron los días para volver a verla, a pesar de la horrible noticia sentía que los astros estaban trabajando a mi favor, hoy la veo nuevamente, de solo pensarlo me coloco nervioso, ¡quiero oírle cantar y tocar para mí! por mientras contemplarla, sentirla que es mía y de ningún otro hombre, que es mía ¡solo mía!… cuando canta vibro con su voz, pierdo el contacto con el mundo y me imagino viviendo con ella en una gran casa con un patio gigante, árboles y animales, aunque a veces siento que esa felicidad no es plena, ignoro la razón…

Alice llegó más triste de lo normal, pero esta vez me abrazó y me pidió ayuda, yo desconcertado la bese y la lleve al piano, en donde se tranquilizó y sus manos sin mayor esfuerzo comenzaron a tocar.

Esa tarde compusimos una canción, su primer tema musical “tarderlumière à amour” (tarde luz de amor). Ella me sonreía y se iluminaban sus ojos, el movimiento de su mentón se había apaciguado; por un momento volví a pensar que es amor lo que necesitaba, ya que siempre me dice que es junto a mí que sabe lo que es sentir calma y felicidad.

Nunca reflexioné más allá de sus palabras, pues sus padres le daban siempre lo que ella necesitaba…

¡Cada día que pasa maldigo no haberme dado cuenta!

Tengo en mis manos un sobre, que es para invitarme a participar en un concurso nacional de pianistas. Me gustaría hacerlo pero a Alice no lo sé, yo tocaría el piano y ella me acompañaría con su hermosa voz, todo antes de que se vaya a Italia.

Al anochecer…

Alice aceptó salir a cenar, mientras la esperaba me sentía inquieto, nervioso …cuando la divisé, se veía muy beau (bella), el abrigo, su abrigo color beich hacía que resaltaran sus ojos miel y su cabello ondulado… Disfruto cada minuto junto a ella, es una noche especial, estaba listo para comunicarle lo del concurso y quizás así lograr que por iniciativa propia me confesara el traslado de su padre; cuando lo hice pareció que se incomodó, parecía perturbada con la propuesta, a lo que me respondió: “No voy hacer capaz de enfrentar a tanta gente a mi alrededor, mi voz para ti es perfecta quizás para ellos no…” yo cobijé sus manos tibias, la miré fijamente y me esquivó, soltó mis manos, se levantó de la mesa, cuando se dirigía a la puerta, la detuve impulsivamente y la bese ¡estas temblando! ¿Por qué?… le pregunté. A lo que ella respondió: “tú me haces sentir así, no ves que es la primera vez que siento de esta forma…” sinceramente, no pude evitarlo y acaricié su cuello con mi mano, la bese nuevamente y rocé con un dedo su espalda…”no sigas – exclamó- que mi piel es culpable de soledad…”y se fue.

Esa noche no pude conciliar el sueño, pues su adiós retumbó en mis oídos como si fuera mi propia conciencia, quien me pedía a gritos que la oyera, en un vacio que ni ella misma conocía… quizás ese mundo interno de Alice está siendo invadido por mi amor, es por eso que debe temblar… es por mis besos que su barrera se derrumba, ante mi pasión y el tenue roce de mi piel. Así como yo también siento cada vez que la veo… ¿pero cómo tal sentimiento puede causar tal rechazo? No lo creo, debe existir un trasfondo más allá que la realidad de su casa ¿pero cuál? ¿Cómo saberlo?… Solo el tiempo me sabrá dar la respuesta, una respuesta que espero impaciente a que llegue… en ese momento me rendí a los pies de mi cama y me quedé dormido.

