Capítulo 119 – Reunión.
Blaze, Hänä y Starmancer
estaban sentados en el piso, plasmando su arte en unos pergaminos
amarillentos que se consiguieron con los sirvientes del castillo,
para determinar quien era el mejor dibujante de los tres, aunque
Blaze ya sabía quien sería la que quedaría en el último lugar de
la competencia.
Esto es lo mejor que puedo
hacer –dijo Blaze con evidente desgano, con trazos dispares
dibujados sobre el papel, habiendo intentado dibujar un pez, aunque
más parecía una berenjena con aletas que miraba con ojos
desquiciados—. ¡Me rindo!
¡Ajajajaja! ¿Qué es eso?
Bueno, mejor no me burlo, esto es lo que hice –dijo Starmancer,
mostrando un dibujo de un gato, muy bien acabado, pero nada que
viniera directamente de su mente ni que tuviera que ver con el tema
de la competencia.
Dime que no es un retrato de
eso… –dijo Hänä, apuntando a un gato que les hacía compañía
desde hace rato.
El
singular gato estaba sentado entre los muchachos, acicalándose con
relativa calma, limpiando su vistoso pelaje.
Es que es muy peculiar, mira
ese pelaje violáceo, es muy extraño –advirtió Starmancer,
acercando su rostro al animal, el que no se inmutó ante el humano—.
Nunca vi un gato así.
Eso es porque no es un gato,
es un Funcho, un ser parecido a un gato con
características antropo…
¿Pero por qué te estoy siguiendo el juego? ¡Dijimos que
dibujaríamos seres acuáticos, no seres mágicos de otros reinos!
–se explayó Hänä, asustando al Funcho con la
intensidad de sus
palabras, sublimándose
en el acto con sus poderes y desapareciendo
de la habitación—. ¡De este tipo de cosas te estaba hablando…!
Hänä mostró el dibujo
que realizó,
una sirena
bellamente adornada, de largo cabello y ágil y poderosa cola, con su
torso desnudo y sus turgentes pechos apuntando hacia el frente.
Eso no existe –respondió
con total certeza Starmancer, descolocando a ambas muchachas con su
convencimiento—. Además, creo que mi Funcho puede nadar mejor que
tu cosa mitológica.
Si con dos brazos se nada bien, imagínate con cuatro patas…
Hänä respiró profundo
para no explotar por la ira mientras Blaze se retorcía de la risa,
revolcándose en el piso. Al final determinaron que la hechicera del
agua era la mejor dibujante, quedando Starmancer en el segundo lugar
y Blaze en el lugar cien.
Ya, es hora de dejar los
juegos, ahora tenemos que armar nuestras badanas –dijo Blaze,
explicándole a sus amigos los pasos para generar las tapaduras que
elaborarían para cubrir
sus ojos y
poder realizar el hechizo Astral
Sight, utilizando los materiales recopilados con anterioridad.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Bhasenomot
observaba con atención el rápido avance de Knightless Armor desde
su posición sobre la Tierra, moviéndose instintivamente hacia esta
al ver la dirección que estaba tomando, acercándose a Blaze y sus
amigos, siendo observado de inmediato por la vacía armadura que
cargaba en su espalda a Claire desde la gran distancia que los
separaba, deteniéndose en seco ante su impulsivo actuar, evitando
nuevamente acercarse a la Tierra.
Está
siempre atento –murmuró Bhasenomot, centelleando de forma que
denotaba preocupación por el actuar de Knightless Armor.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Después de tres
semanas, Hänä y Starmancer lograron dominar el Astral Sight, cada
uno con su mascota dibujada sobre su badana, moviéndose a través
del castillo para aprender a maniobrar sus avatares correctamente,
costándole más a Hänä por las características de su creación,
debiendo aprender a hacerle nadar en el aire como si este
fuera agua para no tener que arrastrarse por el piso. Por su parte,
Starmancer aprendió rápidamente a mover a su criatura, saltando,
corriendo y nadando en los abrevaderos de los caballos del reino,
perdiéndose por largas horas sin ser visto por las dos hechiceras.
Te
lo dije, cuatro patas le ganan a una cola –dijo Starmancer a Hänä
de forma burlona, restregándole su anterior desempeño al manejar a
su sirena—. Sin mencionar que también tengo cola.
Ya
veremos como te va debajo del agua –rezongó Hänä con molestia,
casi hirviéndole el rostro por el enojo, siendo alcanzada por Blaze.
Esa
es la forma avanzada del Astral Sight, previa al Astral Beast, pero
no la usaremos cuando entremos al agua, allí usaremos la forma base
de sólo visión y
será como si flotáramos siempre. Esta
práctica era solamente para aprender la forma más difícil y que lo
demás se les haga más fácil –explicó Blaze, acariciando en la
mollera a Hänä para calmarla.
¡Ya
suéltame! Ni que fuera un animalito descarriado –reclamó Hänä,
soltándose del abrazo de contención no solicitado de Blaze.
Después de un día
de descanso, las dos hechiceras y el mago se prepararon para
sumergirse y ver el estado actual de preparación de los enemigos
debajo del agua, para poder estimar cuando Yamm atacaría al reino de
Baal y así poder recabar la mayor cantidad de información posible.
Se dispusieron en una de las torres más altas del castillo y
comenzaron a ejecutar su plan.
Entremos
los tres juntos y luego de llegar a un punto fijo nos separaremos,
después de una hora de investigación nos reuniremos en el mismo
lugar y emergemos al mismo tiempo –ordenó Blaze a sus amigos,
recibiendo respuestas positivas de parte de los dos.
Es
hora de funchear –dijo Starmancer, sentándose en el piso, sacando
su badana de uno de los bolsillos de su pantalón, ante las caras de
vergüenza ajena
de sus amigas.
Se pusieron sus
correspondientes badanas sobre los ojos y ejecutaron el hechizo
Astral Sight, apareciendo sobre sus cabezas sus avatares astrales,
translúcidas a los ojos comunes, pero completamente visibles para
ellos mismos y otros seres sensibles a la magia. Dejaron
sus cuerpos atrás, mientras volaban a toda velocidad
hacia el mar, sumergiéndose sin esfuerzo en el oscuro, frío y
salado líquido, avanzando hasta el lecho marítimo.
Al cabo de unos
minutos de avance, encontraron un punto rocoso alto parecido a una
montaña, pero sumergida. Desde allí se podía ver algunos seres
parecidos a los que se habían intentado colar en la ciudadela, así
que acordaron volver a encontrarse en ese lugar luego de transcurrida
una hora, señalizando todos su
aprobación, levantando un pulgar Hänä, una pata Starmancer y
doblar extrañamente una de sus alas demoníacas Blaze.
Los muchachos se
infiltraron lo que más pudieron, consiguiendo información certera y
de importancia para un futuro enfrentamiento contra Yamm, calculando
aproximadamente el paso de la hora pactada para volver a reunirse,
llegando primera al lugar de encuentro Hänä, luego Blaze y al final
Starmancer.
Menos mal que llegaste
–meditó Blaze, pensando que quizá el muchacho se había perdido
debajo del agua, nada que fuera finalmente mortal, ya que había una
forma de emergencia para hacerlo volver a su cuerpo en ese tipo de
situaciones.
Perdón –intentó
decir Starmancer, haciendo una pose de plegaria con las manos de su
Funcho astral, luego apuntando con su pata derecha hacia un lugar
específico, para indicarle algo a las muchachas y que vieran también
lo que él había visto.
Mientras Starmancer
mostraba el hallazgo a las dos muchachas, llegaba al lugar de
encuentro un sigiloso soldado que había logrado ver al avatar del
mago, siguiéndolo sin que este se diera cuenta, quedando detrás de
los tres jóvenes, intentando tocarlos sin éxito, pasando su mano de
cuatro dedos y piel escamosa a través de sus cuerpos astrales. Hänä
lo observó de reojo sin querer, sobresaltándose e intentando gritar
en vano.
¡Es un tiburón
martillo! –pensó Hänä con emergencia, moviéndose rápidamente
para alejarse instintivamente, alertando a sus amigos, quienes se
giraron y se encontraron con el antropomórfico ser.
El tiburón martillo
no intentó seguir agarrando a los intangibles avatares,
pero si procedió a alejarse para informar a sus superiores sobre el
avistamiento de los tres seres que encontró espiando a hurtadillas.
Blaze y Hänä se desesperaron al ver alejarse al ser, gesticulando
como si gritaran, incapaces de detenerlo, mientras que Starmancer
saltó en dirección al pez en forma de Astral Beast, lanzando
numerosos zarpazos que produjeron luminosas ráfagas desde sus uñas
astrales, las que cercenaron en tres partes al tiburón, matándolo y
sorprendiendo a las muchachas.
¡Scythe Claws! –gritó
Starmancer dentro de la torre, con efecto retardado después de haber
rebanado al pez soldado.
