Aferrarme a tu amor

Y ahora sólo puedo aferrarme a tu amor, puro, genuino, incondicional, totalmente desinteresado, amor de ese que se retroalimenta con más amor, pero nunca empalaga ni es excesivo, porque es lo único eterno e infinito en esta vida. Y ahora sólo puedo aferrarme a él, porque aunque el mundo se desmorone, tu amor se mantiene estoico como un caballero de la baja Edad Media al que lo golpean una y otra vez pero sigue en pie, listo para el combate, listo para hacerle frente a ese desconocido rival que se esconde tras su yelmo y al que basta con verle los ojos para saber que puede herir a traición sin remordimientos.
A veces el anacronismo histórico esconde verdades que tarde o temprano arrasan con todo. Y entonces te das cuenta que todo es nada, porque aún puedes aferrarte a ese amor puro, genuino, incondicional, desinteresado, eterno e infinito.