Ya es de madrugada, un nuevo día florece y sin ella a mi lado… en fin, tomé un café cargado, me dieron ganas de caminar por las calles de Paris e inconscientemente llegué a una plaza, ésta estaba alfombrada con hojas secas por la despedida del invierno. ¡De repente! una sensación perturbó mi cuerpo al divisar una sombra en la vereda, y al confirmar que no era ella, nuevamente tome asiento. Ya el reloj mostraba las once de la mañana, cuando recordé que tenía una clase con Michelle, pero ya era muy tarde para llegar… ya todo lo que pase me es indiferente, antes hubiera estado puntualmente en su casa y con todo estudiado, pero ahora me importa poco faltar con los principios de profesor de piano, ya que, esta situación sobrepasa mi persona…

Ahora me tocó a mí, Alice no llegó a su clase, es lo peor que me pudo pasar, quería hacerle preguntas puntuales sobre el porqué de su conducta y posteriormente insistirle que me acompañara al concurso… Fueron horas que me aceleraron, mi ansiedad fue trastocada, el consumo de cigarrillos en un par de horas se aproximaron a los veinte, llegue a fastidiarlos, pero no sólo a ellos, sino también a ella.

Suena el teléfono, no lo podía creer, era el padre de Alice quien llamaba excusando a su hija por su ausencia. Me dijo: “mi hija antes de salir presentó unas de sus pataletas, no se preocupe, esto no va a volver a suceder”.

Me quedé perplejo pensando… Cómo es que su padre no tomaba en cuenta que su hija se sintiera mal y que quizás lo que tenía realmente era relevante y de cuidado ¡pobre niña!, mi sentir se transformó en inquietud. Si yo pudiera ser algo más que su profesor frente a sus padres.

Pronto comencé a cuestionarme ¿qué le ocurrirá? ¿Será por mi culpa? ¿Será porque ya sabrá cuándo se irá?… un monólogo desesperante, hasta que el cansancio mental que tenía no reaccionó ante la hora que era y me largué a dormir.

Cuando desperté mis labios pronunciaron su nombre… Alice. Eran las diez de la noche, quería llamar a su casa para saber cómo seguía, pero no es prudente – me dije- ¡ya sé! pesqué mi abrigo del perchero junto a la puerta y tomé un taxi rápidamente. En un acto sin raciocinio me bajé afuera de su casa; busqué locamente su ventana, se encontraba en su pieza, su cabello se reflejaba confuso en las cortinas ¡de repente! Sentí el piano, no podía creerlo, se escuchaba a lo lejos “tarderlumière à amour”. Estaba sola y triste recordándome… no sé si sentirme alagado o desafortunado, no quiero ser la causa de su pesar, sino la de su felicidad.

Comenzó a llover tenuemente, eran sus lágrimas que en el cielo los ángeles compartían. Decidí volver mañana, veré y le preguntaré a mi amada que ocurrió este día.

Era el sonido del teléfono lo que me despertó la mañana del jueves, vi la hora, eran las nueve de la mañana, me aterrorizaba la idea de que nuevamente Alice no viniera… me armé de valor y contesté: Buenos días.- Era Michelle, respiré profundo y abrí la puerta; me pedía explicaciones por la falta de ayer, a lo que respondí que no me sentía bien de salud.

Ya es la hora de la clase de Alice, voy hacerme un café, vengo recién llegando de casa de Michelle.

Suena el timbre ¡era mi amada!, mis brazos la cubrieron al igual que los de ella. En ese momento no existieron palabras, la observé le acaricie el rostro y la besé… ¡Te amo! Susurraron sus labios, mi alma se inundó de felicidad, pero sus ojos ¡sus ojos!intimidaron mi emoción, sentí que en mi abrazo se desvanecía. Le ofrecí un café, a lo que respondió fríamente: prefiero comenzar con la clase; Hice como que no le oí y le serví un jugo de fresas, cuando se lo pasé sentí su piel fría, se lo mencioné y le pregunté ¿cómo has estado de salud?- con inquietud – .

Me he sentido bien, si lo preguntas por lo que te dijo mi padre, él piensa que todo lo que me sucede es pataleta, pero no escucha ni sabe lo que me sucede ni lo que siento, aunque creo que es porque no le importo.- cayó una lágrima por su mejilla.

