Te conocí cuando brillabas por ti misma. Cuando eras una estrella con brillo, iluminando un universo dudoso y oscuro.

Tuve la misma atracción que un ciego tendría con ver una secuencia de luces por primera vez. En mi imaginación acaricié tu aura llenándome de tu simpatía y amor.

Te atraje hasta a mí como un objeto cae al suelo por gravedad, no consciente de mi origen ni de lo que iba a pasar.

Nunca quise atraerte a mí, relacionarte a algo opuesto a lo tuyo en todo sentido cósmico.

Caíste en un agujero negro, perdiendo energía…absorbía tu vida. Y nunca quise extinguir el halo que admiraba en tu silueta, prefería admirarlo y desearlo a estar cerca.

Es la maldición de mi amor lo que no te detuvo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS