La búsqueda de un anhelo

La búsqueda de un anhelo

RUWELS SALUWER

07/08/2020

Oigan, nunca se han peguntado cuál es una de los anhelos más escondidos pero, a la vez, uno de los misterios que te puede llegar a dar una gran alegría, tristeza, y muchas cosas más, ese que te puede cambiar la vida y tu forma de pensar por completo. Eso era lo que quería saber Ned, él siempre se preguntaba ésto una y otra vez.

Así que les voy a contar su historia de como lo buscó y lo que encontró durante toda esta travesía que hizo.

Ned

Ned es un muchacho, tal vez no sea él mejor de su clase o él mejor trabajador, pero lo que sí es seguro, es que buscaba algo que le hacía falta. Pasaba por las calles viendo como las personas siempre estaban enojadas. No entendía el por qué todos siempre se mantenían distantes o fingiendo.

Ned andaba siempre con sus audífonos puestos, pues no quería escuchar las palabras de los demás. Ya se había cansado de escuchar como es que fingían con sus palabras. Al escuchar como hablaban de una manera muy «especial» ante las otras, mientras las odiaban por detrás. En las noticias sólo se escuchaba de muertes o problemas que tenían, incluso, en el mismo gobierno. El modo en como es que todos se llevaban la contraria. El simple hecho de las promesas rotas o falsas, le hacían querer dejar de ser parte de una sociedad así. Pero, al ser una persona que también trataba de alejarse de ello, no le daba el derecho de tratar hacer cambiar la forma de pensar de los demás.

Ned, con apenas haber terminado el diversificado y preparándose para comenzar el primer semestre en la universidad, decidió ir a estudiar lejos de su hogar, al creer que podría ver otro punto de vista diferente a lo habitual. Pero, la verdad es que Ned se encontraba cansado de andar siempre fingiendo o ignorando a los demás y creía que podía dejar de hacer eso si no estaba en su hogar. Por lo que se las arreglo para entrar a una universidad de la capital y consiguió un trabajo de medio tiempo, con el que podría pagar todos sus gastos. Ahora, lo único que necesitaba era un lugar donde quedarse. Para ello, se fue a dar una vuelta por la capital, con la esperanza de poder encontrar una pensión o, si le era posible, un apartamento.

Al estar a mediados de noviembre, se dirigió a la capital para poder buscar un lugar donde hospedarse hasta termina la universidad. Estuvo buscando durante un día completo, al no encontrar nada, se quedó en un hotel. Al día sigue empezó a ver algún pensionado o habitación que se encontraran disponible. Al encontrar uno, se quedó ahí para pasar la noche, aunque no podría vivir ahí durante su estancia en la universidad debido al precio que este tenía. No quiso tampoco quedarse en aquel hotel que le habían recomendado durante su búsqueda, pues le parecía demasiado costoso y él necesitaba hacer el menor gasto posible. Al siguiente día continuó con su búsqueda, anduvo de un lugar a otro pero, después de buscar sin ningún resultado, se dirigió a ver la universidad en la que estudiaría a partir del siguiente año.

Al llegar a la universidad, entró a dar un pequeño recorrido por las instalaciones. Le pareció maravilloso el que fuera muy grande y tuviera laboratorios para cada carrera. También tenía una gran cancha de fútbol, pista de carrera entre otros. Pero, una vez terminó de dar un recorrido por el lugar, continuó con su búsqueda. Después de un rato, al fin consiguió un lugar donde quedarse. El lugar era espacioso, lo suficientemente para una persona que se dedicaría al estudio, pues tenía todo lo necesario para él. El alquiler no era demasiado elevado para su presupuesto, por lo que podría pagarlo sin ningún problema.

Le agrado el pequeño jardín que tenía. Lo único que esperaba era no tener ningún problema con los vecinos de la par. Al quedar decidido acerca del lugar, quedo con el dueño en alquilar aquel lugar a partir de la siguiente semana. Pues deseaba comenzar a trabajar, para tener un poco de dinero ahorrado, antes de que comenzaran las clases. De esta manera, decidido a empezar su nueva etapa de la vida, se dirigió de vuelta a su casa, para comenzar a empacar.

Estando en su casa, revisó que llevaba todo y se despidió de sus papás, diciéndoles dónde iba a vivir. No podía esperar en empezar a vivir en un nuevo lugar, ya que esperaba poder cambiar toda la forma en que miraba a los demás. Pero al llegar, notó que las personas eran iguales. Ned estaba decepcionado por esta realidad, ya que esperaba que nada fuera igual a dónde vivía. Resulto que lo único que era diferente era el lugar donde vivía. No lo podía creer pero, a pesar de ello, no cambió sus planes. Comenzó a trabajar como mesero en un pequeño comedor, que no se encontraba tan lejos de dónde vive. Ned pensaba – ah, no puedo creer que las personas sean igual a dónde vivo. Bueno, no me voy a regresar sólo por eso. Además, ya conseguí un lugar donde vivir, un trabajo y logré entrar a la universidad. No puedo dejar todo tan sólo por que nada cambió -.

Al estar en su primer día de trabajo, estuvo a punto de llegar tarde, debido al tráfico. Tan sólo llegó a la parada, comenzó a correr para llegar a tiempo. Para su suerte, se había atrasado un poco el encargado en abrir, por lo que no le dijeron nada. Al entrar, el encargado lo presentó ante todos, diciendo – ahora les voy a presentar al nuevo empleado. Ven para acá – se acerca Ned – el es Ned. A partir de hoy será uno de nosotros. Vamos – le dio una palmada en la espalda – no seas tímido y preséntate ante los demás -, Ned, – S si señor. Mucho gusto, mi nombre es Ned y espero que podamos trabajar juntos. También me quiero disculpar si les llego a molestar durante mi primer día. Pero espero poder mejorar y poder trabajar bien con todos -, el encargado, – Mira Ned, él es – señalando al muchacho del lado derecho – Rafael, uno de nuestros cocineros – señaló a la muchacha que estaba a la par – ella es Ester, también está en la cocina – señalando de uno a uno, le presentó a cada uno de los empleados. Al terminar dijo – mi nombre es Sergio. Ahora que hemos terminado las presentaciones, comencemos a trabajar -. Todos se retiraron a sus puestos de trabajo.

Ned quedó al cargo de Alan, quien le enseñaría todo lo que tenía que hacer. Por ser su primer día de trabajo, le indicaron que observara de primero como lo hacía Alan y luego él lo haría. Pero, a pesar de intentar observarlo, no era tan fácil. Alan tenía una forma delicada y muy precisa de atender a los diferentes clientes. La manera en que les servía, era casi como si los hubiera estado estudiando. Que cada cliente era diferente, no era ni un problema para él, les hablaba de una forma diferente a cada uno, tanto casual como amigable. Incluso, si se trataba de señoritas, la manera en que las trataba y lograba recomendarles era increíble. El, a pesar de ir a un paso rápido, lo hacía de tal modo que no se hacía notar. Ned, al ver como lo hacía Alan, no podía lograr hacerlo igual, por lo que terminó cometiendo muchos errores.

Rafael, al enterarse de como le iba a Ned, lo llamó en un momento en que no había nada de clientela. Ned, al llegar con Rafael, le dijo – disculpe Rafael, ¿me estaba llamando? -, Rafael, – Sí, pero no tienes que ser tan formal. Ya que somos compañeros de trabajo -, Ned, – Sí, gracias -, Rafael, – me he enterado que no te ha ido muy bien – Ned miró a un lado, mientras movía su cabeza a un lado. Luego puso su mano en la nuca y la movió, mientras daba una carcajada algo lamentable. Rafael, al ver tal expresión, con voz seria, dijo – no debes de buscar ser igual a Alan. Sólo debes de recordar ser tu mismo. Si lo haces a tu propia manera, lograrás atender bien a todos los clientes -, Ned, – pero, si no lo hago como Alan, no podría hacer nada. Pues, es que yo no puedo hacer nada de esto bien -, Rafael, – si lo intentas lo lograrás. Mira, si yo me hubiera rendido en cocinar no me verías aquí. Para poder ser un buen cocinero, me ha llevado años de intentos. A pesar de todo este tiempo que ha pasado, aún me falta mucho que mejorar. Pero, si me doy por vencido ahora, nunca lograré hacer realidad mi sueño de ser el mejor de todos. Nunca lograrás nada si no luchas por ello -.

Mirando hacia Alan, Ned se propuso poder llegar a ser tan bueno como él. En esta ocasión, para poder lograrlo, tendría que buscar una manera de comprender todo lo que hacía y la manera de entender a los clientes. Durante el resto del día, Ned hizo su mejor esfuerzo, aunque no logró tener éxito y sólo terminaba en un desastre. Al finalizar, Sergio lo llamó. Ned se tuvo que quedar después de terminar de limpiar para ir con Sergio.

Al llegar a la oficina de Sergio, él ya lo estaba esperando. Ned, acercándose al escritorio, dijo – disculpe la tardanza, pero ya me encuentro aquí -, Sergio, – toma asiento -, Ned, – si, claro – tomo asiento, aunque temblaba por pensar que podría ser el final de todo, ya que no pudo dar lo mejor y sólo llegó a causar muchos problemas durante todo el día. Sergio, apoyando sus codos en el escritorio y entrelazando sus manos, dijo – Ned, sabes por qué te he llamado -, Ned, – lo siento señor, no era mi intención hacer todas las cosas mal. No lo volveré a hacer -, Sergio, – ah, no puede ser. No es sólo por eso que te he llamado. También necesito decirte algo -, Ned, – ¿algo más?. Por, por favor no me despida. Voy a ser lo mejor posible por mejorar lo más antes posible -, Sergio, – no tengas miedo Ned, no te voy a despedir. Lo que quiero decirte es que no intentes ser lo que no eres. Es cierto que no sabes cómo trabajar pero… eso no significa que debas de intentar ser algo que no eres. -, Ned, – ¿algo que no soy? -, Sergio, – déjame contarte algo. Para poder tener este negocio, yo tuve que pasar mucho tiempo y esfuerzo para obtenerlo. No sé puede aprender y ser perfecto en un sólo día. Si quieres ser capaz de hacer bien las cosas, debes de esforzarte todos los días y no dejarte llevar. No trates de hacer de más, sin siquiera saber bien lo que haces. No tengas miedo de apoyarte en tus compañeros, pues por eso somos un equipo. Si nadie se esfuerza o trata de ayudar al otro, de seguro que todo se vendría para abajo. Recuerda, que un equipo es todo aquel grupo de personas que se ayudan mutuamente para lograr alcanzar un objetivo. El objetivo de este lugar es brindarle al cliente un sitio cómodo, amigable y donde se pueda sentir bienvenido. Entonces, no lo olvides y espero que sigas dando lo mejor de ti -, Ned, – S, sí encargado. No lo voy a decepcionar -. Y así termino su primer día de trabajo para Ned.

Ahora, lo único que le quedaba era regresar a su apartamento y descansar. Pero, durante el camino, vio a una señorita corriendo que dejó tirado un cuaderno. Ned se acercó y recogió el cuaderno, y tratando de alcanzar a la señorita corrió pero, al llegar a un cruce, no la pudo alcanzar, debido a que el semáforo dio luz verde. Ned gritó – Oye, espera. ¡Has dejado tirado el cuaderno! – pero ella no le escuchó. Ned, al no haber logrado alcanzarla, se dio la vuelta y continuó su camino.

