Mi ancla es una mirada baja,
tu sonrisa perversa
y los poros erizados al rozarte con mis dientes.
Tu ancla será mi voz
susurrando en tu oído,
con mi mano en tu cintura
acercándote a mí.
Mi ancla es una mirada baja,
tu sonrisa perversa
y los poros erizados al rozarte con mis dientes.
Tu ancla será mi voz
susurrando en tu oído,
con mi mano en tu cintura
acercándote a mí.
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