La abracé, le dije que los padres a veces sienten y hacen las cosas pensando en que hacen bien, pero que no es así, son errores que se cometen… me alejé para tocar el piano, solo con la intención de disminuir su tristeza o posible desolación por su lejanía y tiranía de Raphael. Cuando sentí que ya estaba menos afectada, me acerqué tomando sus manos y le indiqué que leyera un sobre que saqué rápidamente de mi bolsillo; se puso de pie y sonrió. Yo sorprendido por su gesto, le propuse nuevamente si quería participar conmigo y presentar nuestro tema…

Alice se dio el tiempo de leerlo, su rostro no expresaba emoción, me sentía intranquilo – ansioso.

Creo que no es un muy buen momento para insistir con tal concurso.- mencionó Alice asomándose al balcón.

Por el contrario, creo que quizás pueda servir de motivación para conocer otra realidad, una que deseas y te gusta.- respondí inmediatamente, volviendo a tomar sus manos.

No sé si tendría el coraje para hacerlo.- me besó, luego tomó su abrigo y se fue.

Sin palabras me había dejado, puesto que tuvo la iniciativa de besarme, dejándome en las nubes para detenerla… siento que este amor es tan nuevo, aunque ya me había enamorado antes, me sentía como un adolescente que se encontraba en las manos de una mujer bella y sensible.

Estaba tan cansado que me recosté en mi cama, comenzó a llover, desde la ventana se apreciaba las gotas de agua caer sobre las copas de los árboles, todo se potencia en colores y aromas. No hay como el olor que exhala la tierra cuando se humedece, es como que el mundo expresara su agradecimiento por bañarlo, metafóricamente hablando… se me vienen frases perfectas para un nuevo tema, inspirado en mi Alice, mi misteriosa niña amada.

Un ouragan d’émotions libère ta passion et fais-moi connaître chaque pièce de ton coeur, ne te cache pas, l’obscurité que tu vois n’est pas dépêche de ce que je te peux offrir, ils voient ma petite petite fille que tout sera avec moi lumière.

“Huracán de emociones libera tu pasión y hazme conocer cada pieza de tu corazón, no te escondas, la obscuridad que ves no es parte de lo que te puedo ofrecer, ven a mi pequeña niña que conmigo todo será luz.”

Lo anoté en una partitura, y me dormí.

Al día siguiente me desperté gracias al sol que atravesaba mi ventana y me llegaba en el rostro… me llamaron al poco rato de levantarme, era un trabajo para encargarme de la ambientación musical de una obra teatral, pregunté las condiciones y acepté la propuesta. La obra era Romeo y Julieta, horrenda tragedia de amor representada en opera, en el Théâtre Bolchoï, yo iba a ser parte de ella con mi habilidad para tocar el piano.

Al llegar la tarde partí al teatro, a una entrevista, inspeccionar el lugar y a ensayar con la orquesta.

Mientras tocaba, me imaginaba a mi Alice emocionada por apreciar tal maravilloso espacio, donde la magia existe; donde por un momento te olvidas de los problemas y lo ficticio se convierte en realidad. Que feliz me siento, siendo parte del clima musical, donde se juega con las notas para persuadir en emociones a los oyentes, es fantástico!!!

Al llegar a mi departamento, luego de tres horas de ensayo, alcancé a servirme un té y me dormí.

Dos días antes de la obra, convencí a Raphael para que le diera permiso a Alice de asistir a ver la ópera de Romeo y Julieta, el cual muy arrogante respondió que ya había comprado las entradas para asistir junto a su hija y señora, compartirían los tres una bella velada, según él sería impropio que un profesor con su alumna salieran juntos.

Pensaba al escuchar esas palabras las veces que habíamos salido a escondidas de él y lo genial que la pasamos.- no se preocupe Don Raphael, lo que importa es que su hija aprecie tal maravilla de arte.- respondí mirándolo fijamente.

En una de mis clases con Alice, la llevé a pasear por los alrededores de Sunset-Sunside Jazz Club, lugar donde sería el concurso, ya que me parece perfecto para el tono de voz que tiene, confío en que podría ganar… Le gustó mucho, y entramos a conocerlo, nos tomamos un jugo conversando de la vida.

