Amor a medias…

Decidí empezar a escribir mis anécdotas con el fin de poder expresar lo que siento por cada una de las experiencias que he pasado a lo largo de mi mediana edad. A mis 26 años me considero una mujer con experiencias que me han marcado de por vida y que seguirán conmigo hasta que de mi último aliento. No soy escritora y me considero una pésima persona en decir las cosas que me han pasado pero esta historia tenía que ser contada, así como desde pequeños nos inyectan como suero la idea que el amor es mutuo, que si sientes algo tan fuerte por esa persona eso será reciproco. Sabes que eso no es así al pasar de los años.

Estaba en mis 21 años a punto de culminar mi carrera universitaria, decidí no hacer practica como es requerido por las universidad de hacer tu tesis basado en la práctica que tuviste por ciertos meses en una empresa. Yo por otro lado, siempre llevando la contraria de las cosas, decido hacer un proyecto. No cualquier proyecto, se requería la participación de dos personas para llevarlo a cabo. Llevando mi monografía cuesta arriba, llevaba 3 clases más. Siempre fui una persona promedio ni muy buena ni muy mala en cuanto a mis estudios. Hable con mis padres de que iría a trabajar a otro lugar y no con ellos (ya que tienen un negocio) porque trabajaba con ellos en ese momento. Decido aplicar a lo que te da una contratación casi inmediata las famosas maquilas gringas. Tenía una experiencia previa de otra empresa que no termino muy bien pero esa es otra trágica historia. Mi nuevo trabajo… una oportunidad para ser la persona que quieras, si eso es lo tuyo. Claro está, que es mejor ser tú mismo pero muy dentro de nuestros oscuros pensamientos tenemos la idea de poder mejorar esas facetas que tenemos como defectos que no quieres que tus nuevas amistades sepan.

Pasaron unas semanas, incluso un mes o dos, no estoy muy segura pero entable una amistad muy cercana con una joven que era tres años menor que yo. Lo chistoso fue nuestra primera interacción. Me preguntó que si le podía hacer un favor y como andaba en mis días de buena gente, acepte. Me dijo que si la podía acompañar al baño para hacerse una prueba de embarazo, vaya mi sorpresa al verla tan joven porque dato curioso yo era virgen todavía. Ese año fue mi primera vez y de ahí empezó lo que más tarde llamare mi peor y mayor descubrimiento.

Nos hicimos muy amigas después de todo el drama, fue amistad casi instantánea, muy pronto se integró a nuestro grupo otro integrante. Un joven de 27 años que no era precisamente el tipo más atractivo del lugar, la verdad no lo era… estatura promedio, cabello oscuro y una barba que le ayudaba con su físico, él es Sebastián. Éramos tres, salíamos a comer en el almuerzo juntos, comprábamos cosas juntos. Él nos contaba que siempre que llegaba su novia de viaje él le tenía rosas a su regreso, un detalle que últimamente se ha perdido. Nos hicimos muy amigos nosotros dos, al punto en el que un día le comente que había un lugar nuevo que vendía cervezas alemanas, algo que nunca había probado y quería ir pero no sabía con quién.

Aceptó de inmediato, fuimos en la noche y empezamos a platicar, sentí que realmente alguien me comprendía y teníamos muchas cosas en común a lo que el sorprendido me comento que tenía una impresión diferente de mí, que no sabía que era capaz de tocar temas tan maduros ( no me sentí ofendida). Ya con unas tres jarras encima me sentía poderosa con ganas de decirle al mundo lo sincera que me sentía y lo bien que la pase esa noche. Debo admitir que yo hice mi jugada primero, me fue a dejar a mi casa y enfrente de ella al despedirme lo bese en la mejía algo tan inofensivo e inocente pero la intensión estaba en el aire, el no hizo ningún movimiento.

