Abuela quiero ser tú.

El café caía de sus manos temblorosas, tomo la taza antes de que se lo eche todo encima, la quito tan rápido que me quemo.

• ¡Dios! esto está muy caliente- exclamo.
• Lo siento pequeña ¿esta vieja te está causando problemas? Apenas y logro sentir la temperatura.

La miro y no respondo, pero mi hija curiosa por lo que está pasando, corre hacia su abuela y le dice:

• ¿Abuela tienes poderes?- mi madre la carga y la pone sobre sus piernas.
• ¿Por qué crees eso mi chiquita?- preguntó ella.
• Es porque no logras sentir ni el frio, ni el calor, a veces escuchas y a veces no, puedes oler algunas cosas pero otras no, yo por ejemplo si tuviera ese poder no quisiera oler el brócoli, eww- mi hija hace un gesto de asco y mi madre ríe suavemente.

Mi hija suele ser muy elocuente, y nunca deja escapar absolutamente nada.

• No es un poder mi amor- mi anciana madre comienza a peinar a la pequeña preguntona- la vejez te hace más torpe, te hace perder los sentidos y a veces soy realmente lenta.
• ¿Por qué abuela?- pregunta mi hija cada vez más curiosa.
• Fácil, es porque somos una caja muy pequeña- dice mi madre, eso nos deja a mi hija y a mí muy asombradas ¿una caja?
• Abuela pero yo no soy una caja, soy una niña.
• Sí que lo eres, pero tu cuerpo es una pequeña caja de herramientas, cuando estés tan grande como tu madre, habrás usado muchas de las herramientas que te han dado como tus sentidos por ejemplo, habrás olido muchas flores, visto muchos paisajes , comido mucho brócoli- mi hija de nuevo pone cara de asco- habrás sentido mucho calor y mucho frío, pero mientras más pasa el tiempo, menos necesitas las herramientas y vas llenando tu caja con recuerdos, tantos recuerdos que ya sabrás el olor de cada flor, la sensación de cada abrazo, ya habrás visto las mejores sonrisas y no necesitaras más.
• ¿Y como sabré que hice todo eso abuela? ¿y si quiero ver más cosas?
• Mijita a mí edad, las únicas cosas que querrás hacer es estar con tu familia.

Mi hija corre a su habitación, al pasar los minutos viene hacia nosotras con un dibujo en su mano, en el dibujo esta ella, estoy yo y mi madre sentada en una silla con una flor en la mano.

• Abuela cuando ya haya usado todas mis herramientas aun voy a recordar tus manos y tus besos, me lo has advertido, ahora usare todas mis herramientas todos los días, así sabré a que huelen las flores antes de olerlas o cuan caliente está el agua antes de tocarla, lo ves abuela, si eres súper poderosa.

Ella le da el dibujo a su abuela y me viene hacia mí corriendo para abrazarme- mami cuando seas como mi abuela sabrás lo que se sientes mis abrazos antes de que yo te los dé.

Mis ojos se ponen vidriosos- lo sabré mi amor.

• ¿Y estas lista para perder tus herramientas mami?- me pregunta ella muy curiosa.
• Aun no hija, creo que debería usarlas un poco más, así llenaré mi cajita de recuerdos y cuando me toque ir perdiendo mis herramientas estaré lista.

Mi madre, tan anciana como se ve y tan llena de recuerdos, ha cambiado sus herramientas por sentimientos, por sueños y consejos.

Sí, mi hija quiere ser como mi madre y yo también.