¿Cómo fue tu infancia?- le pregunté.

Rodeada de familiares, pocos amigos, y mí educación fue en un internado de niñas… recuerdo cuando una de las monjitas me vio entrando un gato a mi pieza, le pedí que me dejara tenerlo por un tiempo, accedió pero con la condición que fuera nuestro secreto. Una de mis compañeras, del grupo de las frívolas, dio aviso a la madre superiora y me lo quitaron, fue muy triste para mí… no sé porque te lo cuento, pero ya no quiero hablar más de mi y menos del pasado.

Cómo fue tu niñez.- me preguntó.

Me pareció algo cómico, pero le respondí: Recuerdo que mi familia era humilde y de varios amigos. Era muy querido por mi profesor de música de la básica y desde entonces comenzó mi gusto por la música.

Seguimos caminando, en una oportunidad nos tomamos de las manos, podía sentir el frío así que la abracé. Percibí algo extraño, como que su rostro fue de serenidad y de estar a gusto en mis brazos, yo feliz. No nos dirigimos palabra, hasta que nos sentamos en una banca y nos besamos…

Al contarlo es como volver a revivirlo, a sentir nuevamente lo mismo…

Partí al ensayo, que esta vez comenzaba más temprano; me imagino que estoy recordando a mi Alice, porque con esto de la obra he postergado todas las clases. Aunque el recorrido de vuelta a mi departamento siempre es el mismo, transito por donde vive mi amada, en ocasiones nos miramos, ella desde su balcón y yo desde las afuera de la casa, en otras oportunidades sólo la escuchaba tocar el piano.

Llegó el día de tocar con la orquesta, el teatro estaba completo ¡no es para menos! una obra de Shakespeare, que me imagino es conocida por todo el mundo.

Como el padre de Alice es poderoso, tenía las mejores ubicaciones en el teatro, así que podía ver desde donde yo estaba a mi amada, aprecié en ella lágrimas, risas, intriga, y desconsuelo… por eso siempre me ha gustado la música, las notas musicales tienen la magia de hacer sentir emociones a los seres sin ser parte de ellos en el momento que las escucha.

Todo el elenco fue ovacionado con aplausos, había claveles que los espectadores lanzaban, por supuesto yo tomé algunos para dárselos a Alice.

Cuando llegué a los camerinos de los actores para dar las felicidades correspondientes, me invitaron a una reunión de celebración por la gran noche, y por las que se vienen; lo sentí como un ritual artístico… entre eso veo al sr. Rapahel hablando con el director de obra y aproveché de hacerle una señal a Alice para que se me acercara, así que caminé hasta llegar tras un muro y me escondí, al rato después llegó Alice y nos besamos, le di los claveles, me abrazó y me dijo al oído “te amo”, yéndose al instante.

En la fiesta duré compartiendo 3 horas y me fui, estaba muy cansado y una mujer de los músicos se me acercaba, estaba un poco pasada de copas, y no quería faltarle el respeto a mi amor.

Llegué a mi departamento rendido, quedándome dormido nuevamente con ropa.

Desperté a las 12:00 del día, era muy tarde y debía almorzar con Daphné, la madre de una nueva estudiante particular, así que me bañé y me fui. Para mi grata sorpresa, su hija tenía cuatro años padecía de síndrome de Down, estaba en la edad exacta para aprender, para mí era un gran desafío el ser parte de su vida creativa.

En la tarde me tacaba la clase con Alice, quería contarle mi almuerzo. Sentí el timbre, era ella. Hoy estaba diferente, distante podría ser, yo respeté su necesidad de estar sola, pero acompañada a la vez, se sentó al piano y comenzó a tocar una melodía nueva, me dijo que la había escuchado ayer y que le había gustado. Tomé mi guitarra y la acompañé, esbozó una sonrisa tenue y me dijo: tú haces que mi mundo tenga luz, tú haces que me olvide de la realidad, pero no es siempre en mi vida. Todo cambia al llegar a mi casa.

