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Charles Napier/ El taller del pintor
K.B
«Próxima está la vida
Ardiente ha de extinguirse»
2017 –
ANGELIKA
2018
Esboze alguna silueta sobre un recodo
Como si estuviera penetrando el espacio,
Pampando la agonía, Fue saliendo; tan oscura y distante,
Comenzó a caer sobre la tierra, roja de soledad
Se dibujó un rio de llanto en mis sienes con cada caricia
Y tal máscara comenzó a hacérce morada,
Encendí el reloj y danzo al compás, interpretando cada esquina
Se presento antes del alba, cual cadena de oro
Ella fue paloma sobre el reflejo
dijo que quería pronunciar un soliloquio frío y distante
Antes de que se fuera, antes de que apareciera el sol y la quemara por completo
fuimos, parafraseando en hados transparentes
En busca de Sotos apacibles en su tacto
Apenas advertí el camino escualido y dificil
Ella entonó un osculo, y alejo mi espíritu solitario de las hiedras
que crecían en lo recóndito de mi alma ya hirsuta
Sin embargo cuando esperaba a tientas fue desapareciendo
Su vestido amargo, cual piel blanca
que recordaba a mi lecho huraño y torpe
entonces en la noche, cuando me obligue a entonar la testela, como prosa
Alegare que el tiempo me atrapa como una cadena imposible
Entonces el verso tiembla, alego el sol y la esperanza
Ella solo me arroja al vado, el ingenio desaparece en brumas
II
Los días se ahogan en el tedio y tal cuerpo sufre
Cual fantasma, acompaña susurrando favores que saciarán el silencio
Sus grajos resisten las embestidas del viento,
La sangre sale de ellos como la esperanza de sus fauces
Miles de perros ladraran en escualidas noches
En un rincon esperaba, con un vestido incierto, su piel era ceniza
El escalon sigue siendo el mismo, aún después de rehuir tal vanidad,
Las bocas rien, yaciendo esa palabra que persevera en el brio
el descanso que tienta la razón,
Pues aparece de repente, se asemeja un árbol de frutos falsos, condena mis pies
Sí, como un sueño de nube errante y vergonzosa
no encontre nada, aún buscando mi sustancia entre fenomenos simples
Solo encontré carnes putridas con adornos enjutos
de mi mala suerte no comprender su voz ronca y soberbia
Ellos obedecen a la ley de su naturaleza, y divagan entre el sieno confiando el tacto
Ahora pienso en sus reyertas,
Porque se presentan caminando como una Eco; estremeciendo el fruto del rio,
Amanezco entonces conpungido de éxtasis al y maldigo a las sombras del polvo,
luego me arrepiento, como una cortesana triste que resignada, en sus piernas sutiles envidia el adulo
Deseo el estupor, rehuir a su destino.Luegodestruir tal facia y reír de locura
-Cuando terminen de alavarme con esperanza,
Decidíre parar, cortaré el óxido
Pampare en el viento la vehemente
Como un afecto que rompiera el llanto su determinada-
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