En una carretera lejos del mundo de las fronteras, vagamos felices por cruces de pinos, las aves revoloteaban a la vez que orquestaban maravillosas melodías desconocidas por el hombre, el cielo era tan claro como mi mente ahora, las nubes tan blancas como la nieve de la cordillera. Escapabamos de los hombres de las maquinas y del silencio productivo.

En un viejo Volkswagen modelo 74 nos cubrimos de amor y fantasía, hasta que la noche golpeaba y nos llenaba de alegría, fuimos felices por aquellos caminos donde la revolución no había llegado, al margen del mundo, entre vida y muerte, entre paz y amor, amor y llanto, llanto y odio, realidad y ficción, miedo y dolor.

En un mar de penumbras experimentamos la vida, me susurraste al oído, y lo sentí tan fuerte que fue un alivio, el amor que me tenías era tan fuerte que me lo podías decir de frente y sin dudarlo ni un segundo, con la fuerza de mil planetas y millones de galaxias.

La vida parecía eterna, así se sintió mientras esta tierra habitabas y hoy te digo esto aquí, Amalia, frente a tu tumba, mientras recuerdo tus alegrías y tus defectos, como la gran mujer luchadora y amante que he conocido y con quién pasé los mejores días de mi vida.

La actualidad es compleja, sin ti a mi lado todo me parece incierto, la modernidad ha arrasado con todo lo que conociamos, creiamos y amabamos. Cada vez es más díficil comprender todo lo que nos rodea hoy día a los seres humanos, no he tocado la guitarra en años y no he sentido amor desde que la eternidad decidió que debías partir, pero, aún así, sigo aquí luchando por lo que siempre creímos justo, la emancipación de la gente y un futuro brillante donde nadie sufra lo que hemos sufrido y la pobreza no exista más que en la mente de aquellos que día a día se esfuerzan por producirla.

A veces se hace lejano ese día en el que todos seamos iguales y las únicas diferencias que tengamos sea lo que en esencia nos hace individuos, pero que no nos divida como hace tiempo lo hace producto de la gran tempestad de las sociedades modernas, y espero que ese sea el día en el que nuestras almas se entrelacen en pos del porvenir en un lugar mucho más allá del universo y las estrellas que hoy se ocultan tras gruesas capas de humo y suciedad.

Ante ti quiero revelar hoy que son aquellas condiciones que nos atan como seres humanos las que nos han hecho vulnerables, pero esa condiciones vulnerables, también, han forjado una increible fortaleza. Perderte me ha causado un terrible dolor, pero también me he hecho de una fuerza extraordinaria para seguir con tu lucha, nuestra lucha, la lucha de todos.

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