Puedo verte desde el momento en que la luz del sol arroja suavemente sus cálidos rayos por mi fría ventana, cuando salgo hacia afuera a seguir con la misma rutina sin cambiar nada en mi camino, llego al trabajo, saludo a las mismas personas de siempre, con mi sonrisa casi imperceptible, vuelvo a casa, me siento en el sillón de esta pequeña sala, siempre lo mismo, tal como si se tratara de una fuerza magnética que no deja hacer más que lo mismo de siempre. Pero allí estas tú, mirando cada movimiento que hago, sintiendo cada sentimiento que yo siento, contemplándome mientras te posas en una luz. Crees que por ser la sombra que siempre está en cada lugar nadie se va a percatar algún día, de la triste y oscura que es tu presencia. Si en verdad eres parte de mí, o crees ser dueña de mi vida, de mi ser, tanto como para seguirme a cada momento, todos los días, debo decirte, o más bien pedirte que me aclares mis interrogantes, quien eres en verdad. Serás tú la parte más oscura de mi alma en pena? Serás la tristeza y la agonía, que sucumben ante mí? Tendrás en verdad tanto miedo para estar escondiéndote detrás de mí?
Te suplico solemnemente sombra, cuentame, te veo con intriga, con ansiedad, que estás esperando de mí, que en todo tiempo estás siguiendome. Cual es tu verdadero miedo, que en la oscuridad desapareces.
Cuando leo, y cuando escribo, siento esa espesa brisa que me hace temblar hasta el fondo de mis huesos, y sin embargo tú no te mueves ni un instante, ni un poco. Respondeme sombra, porqué estás observándome a cada momento? Te suplico que me digas porqué estás conmigo en la luz, pero te vas cuando llega la oscuridad. Cuando no puedo verte, en esa oscuridad, es cuando el miedo comienza a invadirme. Tal vez seas un demonio, que espera en silencio el momento idóneo para apoderarse de mi alma.
Respondeme porque es tan importante para tí el alma de un pobre y triste mortal? No quiero tener que volver a verte más, el sol se está posando sobre las colinas, ya puedo apreciar el ocaso que desciende sobre mi humilde rancho. Porqué te alejas demonio? Estás cada vez más distante. Te vas desvaneciendo lentamente de mi vista, mientras que la oscuridad quiere apoderarse de este triste y desolado cuarto.
Ya sólo queda una nítida luz que sale de esta delgada y gastada vela, y ya no puedo verte.
Todavía estás aquí? Respondeme, sé que todavía estás observándome, lo puedo sentir. No te escondas cobarde, ya no hay luz en lo absoluto, pero puedo sentir que tú presencia sigue aquí. Estando en mi dura cama, vieja y gastada, los ojos se me están cerrando, estoy muy agobiado, cansado, pero ni bien comienzo a dormirme, siento que están susurrándome algo en mi oído, escucho una voz muy tenue. Adiós

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS