¿A quién escuchaste,
que sembró en ti sus traumas, sus miedos, sus viejas añoranzas?
¿A quién oíste decir
que el amor debía ser perfecto,
que había que huir cuando llegaba el caos?
¿A quién le prestaste tanta atención
como para decidir arrancarme
de nuestros días, de nuestros tiempos?
No viste el amor que aún latía
en tus palabras dolidas.
No viste que, aunque me herías,
yo más te sentía mía.
Tan mía…
Y tú, tan lejos del amor
que alguna vez fue nuestro reflejo.
OPINIONES Y COMENTARIOS