A un paso de la muerte

A un paso de la muerte

Emiliano Barrera

15/05/2022

Barrera Troche Emiliano, Grupo: 401

Colegio de Bachilleres del Estado de México 03 Chimalhuacán 

No sé qué será de mi vida, voy rumbo a mi muerte sin nada que yo pueda hacer, con un dolor en todo mi cuerpo debido a los disparos que atraviesan mis costillas, pero aún más doloroso es mi marchito corazón porque ya no tiene la luz que le da vida.

Es triste saber que ya no la volveré a ver, que será de ella no lo sé, solo se que me dirijo a mi final, el hombre que va a un lado mío con una mirada de un perro hambriento apuntando con una pistola a mi cabeza, y este soy yo un padre que hizo justicia por su mano.

Eran las seis de la mañana, como siempre mi mujer ya tenía lista mi ensalada con mi jugo de naranja fresco. y mi niña se alistaba para ir a la primaria, su cabello como pequeños tejidos de oro y esos ojos verdes como esmeraldas alegraban mis días.

Tomaba mi portafolio y me dirigía a mi empresa una de mis mayores metas cumplidas en mi vida, tener mi propia fuente de trabajo y ser un hombre reconocido, y creo que ese fue mi error ser alguien importante, como era costumbre dejaba a mi hija afuera de su escuela, me daba un beso en la mejilla y bajaba apresurada del carro, esperaba un momento y seguía mi camino.

-Adiós papá me decía a lo lejos, con una sonrisa que nunca se borrara de mi mente, en la empresa todo iba de maravilla, los números estaban en los cielos y mis aguacates se estaban exportando internacionalmente, que más le podía pedir a la vida tenía vida, salud y dinero, mi esposa esa mi diosa que curaba mis delirios, ella con esas manos de seda que acariciaban mi cuerpo, ella que tan solo cuando la miraba se detenía por completo mi mundo. Esos malditos me la arrebataron de mis brazos. Recuerdo cuando la mire por primera vez esa carita de porcelana me enloquecía por completo. y en abrir y cerrar de ojos ya no estaba más junto a mí.

Como era su costumbre los domingos por las mañanas salíamos a visitar a sus padres, además de pasar un rato con ellos, y mi niña ni se diga, ella esperaba con ansias los días domingos para oír el lindo cantar de los canarios de su abuela, y admirar a su abuelo, contando las misteriosas historias de cuando fue militar y formo parte del ejército nacional.

Esos momentos nunca los volveré a revivir. Como era muy de mi a mí me gustaban los carros de lujo, recuerdo mi baby un Ford Mustang gt500, su color azul que parecía el mar rodando por las calles, y eso fue el punto que detono mi final, recuerdo que despedí a mi contador de cabeza ya que me di cuenta de los grandes desvíos de dinero que realizaba en mi cara, para mi eso fue un golpe de los muchos que recibí a lo largo de mi vida, esa persona a quien tanta confianza le tenía se convirtió en el sujeto que me traiciono, por suerte me di cuenta de esto, cuando los trabajadores me reclamaban por sus faltas de pago y los inversionistas ya no querían hacer negocios con la empresa.

Pero por suerte logré darme cuenta de sus fechorías, pero él no se quedó contento después de su despedida, lo supe porque él fue el responsable del secuestro de mi hija y la muerte de mi mujer, ese infeliz me quito los pilares de mi vida, el motor de mi corazón, mi razón de vivir.

El maldito tomo venganza, contrato a un par de delincuentes para que entraran a mi casa y acabaran conmigo, sin embargo, aún recuerdo esa noche, eran como las diez de la noche, venia de festejar dieciséis años de estar alado de mi esposa, recuerdo que fuimos al restaurante en donde fue nuestra primera cita, allí donde prometimos nunca dejarnos de amar y separarnos hasta que la muerte lo decidiera, y si así fue, pero no era justo que se la quitaran de esa forma, la niña la dejamos en la casa de sus abuelos, todo marchaba bien hasta que se escuchó un vidrio reventarse y dos detonaciones de un arma, le dije ve y escóndete en la recamara pero fue demasiado tarde, en cuanto escucho el estruendo de la pistola ella se atravesó y detuvo el disparo que se dirigía a mí, la vi desvanecerse como el último pétalo de una rosa y con ello mi esencia completa se iba con ella.

No tenía palabras para explicarle a mi hija que su madre no estaba ya con nosotros, que ella ya la estaba cuidando desde el cielo, me sentía incapaz de decirle que su mamá ya había pasado a una mejor vida, y viene a mi memoria esa carita que se llenó de lágrimas en cuando se enteró que su mejor amiga, como así le decía ya no estaba más para ella, en un lapso de un mes todo fue oscuridad y aun eso era el comienzo de la perdida más grande que sufrí, la de mi hija. Todo fue un caos desde que mi reina ya no estuvo más con nosotros, no encontraba sentido para seguir viviendo, pero los ojos de mi hija me impedían darme por vencido. Una ocasión me pregunto que por que su mamá ya no estaba mas con ella, en ese instante la garganta se me hizo una piedra ya que no sabia que decirle, simplemente trate de cambiar de tema, pero la niña era muy inteligente y noto mi manera de no contestar y cambiarle el tema.

