Un coro de palmas empieza a sonar a mi espalda. la suave brisa marina mueve las canas hasta hacerlas chocar unas con otras, como si las palmeras hubieran decidido animar el amanecer con un coro espontaneo. Sentado en la orilla del mar, se respira tranquilidad y recargo energía a la espera de ese amanecer maravilloso sobre el mar caribe.
A mi derecha, aparece de la nada, la figura de una mujer, menuda, morena, con una sonrisa radiante-Mama?-despierta hijo, arriba, se te va a hacer tarde.
Abro los ojos, ojos hinchados e inyectados en sangre por el exceso de alcohol y la falta de sueño. Tengo la cara aplastada contra la fina arena de la playa, boca pastosa, siento un hierro atravesando mi cabeza de un lado a otro y no logro respirar bien. La mano derecha esta dormida y aplastada debajo del cuerpo, me duele todo. Agua!!! Necesito agua para recuperarme. Me arrastro como puedo dentro del agua, agua sanadora, agua azul turquesa. «Dios, que resaca!!!, último dia que bebo» Esto no es un amanecer, es resucitar, volver a la vida despues de
una noche de fiesta.
Creerme si os digo que los amaneceres en el caribe son rapidos, esquivos y muy
fugaces, hay que estar muy atento a ellos o te los pierdes. Ocurre sin que nos demos cuenta de ello, sin avisar, sin rodeos. Y doy fe de ello, porque despues de vivir 2,555 dias con sus respectivas noches en el Caribe, no tengo ningun
recuerdo de ver amanecer y solamente un atardecer, precioso eso si, con sus
colores naranjas tiñendo las nubes y el sol ocultándose detras de las palmeras.
Una pena, porque he vivido en playas mirando al este y uno debería pensar que
al menos un recuerdito de un amanecer tendría….pero no, en mi caso, ningun recuerdo.
Desde la distancia que dan los años y los conocimientos adquiridos, intentare
explicar el porqué de este hecho tan curioso. Como casi todo el mundo sabe, en el caribe amanece a la misma hora a lo largo del año, o la variación es mínima, o eso creo, que ahora que lo pienso no estoy muy seguro. Como iba diciendo, al amanecer casi a la misma hora, es cuestion de sincronizar el amanecer del planeta con el mio. Y ese fue siempre mi problema con los amaneceres caribeños, la falta de sincronía.
He de confesar que en esa etapa de mi vida, mi espiritu, para mi la mejor manera de valorar un amanecer, todavía no se había reencarnado. Me explico, somos cuerpo, mente y espiritu, pero en algunas personas como yo, lentas en comprension y despistadas de nacimiento, no nos damos cuenta que las tres coexisten al mismo tiempo, en mi caso, mi espiritu se manifesto a los cuarenta, mi mente…en fin, seguimos esperando.
Asi que esos amaneceres espectaculares, con el sol emergiendo del mar, con
delfines saltando entre las holas y los pajarillos cantando, me los perdí todos. Ya fuera porque todavía me encontraba en algun sitio apagando mi sed con ese
maravilloso nectar de agave, o porque ese mismo nectar habia provocado que mi
cuerpo callese exausto en la arena antes del amanecer.
De lo que si puedo hablar largo y tendido, aunque eso es tema aparte, es de los
amaneceres de mi cuerpo en la arena, al sol, con una temperatura de 30 grados y
humedad del 100%. Eso amigos mios, mas que amanecer es resucitar, pero fue la única manera que encontre de despertarme a tiempo para llegar al trabajo.
Solo puedo añadir, despues del paso del tiempo y con la calma que proporcionan
los años, que lo más sencillo hubiera sido irse a dormir temprano y despertarse
sereno para ver el amanecer. Efectivamente, pero a mi cuerpo, recordad que
todavía estamos esperando a la mente, no se le ocurrió. Como dicen en mi pueblo
y he seguido fielmente desde pequeñito….si te despiertas y te acuerdas de lo que
paso ayer, no te lo has pasado bien. Y he de reconocer que me lo pasé muy bien, o esa sensación tengo, ya que recuerdo ninguno, ni amaneceres ni falta que me hacen, que para eso estan los documentales de la 2.
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