Me suenas… me suenas de algo.  Puede que sea de algún sueño.  Quizá fueras tú el de la otra noche. 

Me suena tu olor, me suena tu boca, me suena tu música acariciando mi oído, me suenan tus voces susurrando que la noche no se acaba.

Esa ropa desperdigada por el pasillo, ese sabor a café mañanero, esa cara desaliñada por el sol, esa sonrisa cómplice que me invita a un beso… me suenan.

Y de repente, me suena tu prisa por huir del sueño, por escapar otra mañana, por volver a tu vida y negarme ese trocito que me prometiste anoche, entre risas, caricias y alcohol. 

Me suenan tus mentiras, me suena tu silencio.

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