Le pregunté qué era lo malo que pasaba en su vida, a lo que ella respondió con la melodía en el piano… cada vez que me decía ese tipo de cosas me dejaba intrigado, pero a veces la veía muy contenta que me confunde, aunque se me hace sentido cuando Raphael al teléfono una vez me dijo que eran sus pataletas, pero que tal si era lo de su viaje a Italia y el cual no ha querido contarme, quizás eso la tenga así mas no puedo hacer mucho porque podría pensar lo erróneo. Traté de reconocer la melodía de la canción, pero se me hizo imposible.

Esta vez creo que me sobrepasó verla así, y le comenté el encuentro que había tenido con su prima en el cumpleaños de Charlie, un amigo en común, a lo que Alice ansiosamente me preguntó desde cuándo lo sabía y yo le respondí la verdad.

Si te soy sincera, lamento no habértelo comentado a tiempo, pero mi padre viaja mucho y se entusiasma constantemente con la idea de llevarnos a sus viajes, muy pocas veces lo concreta o por lo menos conmigo. Me miró fijamente y complementó.- ese viaje a Italia será dentro de dos meses… Mientras lo decía mi interior se desesperaba con la idea de no volverla a ver.

Pero no será conmigo, culminó. Mi alivio fue tan grande que la besé como nunca… quedaban como cuarenta minutos de clase y en ese beso se detuvo el tiempo porque Alice fue mía. Caímos a la cama y yo me sentía como en las nubes, el solo acariciarla era un éxtasis que me hizo condenarme a su piel y su alma todo al mismo tiempo.

No quería dejarla ir, ahora comprendía varias cosas… Alice era inocente y pura, no era por otro amor que sufría o la tenía melancólica, su piel sufría de soledad por no tener nunca antes a un hombre a su lado. Debía cuidar aquello que ella me había entregado, porque de algo estoy seguro Alice era diferente a todas aquellas mujeres que he conocido…

Era hora de volver a la realidad, mi amada debía volver a su mansión y mi cabeza no paraba de pensar en ella y en lo que habíamos vivido. Me siento aún más feliz sabiendo que Don Raphael no se la va a llevar de mi lado, pero creo que con lo vivido no la dejaría irse tan fácilmente.

El reloj de la realidad no paraba, a veces pienso en cómo pasa el tiempo, en todo lo que uno desea hacer, pero por cosas de la vida, no avanzamos lo que deberíamos o quisiéramos. Mi rutina de clases particulares, se compensan con las charlas que en este espacio se puedan dar… así conocí a muchas personas y experiencias diferentes a la mía que han servido como aprendizaje, a veces de llamado de conciencia. En estos momentos en que manejo hacia el hogar de mi querida estudiante más pequeña, reflexiono sobre la vida.

Aprecio los colores y lo que me entrega la naturaleza, esos árboles, hojas, flores, movimientos de nubes en el cielo y el aroma de todo eso mezclado, me entusiasman a vibrar con lo más intrínseco de mí… Definitivamente haber estado compenetrado con el amor de Alice, abrió en mi una percepción de mi alrededor distinta, positiva y sutil.

La clase fue muy creativa, la pequeña tiene grandes fantasías que me cuenta, que me divierten y me hacen reír… ¡Es tan puro y tan ingenuo cuando uno es infante, que muchos deberíamos cultivar en el tiempo esa parte de nosotros, sin embargo, hacemos todo lo contrario, la magia la opacamos y nos quedamos con la madurez seria de una vida compleja, que en realidad no es tan así, es simplemente una cara de la moneda, que se oculta del sol en nuestro corazón… por un instante pasé de profesor a aprendiz…

De camino a casa pasé por una tienda donde vendían instrumentos musicales, y me gustó uno en especial el saxofón, su sonido es romántico te distrae, llevándote a imaginar sentimientos intrínsecos… Lo compré de inmediato y sin cotizar.

