Cae en la noche…

Cae mi corazón…

¿Por qué cae?, Si ya me había prometido no volver a pensar en el etéreo brillo de tus ojos que tanto cautivaba a los míos en los días de lluvia.

Sube la luna…

Sube la tristeza…

La tristeza de un vago pensamiento, en el que me hallaba cautiva en tus brazos, sin deseos de salir, aprisionada en los latidos de tu corazón.

Se marchitan las margaritas.

Las de aquel inesperado ramo que me diste un día de Marzo.

¿Por qué se marchitan?, ¿por qué tan efímeras?

¿por qué no se vuelven eternas y así poder inmortalizar junto a aquel pequeño suspiro de la luz de la lámpara del jardín, todos esos recuerdos que tenemos para un ‘siempre’ en nuestro ser?

El viento me pregunta por tu nombre, yo le respondo que se quedo en la estación donde se venden ilusiones a un muy barato precio y donde se esperan mil baladas de desamor.

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