Aves de rapiña.

La humanidad está hoy en día centrada en lograr sus propios objetivos sin importar a quienes dejamos atrás o pasamos encima por aquellos que consideramos insignificantes, no tenemos tiempo para reducir la velocidad en la que vivimos.

Una de las cosas que más nos marca como humanidad es el egoísmo tan natural que nos sale por los poros y en este hecho se centra nuestras vidas y por supuesto nuestras aspiraciones.

Las aves de rapiña siempre están a la espera de un ser inerte que se puede atacar para consumir sus restos y así llenar sus propias entrañas sin ningún resentimiento, aveces dejamos trozos pequeños de aquellos que hemos utilizado y los desechamos si no son de utilidad para cumplir nuestras meta. Día tras día en una búsqueda incontrolable de presas que utilizar se marca nuestra verdadera naturaleza pero siempre con un miedo atroz a vernos como en realidad somos, egoistas sin medida.

A cuantas personas hemos utilizado usando el hecho de que los amamos para sentirnos satisfechos de que podemos ocultar nuestras verdaderas intenciones, creando una madeja de sentimientos o de hechos llevamos a la gente que nos rodea a una realidad ficticia para ocultar los motivos que nos representa, usar a otros es lo que realmente buscamos por que no es los sentimientos lo que nos interesa en verdad es que el otro nos convierta en su esencia y en parte de su objetivo de vida y así cumplimos con lo que hemos trazado desde que nacemos.

Por egoísmo es como logramos la mayoría de nuestras aspiraciones y para no complicarnos con emociones de culpa nos repetimos mentalmente que es parte de nuestra existencia ser egoístas y logramos ocultarlo incluso de nosotros mismos nuestra naturaleza. Ocultar lo que somos es demasiado difícil pero no queremos mostrar este hecho por no quedarnos fuera de una sociedad llena de individuos que saben ocultar bien sus intenciones egoístas.

Los caminos que tratamos de recorrer y a la gente que tomamos para que nos ayuden a dar los pasos muchas veces los dejamos desarmados y los hacemos sentir insignificante dejando que ellos crean que son los culpables, también hay otros que nos hacen sentir igual culpables, usamos y nos usan para satisfacer sus propios deseos y los nuestros.

No existe un humano que no sea egoísta y que no haya usado a los demás para cumplir sus metas.

Somos egoístas como una forma de protección a nuestros propios intereses, siempre con un objetivo por cumplir y este es la propia satisfacción de haber logrado lo que deseamos superando a nuestros rivales que son nuestra propia especie.

La felicidad siempre depende de que logremos superar a los demás y el que diga que no es así está ocultando ya sea por miedo o por ignorancia el hecho de que somos realmente egoistas. Hacemos las cosas para satisfacer nuestras propias ambiciones y no para simplemente ayudar, se que es cruel admitir que cuando ayudamos a otros lo hacemos por egoísmo ya que nos gusta sobresalir y que otros nos halaben, siempre buscando que digan que somos diferentes siendo unas buenas personas, acumulando acciones que no significan que los hacemos por ser generosos si no para sobresalir.

Los humanos somos seres llenos de un egoísmo tan arraigado que creemos que no lo tenemos y vivimos ignorando queme nuestras acciones con los demás lo hacemos pensando en otros y nunca en nosotros mismos. Por eso es maravilloso reconocer nuestra naturaleza y con ello trabajar para ser mejor y no usar nuestra esencia egoísta.

Cheryl Victoria

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