Tu sufrimiento es como la dura coraza de la semilla de un árbol.
¿Qué es de ella? Polvo. ¿Quien la recuerda? Nadie. Es como si nunca hubiera existido.
Lo que queda es el árbol, su perfección, su belleza, y su vida.
Las estrellas no se van a caer del cielo, pero yo, sigo esperando que caigan, sigo esperando su descenso.
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