En la jaula de nostalgias vive un canario ya sin alas, esta triste y ahoga sus penas en un cielo de tinieblas. Un sabio de anhelos , atados a los hierros de su casa.

Cercano en las tierras amarillas de pajonales habitaba el hornero con su alas desplegadas, ala con ala entre las sombras y el viento enredadas eltandon las aguas del arroyo que baja. Un árbol es su casa.

Se arrimó con la música plagada de juventud e inquieto de conocer las cosas lejanas. Mojado de sol, los brillos de sus plumas son rayos de luz que posa en aquella jaula.

Un encuentro de voces y trinos enlazan sus almas.

Saben ambos que solo puede cruzar sus miradas.

Uno regala los ocasos color naranjas, el otro su silencio de madrugada.

La luna une sus ropajes y ambos, azules, pintados de estrellas sueñan atando sus mismas alas.

Quizá no sabe el canario que el hornero roba el abismo de su desvelo mientras llena de ecos un silencio y lo ama.

Irene dutari Font

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