Buscando una nueva visión

Después de tanto tratar de mejorar y con unas cuantas semanas, Ned logró mejorar bastante y ya no era un molestia para nadie. Al fin, después de estar luchando, había logrado obtener sus primeros resultados. Ned, al regresar a su apartamento, se tiró en sí cama, ya que se sentía cansado por el duro día que tuvo. Levantó la cabeza y, recordando que tenía que revisar la fecha de inicio de las clases, se dirigió a su mesa de noche y, abriendo la gaveta de en medio, se dio cuenta del cuaderno que tenía alzado.

Sacó el cuaderno y olvidándose de la hoja de la universidad, abrió el cuaderno. Al tratar de buscar el nombre de la dueña del libro, sólo encontró las siglas «F. M.». Ned se preguntaba que podría significar esas iniciales. Paso a la siguiente página y encontró un dibujo de un pájaro en la rama de un árbol con sus pajaritos. El dibujo estaba bien hecho, que le gustó bastante a Ned que hasta deseaba arrancar la hoja y ponerla en un cuadro.

Quiso mirar que más había en aquel cuaderno, cuando tocaron a la puerta. Guardo el cuaderno nuevamente en la gaveta y fue a ver de quien se trataba. Al abrir la puerta, se llevó una sorpresa al ver de que se trataba de Rafael. Rafael, cuando Ned le abrió la puerta, dijo – hola Ned. Espero no estar molestando a estas horas de la noche -, Ned, – no, no te preocupes. Este, pasa -, Rafael, – gracias, con permiso -, paso Rafael y se sentó en la sala. Ned, después de traerle un poco de café, dijo – ¿en qué podría ayudarlo? -, Rafael, – así, me preguntaba, ya que no estas familiarizado con el lugar, podría enseñarte un poco -, Ned, – ¡enserió!, gracias. Me ayudarías mucho si lo hicieras -, Rafael, – muy bien, paso a las diez -, Ned, – por supuesto, gracias -. Después de platicar un poco, Rafael se fue.

Ned, estaba feliz, ya que podría aprovecha para poder conocer más sobre el lugar y donde podría realizar sus compras para el estudio. De todas maneras, estaba pensado en ir a dar una vuelta por los lugares cercanos. Pero, ahora que se reuniría con Rafael, le sería más fácil caminar por la ciudad y no se perdería tan fácilmente. Aunque, también tendría que prepararse para poder ir a realizar ciertos arreglos para la siguiente semana. Había dejado de estar subiendo sus dibujos e historietas en su página, por lo que también necesitaba pensar en algo nuevo para la página.

Al siguiente día, Rafael pasó por Ned, como lo había prometido. Rafael, había invitado a Ned a acompañarlo, ya que necesitaba ayuda para poder traer todas sus cosas que iba a comprar. Ned había aceptado, ya que podría ser más divertido así. Además, esto era algo nuevo para él, ya que siempre estaba solo y, como trataba de no llamar mucha la atención, no había salido mucho. Ned estaba feliz de poder al fin tener un amigo. Pero, durante el camino, dio cuenta de una señorita que estaba sentada en el parque triste. Al parecer, ella se encontraba en algún tipo de problema. Ned quería acercarse a ella, pero no sabía cómo hacerlo. Además, eso no era algo que él hiciera.

Rafael, al darse cuenta de la señorita, se acercó y preguntó gentilmente – discúlpame. ¿Qué le pasa señorita? – la señorita lo miró y, enojada, dijo – vete y no trates de coquetear conmigo, que no soy alguien fácil -. Rafael, tras intentar nuevamente, diciendo – no era mi intención eso. Tan sólo me preguntaba por qué una hermosa señorita estaría con una cara triste – ella le dio una cachetada y dijo – déjame en paz y vete. No quiero que estés intentando nada conmigo -. Ned, al ver que ella le dio una cachetada a Rafael, dijo – ¡Oye!, ¿por qué has hecho eso?. Si él sólo quería ayudar -, la señorita enojada contestó, – ¡¿ah?!, ¡¿sí?!. Sí ese fuera el caso, el no sería conocido por estar coqueteando con varias -. Ned, al escuchar esto, se quedó sin palabras y, mirando a Rafael, pudo ver que él lo había dejado solo.

Ned pensó – no puede ser. Me ha dejado solo y escapo mientras discutíamos – suspiro y dijo – esta bien. Me disculpo por todo. Al parecer tenias toda la razón -, la señorita, – Sí, así que déjame en paz -, Ned, – no puedo hacer eso. Desde hace rato me había dado cuenta de que algo le había pasado y me gustaría ayudar, si es posible -, la señorita, al ver que Ned hablaba en serio, dijo – está bien. Pero, sólo por que me pareces alguien con quien pueda confiar -, Ned, – muy bien, dime – la señorita, – pero primero, ¿por qué no vamos a otro lugar? -, Ned, – la verdad es que no conozco muy bien el lugar. Si me pudieras mostrar algún buen lugar, estaría agradecido -, la señorita, – bien, vamos -. Ella lo llevó a un comedor de un centro comercial.

Al llegar al comedor, pidieron algo de comer y comenzaron a conversar. La señorita le contó que en estos momentos se encontraba un poco mal, ya que debía de pagar mucho y no podía costear todo lo que necesitaba. El simple hecho de no tener en donde poder trabajar y haber sido despedida de su trabajo anterior, le había dado demasiados problemas que debía resolver. Ya hacía un tiempo en que no conseguía empleo, por lo que no podía mantenerse por mucho más tiempo y, al tener ningún familiar o alguien que la apoyara, no podía hacer nada. Si no lograba resolver su problema, tendría que pasar a estar en la calle.

Ned, después de escuchar toda su historia, dijo – ¿por qué no buscas un lugar más barato para vivir mientras arreglas todas las cosas? -, la señorita, – Tienes razón pero, dónde podría encontrar un lugar así. Bueno, creo haber visto un lugar así -, Ned, – ya viste, eso te ayudará. Además, me habías dicho que aún te quedaba un poco de dinero -, la señorita, – si, eso haré. Voy a mudarme y seguiré buscando donde trabajar – ella se levantó y despidiéndose se fue. Ned se sentía bien de haber podido ayudar y, al ser la primera vez que hacía algo así, le daba una pequeña sensación de haber logrado hacer algo diferente a lo usual. En eso, terminó de comer y se recordó de Rafael. Busco su número en su celular para llamarlo pero no lo tenia. Sin más que hacer, regreso a su apartamento.

Rafael pasó a buscar sus cosas con Ned por la tarde. Rafael se disculpó con Ned por haberlo dejado solo, ya que había recordado que tenía que ir a comprar unos libros que le pedido favor. Ned, después de entregar sus cosas a Rafael, se dispuso a descansar un poco. Ned se puso a pensar – qué bueno el haber logrado encontrar este lugar para vivir y, que a pesar de haber quedado comenzar vivir más tarde, me permitieran comenzar desde ahora. También, espero que la señorita pueda arreglar todos sus problemas. Cierto, no le pregunte cómo se llama. Será en otra ocasión que la encuentre, aunque, debo de admitir que es una sorpresa de que halla podido confiar en mí a pesar de que no nos conocemos – en voz alta – de verdad, aquí es diferente a mi hogar. Aunque todavía sigo haciendo varias cosas igual, hay otras que han cambiado -. Ned esperaba que siguiera cambiando más las cosas a su alrededor. Ya que al final, por esa razón fue que se mudo a la capital. Ned esperaba que siguiera cambiando más las cosas a su alrededor. Ya que al final, por esa razón fue que se mudo a la capital.

Después del fin de semana, Ned se volvió a presentar al trabajo. Ya, como era de costumbre, tomó el segundo autobús para llegar. Con los audífonos puestos, escuchaba música y lo seguía utilizando de excusa para no prestar atención a algunas de las conversaciones que tenían las personas. Nunca le ha gustado lo que decían las personas en el autobús, ya que muchas veces terminaba siempre con la misma forma de pensar. En la capital, tampoco cambió su forma de ser y, aunque quisiera quitárselo os audífono, no lo hacía, ya que siempre termina escuchando conversaciones de personas que no les gusta ser sinceras y apuñalan por detrás de los demás.

Al llegar al trabajo, no tuvo que esperar a que abrieran, ya que Sergio estuvo llegando temprano últimamente. Al entrar, se colocó su ropa para trabajar, saludo a Sergio y a Ester. Terminando de alistarse, comenzó a hacer la limpieza. Mientras limpiaba una de las mesas, encontró un cuaderno. Ned lo agarro y lo abrió. Al ver el interior del cuaderno, se pudo dar cuenta de que contenía en su interior algunos dibujos, que le parecían haberlos visto en algún otro lado.

Lo recogió y llevó con Sergio, quien le dijo que lo dejara con él y, si alguien llegara a recogerlo, vinieran a traerlo con él. Ned regresó a continuar con lo que andaba haciendo. Y así paso el día y no había señas de que vinieran a reclamar con ello. Sin mayores problemas, aquel día Ned logró terminar todo bien y sin cometer demasiados errores. Por lo que fue felicitado por todos. Ned se sentía bien de poder al fin lograr avanzar un poco más para llegar a cumplir su propósito. Aunque sabía que todavía le quedaba demasiado por mejorar, seguiría avanzando hasta lograr encontrar su propósito cumplido.

Durante el regreso a su departamento, no logró alcanzar el último autobús que pasaba, ya que por haber tenido demasiados clientes ese día, salieron más tarde. Ned, aunque no había logrado alcanzar el autobús a pesar de que corrió, se detuvo y suspiró. Mirando hacia el oscuro cielo don luz alguna, ya que estaba completamente nublado, pensó – bueno, ahora tendré que caminar. Lo único que queda es seguir antes de que sea demasiado tarde -.

Ned, mientras caminaba, se puso la capucha después de un rato de estar caminando y acompañado de la música, que escuchaba a través de sus audífonos, recorría el camino de regreso. El aire se sentía frío y, al mil haber demasiada gente, Ned se sentía tranquilo. Después de un rato, miró su reloj, que le marcaba las siete de la noche. Al darse cuenta de la hora, Ned comenzó a trotar para llegar más rápido. Había estado recorrido unas dos cuadras cuando volvió a ver el reloj y, al ver que ya había pasado un poco más de tiempo, comenzó a correr.

Ned corría cada vez más y más rápido, hasta quedarse sin aliento. Ya se encontraba cerca de su apartamento. Camino una cuadra más y llego. Subió las gradas despacio, ya que no podía continuar caminando, debido a que corrió más de lo que podía, y miró las luces de los demás apartamentos. Ned, al llegar a su apartamento, abrió la puerta y, encendiendo las luces, miró el solitario cuarto. Entró, mientras pensaba – no puedo creer que me sienta de repente algo solo. Si, aún estando en cualquier lugar, siempre he estado así. No sé porqué me dan ganas de poder decir «ya llegue» y que alguien me reciba -. Dejo todas sus cosas en la mesa y se dirigió a la cocina, para prepararse algo para cenar. Una vez había terminado de cocinar, se sentó y comenzó a comer. Apenas habiendo comido la mitad de su cena, comenzó a darse cuenta de que le empezaron a rodar las lágrimas.

Ned no sabía el motivo del que estuviera llorando. Sólo comenzó a pensar – ¿Qué es esto?. No lo entiendo, ¿por qué he empezado a llorar?. Tal vez me ha hecho mal algo de la comida y eso me habrá hecho comenzar a llorar. Tal vez será el picante que le he colocado, sí eso debe de ser. Incluso se siente amargo. Pero, ¿qué lo habrá hecho así de amargo? O ¿será que esto no es amargo y será algo más, será como el ácido de un limón o parecido? – se seco las lágrimas y dijo con la voz entrecortada – lo que sea. Deberá de ser un misterio. No creo que dure mucho tiempo. Si me voy a dormir, de seguro me recordaré mañana que fue – y así lo hizo. Pero, antes de acostarse, abrió nuevamente un viejo cuaderno que tenía y, agarrando una hoja doblada, quiso abrirla pero no lo hizo y lo regreso a aquel cuaderno. Así terminó aquella noche.

Al día siguiente, se levantó sin necesidad de que sonará su alarma. Miró la hora, el reloj le mostraba que eran las seis de la mañana. Se levantó despacio y comenzó a cambiarse. Abrió el trastero y, encontrando un poco de lo que había hecho ayer, lo recalentó para el desayuno. Al comenzar a desayunar, noto que el sabor estaba bien y que no había nada inusual en aquella comida. Se comenzó a preguntar que habrá pasado con lo que había comido en la noche, ya que no parecía que fueran el mismo platillo. El estar pensando en eso, se le había hecho tarde.

Salió corriendo para alcanzar el autobús. Al llegar a la parada, apenas logró alcanzar el autobús y, tomando lugar en la parte de atrás, se puso sus audífonos. Miró en la ventana, como era de costumbre pero en eso alguien sentó a su par. Ned no le prestó atención. Siguió mirando, como tratando de perderse entre sus pensamientos. Pero, de pronto escucho que le decían «hola», Ned pensó que tal vez le estaban hablando a otra persona. Lo que le resultaba un poco raro era que lo pudo escuchar. Habiendo pasado unos dos minutos, volvió a escuchar un «hola» pero, esta vez, se escuchó que estaba demasiado cerca de él la voz. Ned volteó a ver. Se llevó una sorpresa. A quién le estaban saludando era a nada menos que él y, como algo más increíble, fue nada menos que la señorita que había encontrado con Rafael el fin de semana.

Ned, quitándose los audífonos, dijo – hola, disculpa que no te haya contestado. Es que, es raro que alguien me hable -, la señorita, – eso pude notar. Incluso pensé «si no me contesta, le voy a quitar los audífonos yo misma» -, Ned, – no creo que eso hubiera sido una buena idea -, la señorita, – ¿por qué? -, Ned, – por que te pude haber lastimado sin querer -, la señorita, – tan problemático puede ser quítate los audífonos -, Ned, – no es eso, sino el que me tomes desprevenido -, la señorita, – ah, claro. Ya entendí -, Ned, – por cierto, ¿cómo te llamas?, es que no pude preguntar cuando nos encontramos -, la señorita, – que despistado eres, bueno, mi nombre es Matilda. Mucho gusto y ¿el tuyo es? -, Ned, – mi nombre es Ned. Encantado de conocerte Matilda -, Matilda, – pero, de verdad, ha sido una gran coincidencia el que nos hallamos encontrado -, Ned, – Sí, tienes razón. Por cierto, ¿cómo te ha ido? -, – Matilda, – bien. Ya encontré trabajo y logré que me esperaran un poco más para pagar la renta -, Ned, – es bueno oír que todo está mejorando. Aunque, me sorprende que halla sido muy rápido. Ya que hace sólo unos días desde que nos vimos – Matilda, con una sonrisa, contestó – Sí -.

Ned, al mirarla detenidamente, logró entender de que Matilda no le estaba diciendo toda la verdad. Pero, como no el suficiente valor para preguntar, no dijo nada y se despidió, ya que ya estaba llegando a la parada. Matilda también le dijo adiós, aunque Ned, al voltear a verla al llegar junto al conductor, noto el rostro triste que tenía Matilda después de haberla dejado. Ned sólo se podía preguntar – ¿Qué será lo que no está bien?. Acaso a ocurrido algún problema más grande, para poner esa cara. Si tan sólo fuera alguien más valiente y decidido, hubiera preguntado -. Se bajo en su parada y se dirigió al trabajo.

Durante el trabajo, Alan noto que Ned no se encontraba atento a lo que se encontraba haciendo, por lo que decidió ir a ver de qué se podría tratar. Espero hasta el descanso para hablar con Ned. Mientras tanto, trató de hacer como si no se daba cuenta de nada de lo que estaba pasando. Eso sería algo de lo más normal de ver en él.

Al llegar el descanso, Alan se acercó a Ned, aprovechando que no había clientes en ese momento, y le dijo – Oye novato. ¿Qué crees que es lo que haciendo? -, Ned asustado y nervioso, respondió – sí, Alan. En que le puedo ayudar -, Alan, – como dije ¿de qué trató todo esto que has hecho durante el trabajo? -, Ned, – discúlpeme. No era mi intención hacer mal las cosas -, Alan, – Entonces, ¿por qué no prestas atención a lo que estás haciendo -, Ned, – per perdóneme, no seguiré cometiendo el mismo error y prestare más atención, durante el resto del día -. Ester, quien escuchó lo que estaba diciendo Alan a Ned, se asomó y dijo – hey, Alan. No seas tan rudo con el muchacho. No valla a ser que lo termines espantado -, Alan, – ¿acaso no te has cuenta de lo mal que ha hecho su trabajo. No puedo pasar por alto algo como eso, siendo yo quien esta a cargo de él -, Ester, – durante todo lo que va de la mañana, no he visto que halla hecho algo mal como para que le estés llamando la atención de esa manera -, Alan comenzaba a enojarse. No respondió más a lo que le decía Ester y la ignoró, diciendo – muy bien Ned. Durante lo que resta del día, deberás de hacer mejor las cosas. Mientras Ester decía – no me ignores Alan. No ves que yo estoy hablando contigo. No seas tan descortés con una dama -. Pero Alan seguía diciendo – no olvides que yo estoy a cargo de ti. Así que no permitiré que estés haciendo las cosas a media. Muy bien – miró la hora en el reloj que estaba colgado – ya terminó nuestro descanso. Vamos a continuar -, Ned, – por supuesto. A la orden -.

Empezaron a llegar más clientes, unos diez minutos después de haber terminado su descanso, por o que se empezaron a estar muy ocupados. Por lo que Ned pensó – debo de concentrarme y no seguir pensando en eso. Debo de lograr llegar a cumplir las expectativas que quiere Alan que tenga. Haré mi mejor esfuerzo -. Agarro el azafate y comenzó a llevar y tomar las órdenes. Cada vez era menos errores los que cometía y daba la apariencia de estar bien, al dar una sonrisa mientras recibía las órdenes.

Al finalizar el día, ya casi habían terminado de haber dejado todo arreglado. Alan se acercó a Ned y le pidió que le esperara, ya que Alan de los últimos en irse, lo que le parecía un poco raro a Ned. Alan, al no tener mucho que arreglar, siempre termina siendo el último en irse. Así que Ned espero a que saliera Alan, lo cual lo mantenía un poco inquieto. Ned no se pasaba pensando en que se pudo haber equivocado en esta ocasión pero, por más que lo pensaba, no lograba conseguir algo que halla hecho mal.

Después de un rato de estar esperando, al fin salió Alan. Ned levantó inmediatamente, cuando Alan entró al cuarto de empleados, y dijo – Alan, este, ¿qué necesita hablar conmigo? -, Alan no le contestó. Ned no sabía que más decir, por lo que mejor guardo silencio hasta que Alan terminara de cambiarse y recoger todas sus cosas. Al terminar, Alan le dijo – no te quedes ahí. Vamos -, Ned rápidamente respondió – Sí, ya voy -. Y salieron del comedor.

Ned no podía creer que ya era demasiado tarde pero, en ese momento, eso no era la principal preocupación de Ned. Alan lo llevó a un parque. Ned, se quedó maravillado al ver lo hermoso que se miraba el parque durante la noche. Se sentaron en el Kiosco y Alan dijo – Muy bien, novato. Dime qué es lo que te tenía tan preocupado durante todo el día -, Ned, nervioso he intentando negar lo que decía Alan, dijo – yo no estaba preocupado por nada. Habrá sido sólo…. -, Alan, – aún te falta mucho para poder engañarme. Por algo es que estoy a cargo -, Ned se quedó sin palabras al escuchar aquella respuesta. Agacho la cabeza mientras Alan decía – se que debe de haber algo que te ha mantenido preocupado el día de hoy. No prestabas total atención a lo que hacías y, aunque trataste de aparentar, pude notar que aún seguías igual -, Ned, – si sabias que estaba aparentando, entonces ¿por qué hacías como si no pasara nada? -, Alan, – por que lo hiciste tan bien, que hasta los demás te creyeron. No creo que sea la primer vez que lo haces. Me imagina que lo has hecho en otras ocasiones -, Ned, – tienes razón -, Alan – muy bien. Ahora, dime que es lo que te mantenía en las nubes -.

Ned, sin levantar la cabeza, dijo – la verdad es que me siento mal, por no ser alguien en quien se pueda confiar o útil -, Alan, recostando la cabeza, dijo – ha de ser difícil ser así -, Ned, – si, pero no creo que alguna vez logre hacer las cosas bien. Nunca pude ser de confianza; nuca pide pude ser alguien que ayude a los demás; nunca pude ser alguien de utilidad. Siempre fui alguien que no vale la pena en preocuparse. Siempre cobarde, nunca trato de socializar con los demás. Pero, pero, pero lo que más me disgusta es que ni siquiera yo me puedo aceptar. No es gracioso -.

Alan no respondió nada ante lo que le había dicho Ned y permanecieron en silencio por unos minutos. Después de eso, Alan dijo – Tienes razón. Si no eres una persona en que se pueda confiar, no eras alguien que sirva para algo, no eres nada. Entonces, ¿por qué estás aquí? -, Ned, – he venido aquí para poder cambia. Me aburrí de la forma en que vivía en mi casa, por eso es que decidí venir a vivir aquí y continuar con mis estudios y… -, Alan, – y ¿Qué has hecho para hacer eso una realidad? -, Ned, – pues no pude hacer nada, por más que quiero no… -, Alan, – lo único que he escuchado es un «no» y «no». Pero, dime, ¿qué has hecho para cambiar eso?. Las cosas nunca cambian si no intentas dar un paso hacia adelante -, Ned, – no es tan fácil como crees. Bueno, no para mi y mucho menos… -, Alan, – no lo entiendes. Lo que está pasando. Si nada ha cambiado, no es porque nada cambie sino porque no tratas de cambiar -, Ned, – ¿no he tratado de cambiar? -, Alan, – dime, ¿qué has hecho por cambiar?, ¿cuál es tu visión como para venir hasta aquí? -, Ned eso lo he hecho para poder tener otro punto de vista diferente ha mi hogar -, Alan, – eso no es cierto. Esa vieja visión es algo que ni te dejará avanzar y hacer realidad lo que quieres -, Ned, – ¿lo que quiero? -, Alan, – si, lo que realmente quieres es dejar de estar siempre igual. Así que, cambia tu visión para poder continuar -, Ned, – ¿visión?, ¿cómo? -, Alan, – no te puedo ayudar mucho con esto pero, lo único que te puedo decir es que ahora trates de cambiar -. Así terminó la conversación entre Ned y Alan.

Los dos se fueron a sus casas, aunque Ned se pasó el resto del camino pensando en lo que le había dicho Alan. No lograba entender e fue lo que le quiso decir con cambiar de visión. Esto le daba dolor de cabeza, por lo que comenzó a correr con la intensión de poder despejarse y obtener nuevas ideas y una mejor y clara compresión de esto. Llegó a su casa sin ningún resultado. Ned no podía creer que no logró resolver aquellas palabras.

Al entrar al apartamento, se recordó que tenía que revisar su actualización de esta semana. Al ver su página, encontró que a mucho les habían gustado su última historieta que había subido. Entre algunos de los comentarios decían «me ha gustado mucho, espero la siguiente», «lo he estado esperando con ansias» y «al fin, no puedo creer que esta vez hayas tardado mucho. Pero valió la pena, continúa así». También podía encontrar algunos comentarios de que no les gustaba, como «esta vez no lograste dejar bien la historia», «no es tan bueno, deberías de considerar dejarlo» y me algunos más malos. Pero había un comentario entre todos ellos que era diferente. Ned bajo para poder leerlo. Hasta el final se encontraba este mensaje que decía «hola, gracias por subir la siguiente historieta. Me ha gustado mucho y espero que puedas seguir subiendo más. Recuerda que siempre te estaré apoyando. También quisiera ser como tu, ya que no he logrado nada. De seguro debes de ser alguien alegre y que apoya a los demás, ya que me has apoyado con mis dibujos. Espero que me puedas seguir ayudando y te estaré mostrando los resultados de tus enseñanzas… «.

Ned no sabía que decir después de haber leído aquel comentario. Él no se recordaba cuando que la ayudó con algo así. Pero, según lo que decía el mensaje, parecía que ya tenía tiempo desde que fue eso. Lo que le agradaba era que se sentía útil para otros. No le importaba mucho los malos comentarios, ya que algunos tenían mucha razón para quejarse. Ned no quería detenerse por eso, ya que le debía mucho a todos los que siempre le han estado siguiendo y, si hacían comentarios como esos, era para que él pueda mejorar y ser mejor. En eso, a Ned se le vino algo a la mente, agarrando una hoja y un lápiz, comenzó a escribir su siguiente historia. Pasó bastante tiempo en estar escribiendo que hasta le habían dado la una de la mañana. Pero eso no le importaba en lo más mínimo, ya que había logrado escribir su siguiente historia y sólo le hacía falta los dibujos.

Feliz de haber logrado terminar su historia, se tiró en la cama y pensó – creó que al fin entiendo lo que me intentaba decir Alan. Yo no tenía ninguna visión y por eso no podía cambiar. Mi decisión, para venir hasta aquí, no era para tener una nueva perspectiva sino para intentar cambiar. Ahora esa será mi visión, voy a cambiar y dejaré de ser lo que solía ser. Sólo de esta manera podré tener una nueva forma de ver la vida. Ya no seguiré tratando de esconderme con un no puedo o no soy lo suficientemente fuerte y valiente. No volveré a dejar que mi indecisión me vuelva a ganar -. Y con ésto se compuso para dormir y se durmió.

Al siguiente día, con un resplandor en los ojos, se levantó alistó para comenzar un nuevo día e ir a trabajar. Este día no parecía como los demás, ya que ahora tenía una visión y, por lo tanto, una meta para cumplir. Esta vez logró llegar al trabajo sin ninguna carrera. Al empezar a atender a los clientes, lo hacía con una sonrisa verdadera y no una falsa, como siempre lo hacía. Se podía ver que estaba motivado ese día, ya que hacía todas las cosas con el mayor esfuerzo que tuviera y, sin dejar nada a medias, intentaba buscar la manera de hacerlo bien. Esto era algo nuevo, además, era la primera vez que se sentía con tantos ánimos. Ned ya no recordaba la última vez que había hecho algo así con tanta felicidad y disfrutándolo. Aquel día Ned intento comenzar a cambiar, lo que le hizo feliz a Alan, al ver que había logrado entender lo que le quiso decir. Pero, esto sólo era el inicio, aún le faltaba un largo camino por recorrer.

El pasado

Sin sentir, ya casi terminaba el año y con ello vendría el inicio de las clases. Durante la Navidad, no se presentaron a trabajar, por lo que todos se fueron con sus familiares y amigos para pasar ese día. Ned, ya que no tenía a nadie cerca, no tenía con quien pasar las fiestas.

Siendo todavía el día veinticuatro, Ned se dirigió al supermercado para comprar algunas cosas. Al llegar al supermercado, Ned se pudo dar cuenta de que había alguien solitario sentado junto a un árbol. Él se acercó ahí, con intención de poder hablarle. Pero, al llegar, se dio cuenta de que no era un extraño sino se trataba de Matilda. Se sentó junto a ella y dijo – – hola Matilda, que bueno es verte aquí. ¿Cómo has estado -, Matilda no contestó. Por lo que le pareció raro a Ned. Ya que Matilda cubría su rostro con la gorra y la bufanda que tenía puesto, Ned tuvo que acercarse un poco más a ella. Pero, al acercarse, se dio cuenta de que ella se encontraba llorando. Ned, sorprendido por eso, no sabía que decir.

Comenzó a mirar a su alrededor, pero no sabía siquiera lo que buscaba. Metió rápidamente sus manos en sus bolsillos, tratando de buscar algo que lo pudiera ayudar. Sacando un dulce, miró a Matilda y dijo – to toma, Matilda. No se que es lo que te pasa pe pero espero que esto te pueda ayudar un poco -. Matilda dirigió su mirada a Ned y se rió, al ver lo muy alterado y avergonzado que se miraba Ned. Tomando el dulce, dijo – gracias – mientras se secaba las lágrimas con la otra mano.

Después de eso, ella abrió el dulce y se lo comió. Ned, al ver que ya se veía un poco mejor, dijo – disculpa Matilda. Pero, ¿por qué estabas llorando? -, Matilda, – oh, disculpa por eso. No era nada, no te debes de preocupar por eso. Mejor dime, ¿cómo has estado? -, Ned, – pues, yo he estado bien -, Matilda, – ¡que bueno! – pero Ned pensó – no, esta vez no me acobardare. Debo de averiguar que es lo que le pasa – luego dijo – Matilda, dime el motivo por el llorabas – de pronto la sonrisa, que había hecho forzosamente Matilda, desapareció. Bajo la mirada por unos segundos y después de ello, volviendo a sonreír, dijo – por nada. Sólo que me había entrado una pequeña basura a los ojos – Ned no quiso darse por vencido y dijo – pero – a penas decía esto, cuando pensó – y si Matilda quiere decir eso en la calle. Que tal si es algo muy complicado como para discutirlo aquí. Ya sé – Continúo diciendo – ¿no tienes planes para pasar la navidad? -, Matilda, sorprendida, dijo – no, no los tengo. ¿Por qué? -, Ned – que tal si me acompañas -, Matilda – ¿acompañarte? -, Ned, – sí, es que no tengo con quien pasar la navidad y no quiero estar solo. Bueno, si no quieres no te voy a obligar a ir – Matilda se rió y contestó – esta bien. No puedo creer que tuviste que pensar mucho para decir eso -, Ned, – Oye, no te rías de mí. Esto no es fácil para mí -, Matilda, – está bien. No me debes de dar explicaciones, ya entendí -, Ned, – pero deja de reír -, Matilda, – ya pues. Ya dejé de reír -. Y así, Matilda acompaño a Ned a sus casa, después de hacer las compras.

Al llegar a la casa de Ned, Matilda se sorprendió de que lo tuviera bien ordenado todo. Así que dijo – no puedo creer que tengas todo limpio aquí -, Ned, – ¿Qué es lo que creías que era? -, Matilda, – la verdad, me imaginaba que estaría un poco más desordenada -, Ned, – el simple hecho de ser hombre, no significa que no pueda tener limpio el apartamento -, Matilda, – eso ya lo puedo ver -, Ned, – muy bien, toma asiento. Voy a preparar la comida -, Matilda, – te ayudo -, Ned, – no es necesario, yo puedo hacerlo solo -, Matilda, – no puedo dejarte hacerlo solo, sino, ¿qué clase de amiga sería si te dejo hacerlo solo? -. Ned, sin poder decir nada, acepto y empezaron a cocinar. Ned se estaba divirtiendo mucho, ya que era la primera vez que cocinaba con alguien. No sabía qué más pedir para esta navidad, al tener alguien con quien poder compartir.

Pero, al terminar de comer, Ned volvió a preguntar a Matilda lo que le había pasado. Matilda, con una sonrisa pero, a la vez, con unos ojos tristes, respondió – nada, ya te había dicho que no me había pasado nada -, Ned – no debes de ser así Matilda. Ahora somos amigos y quisiera ayudarte -, Matilda, – no es nada, ya deja de preguntar -. Pero la insistencia de Ned, hizo que Matilda se enojara y dijera – no puedes dejar de preguntar. Todos creen que pueden saber mucho de una persona,, ta sólo habiendo dicho que son amigos. Pero, cuando más los necesitas, se van -, Ned, – no puedo ir en contra de lo que has dicho. Pero, yo también pensaba en eso. Es por ello que me mudé aquí. Yo me encontraba harto de mi vida. Y tan sólo me mude aquí para poder tener una nueva vista. Pero, cuando llegué, me di cuenta de que aquí era igual que donde vivía. Nada había cambiado, a pesar de vivir en otro lado y hacer cosas diferentes. Pero, un día, uno de los compañeros me dijo «debes de cambiar tu visión». No lo entendía muy bien al principio pero, después de estar pensando bastante, logré entender que me decía que tenía que tener una visión o renovar mi visión. Y, para lograrlo, debía de luchar para cambiar. Así que no dejaré que lleves ese peso sola, quiero cambiar. Pero, pero no podré hacerlo sabiendo que dejé aún amigo solo. Por eso quisiera que confiaras en mí -, Matilda no sabía que responder a eso, ya que nadie le había dicho algo así.

Matilda secó sus lágrimas y dijo – Ésta bien. Confiaré en ti, así que quiero que me escuches y no te burles de mí -, Ned, – está bien, no me reiré de ti -, Matilda, – más te vale, sino, nunca te voy a perdonar por eso -, Ned, – tenlo por seguro -, la verdad es… es que no puedo continuar así. Ya no me dejaran seguir viviendo en donde me encuentro, ya que la propietaria desea dárselo a alguien más. Y no sólo es eso, sino que está persona pretende pagar más por el apartamento que yo no puedo decir nada en contra de ello. También, en donde me encuentro trabajando, debido a como han estado las cosas últimamente, tienen pensado despedir a parte del personal. No se sabe quienes puedan ser pero, pero tengo miedo de que pueda ser a mi a quien despidan. Si hicieran eso, entonces, ¿Dónde más podré ir a trabajar?. Me costó bastante poder entrar ahí, para que me despidan. Si llegara a quedarme sin trabajo, el que ya no siga donde estoy será el menor de mis problemas. Ahora, ya no sé qué más poder hacer – comenzó a llorar.

Ned se acercó a ella y le dio un abrazo. Ella, al sentir que Ned la abrazaba, no sabía que hacer. Ned le dijo – no debes de preocuparte. Disfruta del día se hoy, mañana buscaremos una solución para todo esto. Déjame lo a mí, que te ayudaré a resolver todo -, Matilda, – gracias – Ned la soltó y el llanto volvió a secar sus lágrimas. Luego de eso, terminaron de platicar un rato, cuando se dieron cuenta de que ya era tarde. Ned le dijo a Matilda que la acompañaría a su casa pero ella no quiso.

Matilda se iba a ir, cuando recibió una llamada. Ella sacó su celular del bolsillo de su suéter y contestó. Quedó impactada al escuchar que se trataba de la dueña de su apartamento, quien le decía que sólo le daría tes días para poder conseguir dónde poder mudarse. Matilda colgó y le dijo a Ned – creo que fui demasiado optimista. Ahora ya sólo tengo tres días para poder conseguir dónde quedarme -. Ned, sin poder dar una respuesta le dijo que entrara para pensar en algo.

Estuvieron un buen rato en silencio, mientras pensaban en una solución. Ned se sentía culpable por no poder pensar en nada para poder solucionas el problema, después de haberle dicho que el le ayudaría en resolver todos estos problemas. En eso se recordó en la dueña de dónde el se encuentra. De seguro ella le podría ayudar. Así que le sugiero a Matilda preguntarle a la dueña de ahí. Matilda le gustó la idea y ahora sólo tendrían que esperar hasta la mañana. Sin más en que pensar, Matilda se despidió y se fue a su apartamento con la esperanza de conseguir algo.

Ned se sentía bien, después de haber logrado conseguir una respuesta a lo que necesitaban. Se fue a la cama, después de haber dejado limpio la mesa. Al amanecer, Ned se despertó al escuchar el timbre de su apartamento. Ned salió a ver de quien se podría tratar. Al salir, no podía creer de que se tratara de la dueña. Ned rápidamente dijo – buenos días, disculpe, ¿necesita algo? -, la dueña, – buenos días Ned. Sé que es algo repentino el que me encuentre aquí pero, necesito que me hagas un favor. Vieras que necesito que me cuides de un invitado que voy a tener. Disculpa el que te pida repentinamente, ya que quien me iba a hacer el favor le ha salido un compromiso, no tengo a nadie que me pueda ayudar. Así que pensé que podrías ayudarme con esto -, Ned, – pero, dueña. No sería mejor ir con alguno de los demás, ya que tienen más tiempo de estar aquí y creo que serían de mayor confianza -, la dueña, – Tienes razón pero, aunque ya les pregunte, ninguno hacerme el favor -, Ned, – en ese caso, está bien. No se preocupe, yo me haré cargo -, la dueña, – te lo agradezco, no te preocupes que te lo voy a recompensar -, Ned, – no hay problema. Además, es lo menos que hacer por su amabilidad. También quisiera pedirle un favor -, la dueña, – dime -, Ned, – viera que tengo una amiga que se encuentra buscando un lugar donde vivir. No sé si podría alquilar algún apartamento -, la dueña, – lo siento Ned. Pero, en este momento no tengo ningún lugar disponible. Pero, podría hacer algo -, Ned, – ¿Qué podría ser? -, la dueña, – si podría hacer unos arreglos pero, eso sí, no quiero escuchar ninguna queja -, Ned, – por supuesto pero ¿me podría decir de que se trata? -, la dueña, – ya lo sabrás. Tan sólo dile a tu amiga que venga conmigo y hablaremos -, Ned, – está bien. ¡Gracias!, se lo agradezco mucho -, la dueña, – no te preocupes. Pero, recuerda que no quiero ninguna queja después -, Ned, – Sí -. Y así se fue la dueña.

Ned estaba tan feliz de haber logrado conseguir un lugar para Matilda. Pero, lo único que le tenía un poco preocupado era de qué tenía en mente la dueña. Le parecía extraño el que no le quisiera decir nada acerca de cómo iba a resolver este problema. Iba a seguir pensando, cuando escucho sonar su alarma del celular. Lo sacó rápidamente, ya que lo había sorprendido al encontrarse profundamente concentrado en lo que podría estar pensando la dueña. Miró la hora. No podía creer que ya se le haya hecho tarde. Entró rápidamente y se cambió. Con un pan en la boca y un jugo en lata, salió a la parada del autobús.

Apenas logrando llegar a tiempo al trabajo, Ned se sentía muy cansado, ya que tuvo que correr atrás del autobús hasta la siguiente parada. Para suerte de Ned, ya conocía mejor la ciudad, así que tomó un atajo para alcanzarlo. Aunque llegó apenas a la parada, se sentía bien el haberlo logrado. Durante lo que resto del trabajo, pudo realizar todas sus tareas sin ningún problema y, aunque no pudo avanzar más, quedó satisfecho con el trabajo que logró. Después de todo, Ned al fin había empezado a entender como podría alcanzar a Alan, aunque todavía parecía muy lejano.

Durante el almuerzo Ned llamó a Matilda para decirle la buena noticia. Le contó todo lo que le había dicho la dueña y de que podría ayudar con algo, aunque él aún no sabe de qué podría ser. Matilda estaba feliz de escuchar esa noticia pero tuvo que colgar, ya que de había acabado su hora de almuerzo. Ned, viendo la hora, terminó de almorzar, ya que casi tendría que volver ya a trabajar. En lo que resto del día, fue lo normal, sin ninguna sorpresa o algo diferente a lo habitual. Bueno, eso era como lo miraba Ned, sin saber que le esperaba una gran sorpresa al llegar de vuelta al apartamento.

Después de terminar de trabajar, regreso como de costumbre a su apartamento. Paso comprando comestibles en el supermercado, ya que no tenía todo lo que necesitaba, y de ahí se fue a su apartamento. Aquel día se sentía el frío viento que soplaba, por lo que el cremallera de la sudadera que llevaba puesta. Se lamentaba de no haber traído otro suéter o un chaleco por el frío que hacía. Se subió al autobús, que se sentía caliente debido a todas las personas que venían a bordo. Durante el resto del camino, Ned pensaba – ¿será qué Matilda habrá ido ya con la dueña?. Bueno, me dijo que iría una vez saliera del trabajo y, como hoy no saldría un poco más luego, ya debería de encontrarse con ella. Espero que todo salga bien -.

Al llegar a su apartamento, soltó sus compras al ver que ya casi no estaban todas sus cosas. Ned pensó – no puede ser, me han robado. Debo de llamar a la policía de esto -. Mientras Ned pensaba en eso, la dueña le habló desde atrás, diciendo – hola Ned, bienvenido de nuevo -, Ned volteó rápidamente hacia la dueña con una expresión de estar espantado. La dueña, al ver la expresión que tenía Ned, dijo – ¿Qué te ha pasado Ned?. Tienes una mala cara, como si algo terrible hubiera pasado -, Ned, – así es dueña. Me han robado -. La dueña se rió y dijo – no te preocupes Ned, no te han robado -, Ned, – pero ¿acaso no lo ve?, no hay nada adentro. Además… -, la dueña, – te puedo asegurar que no te han robado nada -, Ned, – ¿Cómo? -, la dueña, – lo que pasa es que he pedido que se llevaran todas tus cosas -, Ned, – pero, ¿porqué? -, la dueña, – recuerdas nuestro trato -, Ned, – Sí, pero, eso qué tiene que ver con ésto -, la dueña, – a partir de hoy, ya no vivirás más aquí -, Ned, – Entonces ¿Dónde? -, la dueña, – no te preocupes por eso, ya he hecho todos los preparativos. Ahora vivirás en otro lugar, ya que esté cuarto es muy pequeño para que puedas cuidar de mi invitado -, Ned, – pero, me debió de avisado antes de hacer esto -, la dueña, – recuerdas nuestro trato y la petición que me hiciste -, Ned, – Sí -, la dueña, – Entonces no tienes nada por qué estar enojado. Así que, vamos -, Ned, – pero dueña -, la dueña, – ahora ¿qué es lo que necesitas? -, Ned, – ¿me podría permitir quedarme esta noche aquí? -, la dueña, – pero ya no hay nada aquí -, Ned, – se lo pido, por favor dueña – , la dueña, – está bien. Pero sólo será por hoy -, Ned, – gracias, de verdad, muchas gracias dueña, -, la dueña, – muy bien. Me tengo que ir, sólo recuerda que será solamente hoy y mañana tendrás que irte -, Ned, – Sí -, la dueña, – que pases una feliz noche -, Ned, – Sí, gracias e igualmente – y así se fue la dueña.

Ned sólo miró, por un instante, la vista del jardín durante la noche desde donde era su apartamento. Ned suspiro profundamente y, observando la estrellada noche, pensó – no puedo creer que, a pesar de haber estado tan sólo un mes y medio, no, casi dos meses. Y ahora me tendré que mudar, me da mucha pena el no haber podido conocido a mis vecinos. Creo que ese es el resultado de ser alguien que esquiva cualquier interacción con los demás – otro suspiro y dice en voz baja – eso es muy típico de mí. Bueno, ahora sólo me queda seguir adelante y no lamentar lo que ya pasó -.

Durante aquella noche, Ned se pudo dar cuenta lo pequeño que era su apartamento, lo que no se había dado cuenta. Esto le daba risa, ya que no podía creer cómo es que entraron todas sus cosas. Lo que se preguntaba era de quién podría vivir ahí, ya que ahora que él se tendrá que ir o si le irían a mantener desocupado, en lo que él regresaba. Paso a utilizar la cocina, ya que no tenía ningún utensilio para poder cocinar, y sólo se conformó con comer algo de cereal y tomar un jugo.

Al día siguiente, salió a trabajar tan sólo al levantarse. Ned pensó en comprar algo para comer en el camino. Para sus suerte, ya habían abierto una de las tiendas, por lo que compró algo mientras llegaba el almuerzo. Al llegar al trabajo, comenzó a prepararse para iniciar un nuevo día. Pero, antes de comenzar, Sergio les llamó a todos para darle una información. Al parecer habían reservado todo el comedor para una fiesta, que se daría en la tarde, por lo que pidió que dieran lo mejor durante ese tiempo. La razón por la que Sergio quería que me encuentro todo saliera bien, lo cual era algo muy inusual, era por que venía alguien importante para él.

Ned, después de terminar de hablar Sergio, le preguntó a Ester el motivo del por qué Sergio esperaba demasiado durante el evento. Ester le explicó que venía alguien muy importante para el comedor y que ella también esperaba con ansias el evento. Ned pudo que todos esperaban de igual manera el evento. Ahora, lo único que le quedaba, era de quien se podría tratar y esperaba que todo saliera bien. El simple hecho del acontecimiento de este evento, hizo que todos hicieran impecable aquel día. Ned nunca había visto que todos se esforzaran demasiado y mucho menos que se preocuparan por cada pequeño detalle. Ned se imaginó lo importante que debe de tratarse la persona que iba a venir y, sobre todo, lo muy especial.

Al llegar casi la hora, ya no se aceptaron a más clientes y cerraron, para tener todo preparado. Ned trato de dejar todo lo mejor posible. Pero al llegar la hora, ya todos querían estar presentes, no habría casi nadie en la cocina. Como no podían dejar a nadie fuera de la cocina por un rato, Ned se ofreció a cubrir la cocina en vez de ser mesero, al ver lo emocionados que estaban todos. Todos agradecieron a Ned por encargarse él solo de la cocina. Pero Alan no estaba tan convencido, por lo que preguntó si Ned sabía cocinar. Ned, con una sonrisa, contestó que sí y que haría uno de sus platillos favoritos para la reunión. Alan, quien no estaba tan seguro todavía, no quería dejar que Ned se quedara a cargo de cocinar. Rafael, al ver esto, dijo que no se preocupara, ya que él se haría cargo de todo si hiciera falta.

