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Hoy sentí la necesidad de escribir. Es muy simple, estoy triste y algo decepcionada. Es común que en estas ocasiones uno desee desahogarse.  

Y por alguna razón quiero ser escuchada, pues si grito en un bosque vacío, si nadie me escucha, ¿realmente lo hice? o ¿fue acaso una ilusión? Supongo que necesito un testigo. 

Me gusta sentir, es la constancia de que vivo. Pero sentirme tan mediocre todo el tiempo, es sólo un reflejo de que quizás no estoy viviendo realmente. No es extraño, las redes sociales, la televisión, los anuncios, el consumismo, etiquetas, procrastinación; como me gustaría culpar de mi situación a todo esto y creo que puedo. Las redes sociales han arruinado lo que para mí podría haber sido una vida mucho más productiva, pero hubo algún punto en mi vida donde estas fueron inevitables, y ahora me muevo hacia ellas como una adicción. 

Pero al final del día sólo culpo a alguien: a mí misma. Pues las decisiones las tomo yo. 

Cambiar, cambiar, cambiar, cambiar, cambiar, cambiar, cambiar, cambiar, cambiar, lo anhelo y lo intento una y otra vez. Hoy lo intentaré una vez más.