Pasaron semanas, seguíamos saliendo cada vez que podíamos, íbamos a fumarnos unos cigarrillos antes de empezar la jornada de trabajo o al final. Llega diciembre y con todo su caos incluido. Es la fiesta de la empresa, cada año se celebraba, era mi primera fiesta de trabajo a la que asistía, así que fui con un traje corto, me aliste donde Camila mi amiga del trabajo. Desde que empecé a salir con Sebastián ya no éramos esos tres mosqueteros que íbamos de arriba para abajo pero siempre manteníamos la amistad. Llegando a la fiesta los nervios me fluyen por todo el cuerpo como al inicio de una montaña rusa en movimiento. Sebastián fue por nosotras dos así que ya lo había visto con su mejor traje y yo no me quedaba atrás con un vestido rojo pegado y tras tener un busto proporcionado decidí colocarme solo las plantillas enfrente ya que el vestido era escotado de atrás demasiado revelador para mi estilo ya que las inseguridades de mi cuerpo me abrumaban. Después de escuchar esas rifas que jamás ganas, decidimos ir al bar del hotel para comprar unos tragos ya que no venía incluido en la fiesta, nos encontramos con el gerente de la empresa tomando y nos llama para que nos unamos en la barra. Accedimos para no quedar mal y nos invita a unos tragos de Grey Goose ( no es mi gusto en lo más mínimo), después de unos minutos decidimos irnos a otro sitio lejos de la fiesta, fuimos a otro hotel que tiene un bar increíble y muy caro para mi gusto pero era un día de celebración. Teníamos esa conexión imparable que al estar rodeados de una gran mayoría de personas solo existíamos él y yo con nuestras platicas y acercamientos que dieron pie a nuestro primer beso.

Después de nuestro primer beso, la calentura se complementaba como sol de verano, decidimos ir a un hotel. En la habitación mi corazón y mis piernas estaban en un mismo ritmo, sentía cada latido y sinceramente no entendía muy bien como era el mecanismo para un encuentro apasionado ya que él fue mi segundo compañero sexual, creo que les debo la historia de mi primera vez.

Como adolescente que fue educada en casa con una ideología en la que hablar de sexualidad era un tabú y es algo que mi madre nunca me platicó, cuestión que veo tan equivocada para los tiempos en los que vivimos actualmente. Mi familia siempre fue muy conservadora en ese aspecto y de un régimen estricto a la hora de educarnos pero no puedes culpar el mecanismo en la cual ellos también fueron educados de la misma manera o peor.

Una buena educación sexual desde temprana edad puede reducir el riesgo de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.

Decidí ir al baño a tranquilizarme y mirándome al espejo y ver el reflejo de mi cara toda agitada y nerviosa como si fuera mi primera vez, lo cual así siento que fue. El encuentro fue tal y como pensé, genial. No sé si era mi falta de experiencia en el tema o en lo practico pero para mí fue excepcional; paso el tiempo y camino a mi casa su carro se descompone, su reacción fue épica, estaba frustrado y como era de esperarse su novia lo llamaba constantemente. Yo en el asiento del pasajero, relajada como si nada malo estuviera pasando. Realmente estaba cerca de mi casa me podría haber ido caminando. He estado acostumbrada a mi mala suerte por mucho tiempo, muchas personas me dicen que eso es algo mental. Si piensas cosas negativas por ende cosas malas te pasarán. Yo me voy a los hechos y creo que ustedes también estarán de acuerdo conmigo al final de esta travesía al darse cuenta que ser realista me ha dado la razón. Finalmente llegue a mi casa sin problemas.

Días después de lo sucedido, Sebastián me comenta que se peleó con su novia y que ella lo saco del apartamento que tenían juntos y se fue temporalmente a vivir cerca de mi casa ya que ahí vivía uno de sus mejores amigos. Nuestra “relación” iba avanzando con el paso de las semanas, hasta que hable con él para comentarle que tenía que decidir si seguir conmigo o iba a seguir con ella ya que no lo miraba correcto y tenía que decidirse. Sin dudarlo, me dijo que conmigo se sentía bien y que podíamos tener una hermosa relación. Estos días que siguieron fueron por mucho los mejores días de mi vida, mi actitud estaba floreciendo, me sentía viva y el me hacía sentir como la única persona importante para él.

Pasaron 2 meses, de felicidad infinita pero nada es así en la vida. Ese día lo recuerdo como si fuera ayer, andaba con una camisa verde a cuadros y se miraba elegante y con su barba le daba un toque perfecto al look. Camila, Sebastián y yo estábamos en la hora de almuerzo estábamos a punto de entrar cuando el recibe una llamada, no le tome importancia… a lo que Camila en broma me dice que talvez es su ex diciéndole que está embarazada. La idea no se me había ocurrido pero ni en mis noches de insomnio. Toda la tarde estuve con esa idea sembrada en mi mente y la actitud de él cambio radicalmente lo que me dio más ansiedad al pensar que fuera cierto.

Como todos los importantes sucesos, a la entrada de mi casa él se estaciona y me mira directamente a los ojos y me dice: ¿tú sabes que yo te quiero verdad?, a lo que yo automáticamente supe que algo estaba a punto de cambiar mi vida.