Alan, después de poner tantas excusa, al final accedió. Así fue que Ned quedó a cargo de preparar todos los alimentos. Ester se encargo de mostrarle donde se encontraba todo lo que podría necesitar. De esta manera, Ned comenzó a preparar todos los ingredientes que necesitaría. Ned, mientras cocinaba uno de los postres, decía – haber, ¿qué era lo que necesito?. Ah, sí. Necesito un poco de fresas, melocotón, un poco de miel, leche…. – y así comenzó a traer todos sus ingredientes. Una vez tenía todo listo, comenzó a cocina.

Así fue como pasó la hora y media para preparar todos ingredientes. Ya se encontraba sacando del horno unas galletas de mantequilla, cuando le informaron de que ya habían llegado todos. Ned, al escuchar toda la bulla que hacían, se imaginó lo mucho que se estaban divirtiendo y la cantidad de personas que habrían de haber llegado. Llegó Rafael a traer alguno de los alimentos. Ned, al verlo, dijo – puedes llevarte esas galletas y este poco de chocolate con leche de primero -, Rafael, – por supuesto. Dime, en cuanto tiempo voy a regresar por el resto -, Ned, – la cena estará en unos quince minutos. Así que puedes divertirse mientras tanto. En todo caso, si ya estuviera y no has venido, iré a avisarle -, Rafael, – gracias y lamento tanto el no estar ayudando aquí -, Ned, – no te preocupes, no estaré bien. Así que disfruta con los demás -. Así fue como Rafael llevó las galletas y el chocolate con leche. Ned, al ver que ya se había ido, continuó haciendo la cena y preparando un pequeño postre y aperitivo, por si se quedaban más tiempo.

Después de terminar todo, Ned tuvo que ir a llamar a Rafael para que se llevara todo. No entendía por qué no regresó a tiempo. Rafael siempre ha sido puntual pero, en forma está ocasión, había quedado muy entretenido en la fiesta. Al entrar a llame a Rafael, Ned pudo ver que si habían varias personas, él podía contar como unas veinte personas, sin contar a sus compañeros de trabajo. Miró que había un pequeño juego de mesa, en el que habían varios ahí, mientras otros se encontraban bailando. No podía ver a Rafael o alguno de sus compañeros, por lo que tuvo que entrar a la fiesta.

Empezó a buscar, en eso, se topo con una señorita. Ella se encontraba riéndose a carcajadas, Ned trató de no prestarle atención. Pero, ella al verlo pasar,lo llamó y le dijo que intentara a ganarle en un pequeño concurso. Ned no quiso aceptar, pues decía debía de buscar a alguien para traer la cena. se enojo y le dijo que no lo dejaría ir si no aceptaba el reto. Ned, sin más que podrían hacer, tuvo que aceptar. Ella lo reto a un un duelo de dibujo. Tenían que realizar un dibujo al azar al ser le tema libre, Ned podía dibujar cualquier cosa que quisiera. Ned, agarrando ua hoja y un lápiz, comenzó a dibujar. Todos, al ver que ellos dos estaban dibujando, se acercaron a ver como lo estaban haciendo.

Después de unos cinco minutos, Ned mostró su dibujo. Ella, al ver que Ned había logrado dibujar un hermoso paisaje, a pesar de que era a lápiz hasta los efectos, era muy bueno. Ella mostró el suyo, el cual era un rosal. Pero, el de Ned era el mejor entre los dos, por lo que él ganó. Ella no quedó satisfecha con ese resultado, por lo que lo reto de nuevo. Ned, ya que no quería que se enfriara la cena, la rechazo y se fue. Ella lo iba a detener pero Ned logró salir de ahí, debido a todos los que se habían juntado.

Ned al fin encontró a Ester y le pidió ayuda para servir. Ester acepto y fue con Ned a la cocina. Ned, después de lo sucedido, no quiso unirse al resto de la fiesta y salió a fuera, para poder tomar un pequeño respiro de todo. Ya que no le fue fácil poder pasar ahí, ya una la señorita no fue la única que lo detuvo, también hubieron algunos de los muchachos e incluso Sergio. Esto fue un poco exhaustivo para él, ya que siempre se mantenía solo y no se ponía a hacer esas cosas con otros. Por tal motivo, era el que se sintiera extraño al ser recibido sin ningún problema por los demás. Ned deseaba poder dejar de escapar como lo acababa de hacer, ya que él no quería seguir igual a lo que siempre a sido.

Al mirar al frente, había alguien al otro lado, Ned no podía ver de quién podría tratarse, debido a que estaba oscuro y este tenía puesta una capucha. De pronto, esta persona cruzó la calle y se dirigió hacia Ned. Ned no sabía qué hacer y, lo único que se le venía a la cabeza, era que podría tratarse de algún maleante, por lo que de decidió entrar. Pero, cuando iba a entrar, escuchó que le hablaron. Ned, volteando, se detuvo y pudo ver que era esta persona, quien ya estaba casi cerca de él. La voz que escuchó era de una mujer. Cuando la persona con la capucha se acercó, dijo con voz tímida – hola, buenas noches -, Ned, – ho hola. Disculpa, si necesitas algo del comedor, déjeme decirle que ya ha cerrado. Por lo que hoy no estaremos atendiendo más, mañana con gusto podría regresar. -, la señorita, – ah, gracias por eso. Pero…, viera que estoy buscando esta dirección – sacó un papel de la bolsa de su sudadera. Ned, al recibir aquel papel, leyó lo que decía. Hizo una cara de sorpresa y dijo – es aquí. Según lo que te han dado, aquí es donde debes de venir -, la señorita, – gracias. Es que me pidieron venir a una reunión en este lugar. Debe de ser ya muy tarde, ya que me habían citado como hace una media hora -, Ned, – si es así, no te preocupes. Todos los que están aquí, aún no se han ido -, la señorita, -, te agradezco mucho tu ayuda. Pero, dime, ¿qué haces aquí afuera? O ¿acaso eres una clase de persona rara? -. Ned, aunque no estaba enojado, no contestó nada. La señorita se rió, al ver la expresión que había puesto Ned. De pronto ella dijo en voz baja – al parecer, no has cambiado nada -, Ned, – ¿Qué has dicho? -, la señorita, – nada. Por cierto, nos conocemos ¡¿verdad?! -, Ned, – no, no creo habernos visto antes -. La señorita puso por un momento una cara triste y sonrió inmediatamente, al ver que Ned dirigió su mirada nuevamente a ella. Sin más que decir , ella le agradeció a Ned la ayuda y entró. Ned no entendía nada pero, por su forma de ser, mejor no le prestó mayor importancia.

Al pasar unos minutos, después de haber hablado con la señorita, entró nuevamente para despedirse. Al entrar, pudo notar que muchos habían tomado y que estaban ya empezando a hacer mucha bulla. Ned no tuvo otra opción que ir los sacando por poco uno en uno iban saliendo, ya que todavía estaban un poco conscientes de lo que hacían. estando afuera, se juntaban en grupos y se iban. Ned no le tomó mayor importancia hacia dónde se dirigían. Pero, lo que más le sorprendió fue que no había visto ni una sola gota de alcohol durante la fiesta. Era todo un misterio de dónde había salido todo.

Al casi terminar de llevar a todos afuera, noto que en la cocina se encontraba alguien. Se dirigió sigilosamente, para no despertar ninguna sospecha. Al entrar, encontró a la señorita con quien había hablado hace rato ahí. Se acercó y, al ver que estaba sentada y leyendo un libro que no pudo ver bien, le dijo – hola, ¿qué haces aquí? -, la señorita volteó inmediatamente y, al ver de que se trataba de Ned, dijo – ah, era su sólo tú. Qué susto me diste -, Ned, – no era mi intención asustarle pero, no deberías de estar aquí -, la señorita, – tienes razón, yo – colocando una cara triste – no debería de estar aquí, aunque me hallan invitado – volviendo a colocar una cara sonriente – es que, como todos se encontraban tan alegres, no quise unirme a ellos y arruinarles la fiesta -, Ned, – ¿acaso fuiste quien trajo las bebidas alcohólicas? -, la señorita, – ¡Ah!, eso. No fui yo, cuando llegue ya habían varios que estaban tomando. Si no estoy tan mal, es una reserva especial del encargado -, Ned, – ¿reserva especial del encargado?, ¡¿Cómo puede ser eso cierto?!. En estos dos meses que llevo, nunca había visto que el encargado tuviera alguna reserva -, la señorita, – ah. En ese caso, te voy a mostrar -, Ned, – ¿mostrar?, ¿acaso sabes dónde lo tiene? -, la señorita, – bueno, ya hace un buen tiempo que no estoy por aquí pero, si bien lo recuerdo, debería de estar aquí – la señorita se paró y, agarrando la mano de Ned, lo llevó hacia la oficina de Sergio.

Al entrar en la oficina, ella le mostró que, debajo de su silla, había una puerta corrediza. Esta puerta estaba siendo cubierta por la alfombra, por lo que no se daba a notar y, al ser que sólo Sergio limpiaba ahí, nadie se daría cuenta de este. La señorita abrió la puerta, al quitarle la llave que se encontraba en el escritorio. Ned se sorprendió al ver todos los vinos y licores que había ahí. La señorita se rió y dijo – ya ves, ahora me crees -, Ned, sorprendido aún, responde – Sí. Quién hubiera imaginado que Sergio tenía una gran reserva guardada -, la señorita, – Sí, pero, bueno. Este, como a mí no me gusta estas cosas, decidí no unirme a ellos -, Ned, – Tienes razón. Será mejor que lo cerremos, no valla a ser venga y se enoje -, la señorita, – está bien -. La señorita cerró la puerta y dejó las llaves donde se encontraban.

Después de eso, Ned, al no poder sacar a sus compañeros, tuvo que recostar a todos en unas colchas, había encontrado con la ayuda de la señorita. Después de haber hecho esto, le agradeció a la señorita su ayuda y le dijo que se fuera, ya que se había hecho ya muy tarde, y él se encargaría de todo lo demás. Ned, para que ella no se fuera sola, la acompaño un poco y, consiguiendo un taxi, se despidió de ella. Ned, después de haberla dejado en el taxi, se lamentaba un poco, ya que tenía contado su dinero de ese mes. Ned suspiró y regreso al comedor. Al llegar al comedor, llamó a la dueña del apartamento para decirle que no llegaría hoy a sus cuarto y se quedaría en el trabajo. La dueña, al escuchar esto, pensó que tendría que trabajar tiempo extra, por lo que le dijo que lo esperaría. Pero, después de que Ned le contara todo lo que había sucedido y que se quedaría a cuidar a todos, en lo que regresaban a estar sobrio, se quedaría aquella noche con ellos. La dueña, después de entender de que se trataba todo, le dijo que está bien y si pasaba algo, que no dudara en llamarla. Ned, agradeció la preocupación que tenía la dueña y colgó.

