Anatomía teriantrópica de un extraño amor llanero.

Anatomía teriantrópica de un extraño amor llanero.

Body Witch

17/05/2023

Esta leyenda estuvo oculta en las llamas, en las puertas de un infierno blasfemante que todo lo demoniza; fue un cuento víctima de mentes perversas y malintencionadas que solo hablan desde su dolor; pero, pese a lo que esas lenguas doloridas execren, esta, es una historia de un teriantrópico amor.

Todo inicia con una mujer, una fuerte pero olvidada mujer que vivía entregada a su cotidiana labor de lavar la ropa de los hombres vaqueros que llegaban untados de mierda a contar alrededor del fuego sus aventuras por los llanos orientales, historias que narraban los días y noches cantados arreando ganado para dirigirlo a su nuevo destino; como amaba esa mujer escuchar esas historias entre requintos y fuego…lavar sus prendas que hedían a bestia, era la única forma, la más cercana de vivir los periplos narrados por los vaqueros, era la forma singular que tenía para evadir su aburrida realidad de mujer: lavar, cocinar, lavar, cocinar…harta estaba, ella quería ser vaquera.

Una mañana, tan común y cotidiana como todas, mientras lavaba las hediondas prendas, escucho a lo lejos el llamado de los vaqueros para iniciar el viaje…quería ir con ellos, quién lo notaria? En su espalda un hermoso toro rubio pastaba desprevenido de todo lo que ocurría a su alrededor; la mujer observo al toro con atención y sin reparo alguno abandonó las prendas que lavaba y a tientas busco un lazo…atraparía ese toro y demostraría a los vaqueros que pueden llevarla a sus expediciones: – “sería de mucha ayuda como vaquera…”, pensó mientras alistaba el lazo y graznaba un llamado al apaciguado toro.

-¡¡WEEEAAAA JAAAAAAAA!! – gritó la inmadura vaquera, y de inmediato, el toro aguzo la vista para evadir la lazada sin éxito provocando un caótico enredo que obligó el corte improvisado de la soga con los dientes por parte de la vaquera…sin cuchillo… – ¡WEEEAAA JAJAAAAAAAA!- otro intento que irremediablemente, ante la falta de experticia para lazar de la mujer, provoca una cómica persecución, donde en efecto, seguía ganando el toro.

El tercer intento de lazada es una payasada para el cornúpeta, este no duda un segundo en oponer su enorme peso contra la delgada mujer que cae al piso aterrada, lista para ser amenazada y burlada por la bestia. El toro danza su victoria, pierde de vista la mujer, que hecha ira y violencia desata tras sus caderas dos manos revolvericas y temblorosas; hechas armas, sus manos se desenvuelven en una provocadora postura de cachos en la frente que desata y reta la batalla…cacho, pezuña, colmillo, mecha, uña, alarido, patada…la confrontación, el calor, el sudor, los movimientos violentos que de golpe balsean…la extraña danza desata en el toro una desbordada y extraña pasión que lo impulsa al cortejo emparejado; la luz teriantrópica que su arrebato desata, hace que el toro no se vea tan toro ante los ojos de la mujer, y la vaquera, ni tan vaquera ante los ojos del animal, algo… los hace increíblemente similares…una extraño calor transforma el encuentro…la mejor vaquera del mundo es aquella que ama al toro.

  • “Entre joropo y balseo torito de mis deseos ya no importa que seremos… cacho, colmillo… te quiero conmigo bravura de llanura, seré tu vaquera/ vaca en cualquier lejura”…

A lo lejos se oye el llamado de los hombres, la mujer esconde al toro para protegerlo de los aguerridos vaqueros, los nuevos enamorados se sotierran en la oscuridad.

Y aquí va la moraleja, aunque este cuento no se fábula:

“Ya lo sabes mujer, no dudes del toro con mirada firme que te invita a bailar, sin rodeos déjate llevar por su bravura para que encienda con amor tu locura… hermosa vaquera de llanura”.

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