¿Cómo logró hacer
esto en tan poco tiempo? –se preguntó Blaze, activando también el
Astral Beast para ir a agarrar la cabeza flotante del tiburón,
mientras que sus amigos hacían lo mismo para coger las otras partes
del cuerpo y hacerlo desaparecer.
Los Astral Beasts de
los jóvenes nadaron contra corriente, cargando entre los tres al
desmembrado soldado, tomándoles diez veces el tiempo que les costó
sumergirse a investigar, logrando emerger a la playa sin ser
detectados por otros súbditos de Yamm. Blaze dejó la parte del
cuerpo que cargaba en la orilla y volvió a usar el Astral Sight para
volver rápidamente a su cuerpo, reinsertándose en su carne y
saltando por la ventana de la torre del castillo,
llegando íntegra a la playa para ayudar a sacar el cadáver e
incinerarlo para no dejar evidencia, volviéndolo cenizas con un solo
ataque, devolviéndose al castillo para encontrarse con sus amigos y
hablar de lo que vieron bajo el agua.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Buen trabajo allá
abajo, Star. Ahora entiendo por qué te perdías tantas horas al día,
estuviste entrenando en secreto –dijo Blaze, tocando el hombro de
su amigo después de que volviera a su cuerpo físico, sacándole una
sonrisa—. Por poco y nos delatan, aunque no podrían habernos
capturado físicamente, pero un ataque astral si nos habría matado
de inmediato. Tuvimos suerte que sólo nos vio un soldado y no
alguien más poderoso.
Hänä miró a
Starmancer a los ojos y elevó su mentón en señal de
aprobación, recibiendo de vuelta un pulgar arriba de parte del mago.
Al menos no fue una
infiltración en vano, allá abajo se está formando un ejército
–dijo Hänä, procediendo a compartir sus hallazgos.
Sí, está lleno de
mezclas de peces y humanos, o peces que se transformaron en medio
humanos, no sé que es lo que vi, pero estaba lleno de bestias, por
lo menos unas diez mil según pude ver –informó Starmancer—.
Hagamos un mapa del lugar que visitamos y de los pelotones
dispuestos, ¿dónde está el pergamino?
Los jóvenes amigos
unificaron toda la información que recabaron, plasmándola en un
mapa del fondo del mar, mostrando a grandes rasgos las unidades de
soldados, los armamentos, los tipos de seres, entre otras cosas,
formando un plan de ataque para cada tipo de criatura en caso de
tener que enfrentarlas, anotando la información para mostrársela a
los maestros del rey Baal y también a su majestad, saliendo de la
torre en que se encontraban para ir a los aposentos del rey.
Cuando bajaban por
las escaleras de caracol de la torre, conversando sobre como
abordarían el tema con el rey Baal, se encontraron de frente con
Claire, que acababa de llegar al castillo, abalanzándose las Ondinas
con un abrazo sobre su reina, recibiendo en ella el cobijo que
anhelaba desde hace ya un tiempo.
¡Mi Claire! –exclamó
Hänä, apretando a las Ondinas contra su cuerpo—. Te tomó mucho
tiempo volver… ¿estás bien?, ¿no tienes heridas?
Claire respondió en
un idioma que solo Hänä comprendía en aquel lugar, contándole que
pudo llegar antes gracias al caballero que estaba detrás de ella,
intentado contarle más información de inmediato, pero al ver al
que aparentemente era un hombre bajo la armadura mostró cierta ansia
al escuchar las palabras de Claire, esta mandó a callar a las
Ondinas.
¿Y quien es este? –se
preguntó Hänä internamente, mirando al caballero, que más parecía
la típica armadura vacía dispuesta en el pasillo de un castillo,
completamente inmóvil ahora, sin mostrar reacciones de ningún tipo
desde que Claire dejó de hablar—. Muchas gracias, caballero… ¿a
quien le debo mis agradecimientos por traer sana y salva a Claire,
con nosotros?
Hänä emitió sus
últimas palabras con evidente énfasis y miró de reojo a Blaze,
quien entendió que algo no encajaba, mirando de pies a cabeza al
caballero, acercándose a este y levantando la máscara de su yelmo
para verle el rostro, sin encontrar resistencia de parte de este.
Mi nombre es… –dijo
Knightless Armor una vez que Blaze expuso su aspecto, mientras
Bhasenomot gritaba desde el espacio a su hechicera amiga, indicándole
que se encontraban en peligro, fulgurando con toda intensidad,
observándose como un pequeño y brillante lucero de la tarde.
OPINIONES Y COMENTARIOS