Entró al comedor y viendo que todos estaban profundamente dormidos, aunque algunos se encontraban hablando dormidos, se propuso a irse a dormir también. Antes de acostarse, preparó un poco de té y agua, por si alguno de ellos lo necesitara. Ya estaba por dormirse, cuando recordó que toda esta fiesta era para celebrar el regreso de alguien. Él quería saber de quién se podría tratar pero, por estar ocupado en la cocina y al no ser tan sociable, no pudo conocer a esta persona. Ahora sólo esperaría hasta el siguiente día para preguntar quién era esa persona. Pero, él nunca se imaginó que todos tomaran. Se rió, al ver como todos se encontraban en aquel estado y recordar como era que siempre los miraba, por lo que parecía como si no fueran ellos. Se durmió con la esperanza de que todo estuviera bien con la dueña y no se halla enojado con él por no haber llegado ese día. Además, todavía no sabía a dónde fue a parar a todas sus cosas, por lo que no podría dirigirse ahí sin haber hablado con la dueña de primero. También se recordó lo de Matilde, si la dueña logró encontrar una solución para ella. Pensando en esto, se durmió profundamente.

Al día siguiente, Ned se levantó muy temprano. Todavía no se había despertado nadie más, por lo que se dirigió a la cocina para preparar un delicioso desayuno para cuando se levantaran. Se colocó el delantal y, había escogido los ingredientes, comenzó a cocinar. Al cabo de un rato, todos comenzaron a levantarse. Andaban con un dolor de cabeza profundo y, aunque no recordaban muy bien lo como termino la fiesta, estaban felices de que no pasó nada malo. Ned, al ver que se habían levantado, les llevó un vaso de agua a todos, para que se refrescaran mientras él servía el desayuno. Alan, después de haber tomado el vaso de agua, se dirigió a ayudar a Ned a servir todo.

Después de haber desayunado, todos ayudaron para limpiar y acondicionar todo en su lugar. De esta manera, tuvieron todo listo para cuando llegó la hora de abrir el comedor. El día comenzó un poco cargado, ya que al ser casi fin de año, habían muchos que despidieron ir a pasear o ir a hacer compras y, debido al tiempo, pasaron a comer con ellos. Esto era todo una locura, Ned y Alan se encontraban corriendo de un lado a otro. No paraban de llegar los cliente. Al parecer, no era sólo por la fecha, sino que habían sido recomendados por mucho visitantes que habían llegado por esa época.

Ya no había ni siquiera lugar para poder atender a todos los clientes. Al terminar el día, Sergio se sentía tan feliz por todos lo cliente que tuvieron ese día. Felicitando a todos, les dijo que se tomarían el treinta y uno y el uno libre, esto era para que pudieran pasar con sus familias esas fechas. Todos se encontraban felices de poder tomar ese tiempo descansando pero, Ned, no sabía si regresar o no a visitar a sus papás, pues no quería regresar sin haber logrado ningún progreso aún. Lo que él quería era poder llegar siendo alguien diferente y no el mismo de siempre. Esto era un dolor de cabeza, por lo que decidió pensarlo más detenidamente en su apartamento.

Al regresar a su apartamento, Ned comenzó a buscar su llave. Por más que lo buscaba entre su mochila y sus bolsillos, no lo encontraba por ninguna parte. De pronto, escuchó que habia alguien en el apartamento. Ned pensó – no puede ser, será que habrán encontrado mi llave y ahora están usando mi apartamento. Ahora, ¿qué podría hacer?. Será mejor que se lo diga a la dueña -. Se fue sin hacer el menor de los ruido y se dirigió con la dueña para informarle de lo que había pasado.

Al llegar con la dueña, tocó la puerta. La dueña salió y, al ver a Ned, dijo – Ah, hola Ned, veo que ya has regresado -, Ned, – buenas noches dueña, disculpe que la este molestando a esta hora pero, es que, viera que hay alguien en mi apartamento. Y, como no encuentro mi llave, creo que lo han tomado y ahora alguien más las usando -. La dueña se rió al escuchar lo que le decía Ned. Ned, al ver que la dueña se reía, se extraño de al ver que no le tomaba mayor importancia a algo como esto, por lo que dijo – disculpe dueña, pero esto es algo muy serio -, la dueña, – está bien, lo siento -, Ned, – bueno, lo que estaba diciendo era que perdí mi llave y ahora se encuentra alguien en mi apartamento y… -, la dueña, – hay Ned, sinceramente no te recuerdas de nada. Creo que haber dormido fuera por un día te ha hecho olvidar todo -, Ned, – ¿olvidar? -, – la dueña, – Sí, recuerdas que me diste las llaves cuando fui a visitarte y me pediste quedarte esa última noche en ese apartamento -, Ned, – quedarme esa noche, quedarme esa noche… – reaccionando Ned, puso una cara de sorpresa y dijo – cierto, tiene razón. Le entregué mis llaves. Eso quiere decir que le ha dado mi apartamento a alguien más -, la dueña, – así es -, Ned, – y ahora ¿Dónde voy a vivir? -, la dueña, – no te preocupes, que ya está todo arreglado. Aunque esperaba que estuvieras ayer pero, bueno, surgieron varias cosas. Ven, te llevaré donde ahora vivirás -.

La dueña llevo a Ned a otro una casa, que se encontraba cerca de sí trabajo. Ned, al ver la casa, no podía creer que ahí también hubiera apartamentos. El se imaginaba que debían de vivir varios ahí. La dueña abrió la puerta que conducía al patio de enfrente. El jardín de aquella casa, lo cual dejó impresionado a Ned, era muy colorido, debido a diferentes plantas que había ahí. Al llegar a la puerta de la casa, la dueña abrió la puerta y, al entrar, noto Ned de que era como una casa normal y no una donde podría alquilando a varias personas. Ned, algo nervioso, pregunto – este, disculpe dueña. Pero ¿Quiénes viven aquí? -, la dueña, – por el momento, aquí vivirás. No te preocupes, no estarás solo muy pronto. Ya que estarás cuidando de mis invitados muy pronto. Aunque ya llego uno de ellos -. Ned no dijo más y miró a su alrededor. Todo se encontraba limpio y ordenado.

La dueña le mostró donde está su cuarto y, ya para despedirse, le dijo que podía usar todo lo que estaba en la casa sin ningún problema. También le dijo que vendría uno de sus invitados más tarde y que le diría que él se encuentra ahí, para que no hubiera ningún malentendido. Ned, agradeciendo todo a la dueña, le preguntó quién vivía ahora en sus apartamento. La dueña, con una sonrisa, le contestó – ahora vive ahí la persona que recomendaste – Ned, al recordar bien de quién se trataba, sólo dijo que gracias, nuevamente, y así se retiró la dueña.

Ned, al quedarse solo, comenzó a dar una vuelta por la casa. La casa, que es de dos niveles, con una cocina, un comedor, una sala de visitas, cuatro cuartos, un baño y patio trasero y delantero, le pareció muy cómodo a Ned. Se dirigió a sus cuarto y tomar un baño. La manera en que se encontraba todo en su cuarto, le parecía que era lo suficientemente grande, incluso más grande que el de su casa.

Tomó sus cosas y fue a bañarse. Mientras se encontraba bañándose, entró el invitado que había llegado. Este, al escuchar el ruido, pensó que alguien se había metido. Sin hacer ningún ruido, llamó a la dueña para decirle que alguien se había metido a la casa, mientras se preparaba con un bate en la mano para lastimar al intruso. La dueña se rió y le dijo que era la persona que se encargaría de ellos. Al escuchar eso, ya se encontraba en la puerta del baño. Colgó el celular y, dando un suspiro, se iba a ir a su cuarto. Pero, en eso, justamente Ned abrió la puerta.

Ned al ver que tenía un bate, dijo – hola, este… Debes de ser uno de los invitados de la dueña – miró a Ned, dijo – Sí, entonces tu eres quien estará a cargo de nosotros -, Ned, – Sí, disculpa que me halla presentado hasta hoy, es que surgieron algunos problemas y no pude venir ayer. De todas maneras, espero que nos podamos llevar bien -, con desprecio, el invitado, respondió – Sí, llevarnos bien -. Ned no le tomo importancia, aunque si se enojó por eso.

De ahí, Ned se dirigió a la cocina y preparó la cena, llamando al invitado, dijo – Éste, ya se encuentra la cena, así que ven a comer – el invitado, – a, bajaré luego -, Ned, – muy bien -. Ned bajo a cenar. Habiendo pasado un poco la hora, Ned se dio cuenta de que no bajaba, por lo que decidió llevarle la cena a su cuarto. Tocó, pero no respondía, Ned abrió la puerta. Y entrando, dijo – disculpa que este entrando así nada más, es que si no se va a enfriar la cena. Al ver que no se encontraba en su cuarto, decidió ir a ver en alguna otra habitación. Buscó por cada cuarto, pero no lo encuentro.

Ned pensaba, mientras se dirigía al patio de atrás – ¿Dónde se habrá metido este niño?, no puedo creer que saliera de noche -. Al llegar al patio, lo encontró en un rincón sentado con la cabeza agachada. Ned se acercó y le dijo – no salgas así, sin decir nada. Sobre todo, a esta hora de la noche -, no le contestó. Ned se acercó un poco más, aunque se estaba empezando a cansar de preguntarle qué es lo que hacía afuera y no le contestara.

Ned, al ver que no le hacía caso, se acercó a él. Al llegar junto a él, se dio cuenta de que tenía en la mano derecha una foto que no pudo ver bien, ya que lo escondió rápidamente ver la sombra de Ned. También vio como secaba las lágrimas y, tratando de disimular todo, se levantó y pretendía regresar adentro son decir ninguna palabra. Ned no quiso dejarlo de esta manera, por lo que dijo, con una voz suave y calmada – Oye, dime qué es lo que tienes. Tal vez te pueda ayudar, si no me dices que es lo que tienes, no podré ayudarte -, el niño lo miró y, enojado, le grito – ¡tú no sabes nada!. ¿Cómo puedes pensar que conoces a alguien que apenas acabas de conocer?. Todos son iguales -. Después de decir esto, él se dio la vuelta y entró. Ned, al escuchar esta declaración, pasó por su mente el día a día que siempre pasaba. Aquellas palabras le habían llegado muy profundo su corazón. Colocó una mirada perdida, que intentaba decir «¿Qué pasó?, no sé hacia dónde ir. No tengo nada que ver con ésto, entonces ¿por qué lo hago?». Reaccionando, entró y se dirigió a su habitación, donde se tiró en sus cama y, sin poder contenerse, comenzó a llorar. Al sentir las lágrimas que caían en su rostro, pensó – ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué estoy llorando?. No lo entiendo, no puedo dejar de llorar. Siento algo duro que lastima mi pecho, ¿qué será? – se dio la vuelta y, secando sus lágrimas, se dispuso a dormir y olvidar todo lo que había pasado.

Al llegar la mañana, Ned se levantó cansado. Tuvo que correr para hacer el desayuno para los dos. Al terminar de preparar el desayuno, notó que aún no se había levantado el niño. Ned subió y le habló desde la puerta de su habitación. Pero, como el niño no se levantaba, entró y lo despertó. Él se despertó malhumorado, pues quería seguir durmiendo. Sin más remedio, tuvo que levantarse debido a la insistencia de Ned. Ned comió rápido y se fue a trabajar, el niño se quedó solo desayunando.