Al llegar a mi departamento, en el balcón toqué hasta que se escondió el sol y eso que fue solo los temas que sabia, precioso crepúsculo que me llevó a ver y sentir mi historia en imágenes fue un atardecer que hasta los vecinos me agradecían por haberlos distraídos de su cotidianidad.

A eso de las doce de la noche, me quedé dormido viendo una película de los años 60, “Amor Prohibido” de Luis César Amadori, la compré en una feria cultural y la he visto más de cinco veces, un gran guión de amor que pienso ver unas veces más.

Llegó el día del concurso, pero como nunca recibí respuesta positiva, y tampoco quise seguir insistiendo, no participamos.

Recibí una llamada telefónica de mi Alice, quería que nos viéramos en otro lugar, no en mi departamento, para pasear y disfrutar del día.

Nos juntamos en una plaza, se veía hermosa, tenía sus ojos con una luz diferente, su pelo bailaba al compás del viento, creo que nuestra conexión la ha colocado más bella, el amor hace que nuestros ojos vayan complementándose con los del corazón.

Hola mi amado Jean Paul.- sonriendo levemente, pero feliz de oírla decirme amado… a lo que tiernamente respondí: hola mi amada pequeña Alice.-nos besamos brevemente, me tomó de la mano, y comenzamos a caminar.

¿Qué ocurre? Tu llamada fue inesperada, me parece estupendo poder pasear a tu lado, y no estar escondiéndonos…

Sí, es que me he escapado de una discusión de mi padre con mi madre…

¿Qué ha sucedido? Si es que deseas hablar del tema…

Mi madre se presentó en un evento de beneficencia, hicieron que cantara, ella recordó sus tiempos de artista y le propuso volver a los escenarios, yo ya estoy más grande y no necesito de sus cuidados como antes… a lo que mi padre molesto, le dijo que por ningún motivo, que ella era la señora de la casa, no una cantante de cuarta… Jean Paul… la razón de verte (sentí que su tono de voz cambió a uno tenue, me estremecí de preocupación, su rostro no era de alegría)… mi padre ya no quiere que siga teniendo clases contigo, ni con nadie… cree que por darme el permiso, mi madre se pudo volver a entusiasmar por la flexibilidad que tuvo conmigo al aceptar y que pueda en un futuro cercano volver a proponerle lo que te conté…

(Sentí que me subió la presión, mis manos sentían la necesidad de apretar en puño, me estaba ofuscando con ese tal Raphael, qué se cree, será político pero no Dios!)

Jean Paul! Jean Paul! ¿Qué sucede? ¿Qué estás pensando?- escuchaba a lo lejos.

Amor, perdóname, estaba reclamando internamente la actitud de tu padre, ¿qué se cree?, pobre de ti tener un padre así, con todo respeto, es un estricto, moralista, tirano… y mejor paro porque estoy hablando de quién te dio la vida.

(Sonriendo me abrazó) no te preocupes, créeme que a veces pienso y siento exactamente lo mismo que me acabas de decir…

¿Qué va a pasar con nosotros?- le pregunté…ya no puedo estar sin ti, ya eres parte de mi vida y mi inspiración a diario.

A lo que Alice respondió: lamentablemente mi destino fue crecer bajo la custodia de mi padre, y mi madre que no tiene la fortaleza de enfrentarlo… no entiendo como mi madre ha sido feliz todos estos años, o quizás ha sabido actuar muy bien. Pero también está en mi pesar el seguir los pasos de mi madre…

(Un silencio, me hizo sentir el frío de esa frase, Alice me estaba insinuando sutilmente que lo que dictamine ese hombre ella lo debe respetar, como la hija que es) .- Es por eso que te pedí que nos reuniéramos, mi padre de seguro te va a llamar, y ya no volveré a tener clases de ningún tipo, orientado a la música.

Sentí ofuscación levemente, porque sentía que por su forma de expresarme tal tragedia, con tanta frialdad, sentí que estaba de acuerdo… pero qué bruto! Cómo iba a estarlo? Si nos amamos, entonces la tomé de sus suaves manos y la abracé, con seguridad en mi tono le dije: hablaré con tu padre, le pediré tu mano y así él sabrá de nuestro amor teniendo que consentirlo, al verte también a ti enamorada de mí, no podrá evitar que sigamos juntos (me oí más bien un poco desesperado, pero también es lo que sentía en ese momento).

