Bajo argentina luz de luna llena
en el café donde te conocí,
tus ojos negros me dijeron que sí
desbordando en mi vida dicha plena.
Luego abriste tus alas hacia el este
yo me fui a navegar en otros mares,
la vida nos marcó sendas dispares
y nunca más pude volver a verte.
Satisfecho en el viaje por la vida
con un tinte de plata en mis cabellos,
hoy me invadieron recuerdos aquellos;
febriles primaveras ya perdidas.
Y la brisa me trajo al viejo puerto,
volví al café donde te conocí
detuve el tiempo para verte allí,
y me invadió de nuevo el desconcierto.
Y sentí tu regazo junto a mí
y aquella dicha regresó a mi vida,
en la lejana juventud perdida,
tus negros ojos diciéndome que sí.
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