Al día siguiente camino al trabajo, él me dice que me tiene que decir algo, yo psicológicamente preparada asumí mi realidad y me dijo que su ex pareja estaba embarazada y que tiene un poco más de dos meses y se dio cuenta hace poco. Automáticamente me puse a llorar y sin aliento, no podía creer que había encontrado a la persona ideal para mí y porque me pasaba esto a mí. Decidí dejarlo y no tener ningún contacto con él pero fue como un nivel más del Infierno de Dante. Trabajar en el mismo lugar no es sano en lo absoluto. No podíamos evitar tener contacto visual constante y sentir esa vibra invisible que transmitíamos al solo pasar cerca el uno al otro. No pude evitarlo, caí.. a este punto estaba tan enamorada que pensé que nada de lo que pasaba o hacia estaba mal. El solo hecho de estar con una persona que es prohibida despertó una perversión que no sabía que existía en mí.

Cabe mencionar que durante este periodo de tiempo el desapareció por una semana del trabajo a lo que un compañero mutuo me dice que él estaba en su luna de miel porque se había casado hace poco. No tengo que explicar que me cayó como balde de agua la noticia. Al verlo de nuevo en el trabajo sentado en su escritorio pasé por esa zona y me fijé que tiene el anillo, confirmando lo que todos sabían y solo una persona tuvo el valor de decirme. Lo invito a fumar al rato, al momento que él llega miro que no tiene el anillo puesto, le digo que porque no me dijo y si pensaba que no me iba a dar cuenta. Su poca hombría le dio el valor de decirme que sus padres lo obligaron a casarse en pleno Siglo XXI. No le creí pero como dicen.. el amor es ciego. Yo fui la masoquista que siguió.

Un domingo en la tarde, Sebastián me llama y me cita urgentemente a un estacionamiento que está cerca de mi casa. Doy la excusa en mi casa que iría al supermercado y agarré el carro y lo fui a ver. Miro su cara roja, inflamada y con líneas de rasguños. Me comenta que su ex supo de mi existencia y que lo sacó nuevamente del apartamento. Quería estar seguro si yo estaba dispuesta a seguir con él. Me quede en shock no sabía que responder, la idea de seguir con una persona así ya no me estaba gustando para nada. A lo que él se puso histérico al decirme que parecía que yo lo prefería con novia que soltero. Algo ridículo pero cierto, la idea ya no me resultaba emocionante.

Se fue a vivir temporalmente donde Alberto, el amigo que vivía cerca de mi casa. Nos mirábamos diario, era inusual el día que no nos viéramos, íbamos a todos lados, a la playa, bares, restaurantes. En mi casa, mi padre me había advertido que tenía que estar a más tardar 10:00 pm o iba a cerrar el portón y me quedaba afuera. Todos mis 4 años de universidad nunca fui una persona que pedía permiso para salir de noche con amigos ya que eso era prohibido por ellos. Era un desafío poder pedir permiso. Su ideología era que al restringir las salidas y reuniones con amigos era lo mejor para nosotros (mis hermanos y yo). Como ya había comentado anteriormente mis padres son un caso aparte, no puedes elegir los padres que te tocaron en la vida y tienes que aprender a comprenderlos y amarlos. Su estilo estricto y sin ninguna forma de afecto los hacía pensar que eso era una buena educación. No me malinterpreten, nadie sabe cómo es ser un buen padre o madre.

Los viajes en carretera era lo nuestro, música a todo volumen, unos cigarros en el camino, riéndonos de todo. No le podía pedir nada más a la vida con la libertad que sentía. Un día en la playa, dejamos nuestras cosas en el carro y fuimos a comer a un restaurante frente a la playa, al regreso me doy cuenta que mi cartera no estaba, alguien había entrado al carro y se llevaron mi bolso nuevo que me lo había regalado mi hermana por mi cumpleaños una semana antes y mi carnet del trabajo así como mi tarjeta de crédito y efectivo. No podía creerlo, sabía que me iban a matar y preguntar dónde lo había perdido pero para ese entonces ya era una experta mintiendo en donde me encontraba. Pasamos por un restaurante para cenar y tranquilizarme. Al verme triste Sebastián se pone dos pajillas en su nariz y tratando de hacerme reír. Esa referencia la conocía muy bien, era de su película favorita A lot like love
que protagoniza Ashton Kutcher y hace lo mismo en la película en su interpretación de Oliver hacia Emily que esta triste al ver a su ex novio con su ex mejor amiga.

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