¡No!¡cómo se te ocurre! ¿tú crees que es así tan fácil? Se nota que no conoces nada a mi padre, si queremos estar juntos debemos buscar la forma de vernos y juntarnos, como lo hemos hecho hasta ahora.

¿Pero cómo crees que no voy hacer nada al respecto? Tomar una conducta así sería de muy poco hombre, caería muy bajo, cuando debo dar a sentir lo muy importante que eres para mí, de esa forma lo único…. Shhhhhhh.- me hizo callar.- a mi no me importa nada de eso, ¿tú crees que me sentiría mejor si enfrentas a mi padre?, muy por el contrario… él es capaz de obligarte quieras o no quieras a irte de este país, tiene los contactos y no le costaría nada, hasta podría calumniar tu persona y eso, eso! Si que no me lo perdonaría jamás (Alice se largó a llorar, sentándose en una banca de la plaza).

Si tú me lo pides, lo haremos a tu modo, pero deja de llorar, no puedo verte triste y la besé. Nos besamos un largo momento hasta que llegó la hora de irse.

Ya no puedo más, hace dos semanas que no sé nada de mi amada Alice, la he ido a buscar pero no he visto gran movimiento, he buscado hasta la prima pero nada… ¡qué rabia!… me decidí a darme una semana de vacaciones para buscarla tranquilamente, quizás así podría seguir un itinerario del ritmo de su casa y poder saber algo de ella.

Día lunes 8 de Julio de 1985:

Me levanté muy temprano, tomé desayuno y partí… lo único que me pareció raro, es que Don Raphael era quien salía y entraba en la casa, de Alice y su madre, nada… ni siquiera por el espejo de su pieza se reflejaba. Pensé que podía estar enferma y que estaba en la pieza de su madre para cuidarla de mejor forma, en todo caso ese pensamiento no me hacía sentir muy bien… si Alice se encontraba enferma me gustaría poder estar a su lado para cuidarla.

Martes 9 de Julio de 1985.

Hoy ya estaba decidido de tocar el timbre y preguntar por Alice… Recuerdo que Alice me dijo que Raphael me llamaría y nunca lo hizo, solo mi bella dejó de asistir, y lógicamente dejé de recibir depósito alguno… ¡podría ser una excusa para llamarlo y preguntar por la salud de Alice!

Llegando a la mansión, toqué el timbre y salió el jardinero. La información que me dio no me sirvió de mucho, ya que dijo que había llegado temprano y que creía que habían salido donde alguno parientes cercanos, como siempre lo hacían los días martes.

Miércoles 10 de Julio de 1985:

Esta vez no fui a la mansión, llamé a Don Raphael. La secretaria me dijo que estaba muy ocupado que volviera a llamar, y cuando lo volví a intentar, nuevamente se hizo el ocupado… algo está ocurriendo y no puedo saber qué es lo que sucede!!

Comencé a pensar cosas horribles, muy mal de mi Alice, pero después me convencí que no, porque siempre fue transparente y muy pura de alma. Había algo raro, ni siquiera cumplió su palabra de vernos a escondidas y eso me hace dudar.

Jueves 11 de Julio de 1985.

Cuando me decidí a ir nuevamente a la mansión para hablar y hacer todo lo posible para entrar, suena el timbre, era una mujer con una carta. Me pareció muy extraño ya que con mi familia nos manteníamos en contacto por teléfono, cuando pensé que podría ser alguna propuesta de trabajo… miré el remitente era de Alice, la carta decía así, la copiaré textual porque deseo que quede registro:

Mi amado:

Lamento no haberte escrito antes, ni avisado lo que estaba sucediendo… pero mi padre ya tenía todo planeado, sabía todo lo nuestro desde el comienzo y me lo ocultó para pensar cuidadosamente lo que te confesaré… seré breve ya que estoy a escondidas redactando mis últimas palabras hacia ti.

Desde el día en que te vi supe que tú serías el amor de mi vida, ya que siempre te admiré por ser una gran músico y posteriormente en seducción por todo tu ser… te amo y amaré.

Tuve que viajar con mi madre, no por trabajo de mi padre sino porque supuestamente mi abuelita estaba mal de salud, pero era todo un engaño… Estoy en Londres, nuevamente internada en el hospital psiquiátrico The Maudsley Hospital, al norte de Londres. Recuerdas cuando me decías que sentías que tenía una pena guardada y qué no sabías que era lo que me ocurría, tengo Distimia, es un trastornos en el estado de ánimo, que yo tenía y que se empeoró de una pena muy grande que viví hace cuatro años, la pérdida de un ser querido, mi hermana mayor… es por eso que mi padre desde ese momento, me ha tenido muy cercana a él, casi no tuve vida social desde ese momento, en mi ser solo había tristeza, no dormía bien por las noches, yo ya no me importaba hasta que llegaste tú, tú me hiciste sentir la vida diferente, pero como te lo dije en algún momento, ya era muy tarde…

Si estás leyendo esta carta es porque me fui de este mundo, sin mi hermana y sin ti en mi vida ¿para qué seguir?…

Perdóname, pero quiero que sepas que te voy a estar esperando, tú tienes un don y una tarea que seguir brindando a través de tu música, la alegría que me supiste dar debes continuar dándola a otros seres… no me has perdido, yo estaré siempre contigo desde el cielo, con mi hermana.

Te amo.

Tú amada Alice.

28 de Junio de 1985.

No pensaba nada, solo había en mi un vacío y salí corriendo detrás de esa mujer, pensé que podría ser una de las cosas que inventaría Raphael para que yo creyera y me alejara de la vida de Alice… de tanto correr y correr encontré a la mujer de la carta.

No sé la cara que me habrá visto, pero se notaba que no sabía del contenido de la carta que me había pasado. Conversamos y ella me dijo que la misma Alice se la había entregado en el hospital psiquiátrico, aprovechando que la iban a dar de alta, se la pasó para que me la entregara, ya que no podía confiar en ningún familiar.

Si la habían dado de alta, no quise decirle lo que había sucedido, le di las gracias y me largué.

Esa día debí haber caminado sin parar unas 40 cuadras, mi cabeza parecía una película recordando cada instante junto a mi Alice… ¡cómo fui tan imbécil! ¡cómo dejé que sucediera esto!… en un momento, ya en la tarde mi cerebro dejó de pensar y era una estropajo de hombre, ¡quedé marcado para toda mi infeliz vida! Fui a un bar y me puse a tomar, luego no sé como obtuve un arma y partí a la mansión del horrible hombre que era Raphael, que arrebató a su hija de mis brazos, siendo que ella era feliz conmigo…

En ese momento lo vi llegar de su despreciable trabajo, me acerqué, lo miré a los ojos… como me reconoció dejó que me acercara, cuando saqué el arma y le disparé…

No supe de mí, a la semana siguiente que me encontraba en un hospital recuperándome del ataque que recibí por el guarda espalda de Raphael.

Cuando me recuperé, caí preso… era lógico después de lo que había hecho, me dieron 40 años de prisión carcelaria por el crimen de homicidio frustrado contra autoridad del Estado además del delito de infracción contra la integridad psíquica de Alice, por haber tenido una relación dentro de los roles profesor estudiante con trastorno emocional que supuestamente la llevó a cometer suicidio… ya ha pasado un año de mi sufrimiento, ¡ya no puedo callarlo más! Es por eso que he decidido escribir este diario y manifestar mi parecer de los hechos… No por la posible opción de disminuir años de prisión, sino porque en mí hay tempestad, el mundo debe saber que lo nuestro fue amor verdadero, para yo también sentir que todo esto fue real, que no fue un sueño, que yo y Alice estaremos juntos por siempre.

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