A así siguió mi vida hasta que la tragedia más grande se acercaba, la rutina ya no era la misma, mi desayuno ahora era simplemente una torta de tamal con un chocolate, del puesto de doña Lucia. Mi vida había cambiado ya no les tenía interés a las cosas, sentía que las puertas cada vez eran menos ya que todas se me cerraban. En la oficina de un momento a otro perdió prestigio, los inversionistas eran menos, las ganancias cada vez bajaban más y más, y con ello mi personal presentaban sus renuncias ya que en ocasiones no recibían un pago justo.

Así pase casi dos años de mi vida hasta que toque fondo, mi hija ya iba a empezar a cursar la secundaria, y su mirada cada vez mas se asemejaba a la de su madre, por ello seguí dando todo de mí, para que ella se formara en toda una diosa, en una abrir y cerrar de ojos de nuevo me encontraba en la cima y ahora con un ángel en el cielo que desde allá mi protegía a mi y a mi niña. La empresa volvió a enflorecer y con ello mis ganas de seguir adelante.

Mi niña ya estaba en la secundaria la rutina era la misma, despertar a las seis, alistarnos para pasar a la escuela exactamente a las seis con cuarenta y decirle adiós que tengas un excelente día mi niña, le decía.

Todo era distinto y normal, hasta que me percate de un carro que todas las mañanas al dar vuelta en una cuadra, empezaba a seguirnos, y de allí antes de dar vuelta a la escuela se desviaba a otra calle. Eso ya no era normal, me parecía algo sospechoso.

En una ocasión decidí anotar la matricula del carro, para reportarla con un colega que conocía en la policía, sin embargo, ese día al tratar de anotar en la hoja el semáforo se puso en verde, era imposible detener a la circulación en pleno tráfico así que seguí con mi camino, solo me faltaba el último número de la placa.

Todo fue tan rápido en ese momento, recuerdo ese amargo día, dos camionetas se me cruzaron en mi camino, una por detrás y una por enfrente, de un de repente, cuatro sujetos bajaron de la unidad con armas de fuego, pensé que era un robo o algo por el estilo, así que le dije a mi niña que bajara y no se apartara de mí, sin pensarlo uno de los individuos se acercó y me dio un golpe en la cabeza con la cacha del arma, que me dejo inconsciente, ese día desperté en la casa de unos ancianos, ellos me comentaban, que el señor venia de trabajar cuando me encontró tirado en la calle y decidió recogerme y brindarme de su ayuda, así fue como di en esa casa, pero… ¿y mi hija? Pregunte…. A lo que ellos me contestaron que en la calle solo me encontraba yo.

De nuevo estaba desesperado, pero sobre todo… no tengo palabras para describir lo que sentía en ese momento, no sabia que hacer, a donde ir, o con quien dirigirme, pero, sobre todo, ¿Qué paso con mi niña?, así pasaron dos días, sin una noticia de mi hija. Hasta que recibí una llamada de ese maldito, ese maldito que mando a matar a mi esposa de nuevo estaba presente, me pedía medio millón de pesos, por el rescate de mi niña, todo dio vueltas en mi cabeza, hasta que hice memoria, ese carro sospechoso pensé, así que de inmediato, llame a mi colega policía, y si efectivamente ese carro tenía reporte de robo, y varios secuestros realizados, ¿pero?… ¿qué hago? le pregunte, de inmediato me pregunto. ¿tenía GPS tu carro? Y si, de un centón ya teníamos la ubicación del carro, se veía una luz al final del túnel.

Pero ahora el problema era generar una estrategia para negociar, de nuevo el teléfono sonó, era ese maldito, así que decidí hacer negocio, solo quería de nuevo a mi niña, todo se planeó, ya solo faltaba esperar la hora de la cita, las seis de la tarde ya eran y yo me encontraba en un lugar que no conocía esperando el carro que me devolvería a mi hija, de nuevo ese carro que me seguía por las mañanas apareció. Salieron del carro cuatro sujetos y ese contador traidor salió también. ¿y mi hija?, pregunte, tranquilo, me contesto, cuando uno de ellos se dirigió a la cajuela del carro, y saco a mi niña. ¡Papá!, de nuevo volvía a escuchar esa palabra.

Pero era la ultima vez que la escucharía, el trato no era el dinero, sino vida por vida, dijo… cuando se escucharon cuatro detonaciones que me hirieron, mi hija corrió, a ellos ya no les importo ahora era yo.

Corrieron a sujetarme y subirme al carro, y aquí me encuentro sin saber que será de mi, que será de mi hija, no lo sé, solo sé que ella será alguien porque sus abuelos la esperaban en la casa, y yo… yo voy con el amor de mi vida esa que me enamoro por completo.

   

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