Al llegar al trabajo, Ned comenzó nuevamente sus tareas de siempre. A pesar de estar cansado, no dejaría que eso lo parara y le arruinara el día. Logrando ocultar todo su cansancio, pudo atender como siempre, aunque ese día fue muy pesado para él y parecía como si nunca se terminara. Con una sonrisa en su rostro recibió a cada uno de los clientes que llegaban. Pero, al terminar el día, Ned sentía un gran alivio, pues quería ir a descansar de inmediato. Al haber ser el treinta, el siguiente día no tendría que venir a trabajar,por lo que podría descansar un poco y ordenar todas sus cosas para comenzar el nuevo año y el comienzo de sus estudios en la universidad.

Aunque se preguntaba como le habría ido al niño durante ese día y si se habrá sentido solo. Por tal motivo, se apresuró a cambiarse y salió de inmediato a la casa. Al ser que ahora se encontraba a unas cinco cuadras de donde trabaja, no se tuvo que preocupar por el autobús. Corriendo, se dirigió a la casa. Pues no quería que se siguiera sintiendo solo el niño, aunque más era por que le preocupaba si se encontraba bien estando solo.

llegar a la casa, se dirigió al cuarto del niño y le habló. Pero, al no recibir ninguna respuesta, se dirigió al jardín, pues ahí lo había encontrado ayer. Tal y como lo había pensado, el niño se encontraba en el jardín trasero. encontró viendo unas flores amarillas. Ned se acercó a él y le dijo – hola, disculpa por lo de ayer. No era mi intención espiarte -, el niño, – esta bien -, Ned, – ¿Qué haces? -, el niño, – nada -, Ned, – me he dado cuenta de que te deben de gustar mucho esas flores -, el niño, – si, son hermosas -, Ned, – perdóname por ser un entrometido. Pero, pero ¿por qué estabas aquí ayer? – el niño no contestó. Ned, sintiéndose incómodo, dijo – no te preocupes, si no quieres decírmelo, no te voy a obligar. Además, me gustaría que pudieras contar conmigo, ya que estaremos viviendo aquí los dos solos, hasta que vengan los otros invitados. Por eso, me gustaría que nos pudiéramos llevar bien -, el niño, – está bien, también espero que podamos llevarnos bien -, Ned, – discúlpame que satanás ahora pregunte, pero ¿Cuál es tu nombre? -, el niño, – mi nombre es Godi -, Ned, – mucho gusto Godi, me llamo Ned -, Godi, – igualmente Ned, espero que nos llevemos bien -, Ned, – sí – después de una pequeña charla, enteraron para cenar los dos juntos.

Se divirtieron mucho, por lo que Ned le dijo que saldrían a dar una vuelta mañana por la ciudad, para que él se familiarizara con el lugar. Godi se puso muy feliz de ir a dar una vuelta con Ned. Por tal razón, se dirigió a dormir inmediatamente, después de haber cenado. Ned se sentía bien y, al ver lo entusiasmado que se encontraba Godi, quería que todo saliera bien durante el paseo.

Al siguiente día, Godi fue a despertar a Ned, para aprovechar bien el día. Ned se levantó y fue a preparar el desayuno y una pequeña refacción. Después de tener todo listo, se pusieron en marcha. Dejando cerrado, se dirigieron de primero al parque, donde jugaron con los juegos que había y un poco con una pelota que compraron ahí. Ned no recordaba la última vez que se había divertido mucho. Aunque intentaba recordar algún día así, no podía recordar ni uno. Después de ir al parque, lo llevó a un centro comercial, ya que necesitaba pasar comprado algunos comestibles.

Luego de eso, se dirigieron al zoológico, donde vieron a los animales. Godi se divirtió mucho durante el paseo, lo que hizo muy feliz a Ned. Él no quería que ese día terminara, pues disfrutaba de ese pequeño tiempo. Al llegar casi la hora de almuerzo, regresaron a la casa para prepara un delicioso almuerzo. Por ser fin de año, Ned preparó hamburguesas. Los dos comieron y platicaron un poco. Pero, cuando Ned le preguntó por su familia, Godi se puso triste. Ned, al ver que Godi se había puesto triste, dijo rápidamente – este, no era mi intención… que tal si~, que tal si comemos el postre -, Godi levantó la cabeza y dijo que sí con un gesto.

Ned se dirigió a la cocina a traer un pequeño helado, que había comprado en el supermercado. Al regresar a la mesa, miró que Godi ya se encontraba mejor. Le dio su helado y, Godi al recibirlo, se puso muy contento. Ned sonrió y dijo – al parecer, te gusta mucho el helado -. Godi, que comía felizmente su helado, dijo – Sí, me gusta mucho, sobre todo el de vainilla y chocolate. Siempre solía comer con mis… – de pronto comenzó a llorar. Ned se levantó inmediatamente de su asiento y, dirigiéndose a Godi, dijo – ¿Qué te pasa?, te duele algo -, Godi, entre sollozos, respondió – es que, es que, es que mi… Mi… Mi mamá y papá no están aquí. Desde hace tiempo que no los miro y ya no pasan tiempo conmigo -.

Ned al escuadra la historia de Godi, se puso triste, mientras pensaba – es cierto, a mí también, hay algo que he intentado olvida y me ha vuelto alguien cerrado ante las personas. ¿Por qué sigo intentando ocultar todo? No sé muy bien de qué pueda tratarse lo que está pasando pero, pero, no me quedaré con las manos cruzadas. Voy a ayudar a Godi, para que no termine siendo como yo -.

Después de pensar en eso, Ned le dijo – no llores más Godi. Te prometo que intentaré algo para poder ayudarte. Así que, mientras tanto, yo te haré compañía. Así que, si te pasa algo o necesitas ayuda, puedes contar conmigo que siempre trataré de apoyarte. Así que, sonríe, que ya no te encuentras solo -, Godi, – gracias Ned -. La verdad era que Ned deseaba terminar algo que le perseguía y no le dejaba avanzar y, al momento querer que Godi pasara por eso, decidió ayudarlo a resolver todos esos problemas.

Lo que no se esperaba, vendría después.

Una nueva familia

Al haber terminado la primera semana de enero, la dueña ha llamado a Ned para que preparara los demás cuartos, ya que se encontraban en camino el resto de invitados de ella. Ned, se esmeró para poder tener todo ordenado, sin olvidar que ya muy pronto comenzaría el primer semestre. En el caso de Ned, el comenzaría a estudiar a partir de febrero, por lo que no estaría preocupado por el mes de enero. Esto también le ayudó bastante, ya que tenía que llevar a Godi a su escuela, mientras se acostumbraba al camino de regreso a la casa.

Por otra parte, también le ayudó a poder trabajar un poco más tiempo completo, ya que estaría estudiando por la tarde. El se encontraría trabajando medio día y estudiando el resto del tiempo a partir del inicio de sus

clases. Todo estaba listo, que a Ned no le gustaba dejar todo a última hora, aunque había ocasiones en que no podía hacer nada para evitarlo. Por tal razón, mantenía todo lo que estuviera a su alcance a tiempo.

Al llegar el sábado, tocaron el timbre una y otra vez. Ned se despertó, debido a la insistencia que tuvieron. Miró el reloj, que apuntaba las cinco de la mañana. Ned se levantó y fue a ver de quién se trataba, mientras pensaba – quién vendría a buscar tan temprano. No pudieron esperar hasta más tarde – luego dijo, llegando casi a la puerta – ya voy, ya voy -. Al abrir la puerta, quién estaba tocando era una señorita. Ned, cuando le iba a preguntar que es lo que necesitaba, no pudo decir nada y se quedó con las palabras. La señorita, apenas se habían abierto la puerta, entró sin decir nada y se dirigió hacia adentro

Ned, al ver esto, iba seguirla, cuando alguien más le habló. Ned al escuchar que le decían «hola», volteó rápidamente. Al mirar, se trataba de otra señorita, pero ella le parecía familiar, como si la hubiera visto en otro lado. No, aún más, era como si la hubiera conocido de hace tiempo, pero no recordaba dónde. Él sólo dijo – hola -, la señorita, – disculpa a mi hermana por entrar así. Lo que pasa es que se encuentra de mal humor. Así que te pido que la perdones por eso -, Ned, – está bien, pero, por qué entró -, la señorita, – no te había contado ya mi tía -, Ned, – ¿tía? -, la señorita, – Sí, mi tía. Ella había dicho que estaríamos viviendo aquí -. En eso, Ned recordó que la dueña le había dicho que iban a venir otros de sus invitados esta semana. Pero, lo que no se imaginó, era que fueran dos señoritas. Y, reaccionando, rápidamente le pidió que pasara.

Al entrar, ella le dijo a Ned – al parecer, hasta tenido muy bien cuidado el lugar por nosotros. De verdad, te lo agradezco. Bueno, – entrando a la sala – esto es todo. Te agradezco por todo lo que has hecho pero, a partir de ahora, nosotras nos haremos cargo de todo -. Ned, no se quedó con aquellas palabra y dijo – discúlpeme, pero, según lo que me ha dicho la dueña, yo estoy a cargo de este lugar. Por lo que no puedo irme – ella, al ver que Ned estaba decidido a quedarse. Dio la media vuelta y llamó a su tía. Cuando le contestó, le empezó a decir que Ned no quería irse de la casa. Pero, cuando si tía le dijo que se haría cargo de todo, por lo que no tendría que irse, ella enfureció y colgó. Sin decir una sola palabra, subió arriba. Ned, después de ver que sinceramente no lo quería ahí, no bajaría la guardia, ya que no se sabe lo que podría pasar.

Aunque Ned no le tenía mucho miedo, tampoco significaba que debería de dejar esto así. Ahora, la misión de Ned era de intentar llevarse bien con ellas, por lo menos con la que quería que se fuera. Pues la otra no tenía la menor intención de sacar a Ned.

Ned, mientras preparaba el almuerzo, la que había entrado sin decir nada es entró. Ned, al verla, dijo – hola. Me llamó Ned y tú -, ella, – hola, mi nombre es Nohemí. Este, disculpa por haber entrado así nada más sin decir nada -, Ned, – no hay ningún problema. Yo también me tengo que disculpar, por no haber sido un buen anfitrión -, Nohemí, – no te preocupes por eso. Lo que me sorprende es que puedas cocina -, Ned – eso no es nada nuevo para mí -, Nohemí, – y ¿Qué es lo que estás preparando? -, Ned, – estoy haciendo huevos revueltos con un poco de un poco de frijoles volteados y plátanos para acompañar. También he puesto un poco de té de higo -, Nohemí, – suena rico, espero que ya este muy pronto. Aunque me hubiera gustado que hubiera un poco de carne azada -, Ned, – disculpa por no tenerlo en el menú. No esperaba que vinieran hoy, por lo que no pude ir a comprar -, Nohemí, – muy bien -.

Habiendo pasado un rato, Nohemí se encontraba entretenida con su teléfono, cuando Ned le dijo – Oye, no es por estar pensando mal ni nada. Pero, tu no piensas echarme también -, Nohemí, – no, mientras seas alguien recomendado por Fer, no tengo ningún problema -, Ned, – ¿Fer?, acaso así se llama la dueña -, Nohemí, – no, la tia se llama Cristina. Aunque se escucha raro que le digas dueña y no por su nombre o digas señora -, Ned, – no era mi intención decirlo así, es que nunca le pregunte su nombre y, como siempre respondía cuando le decía así, no le tomé mayor importancia – Nohemí se rió a carcajadas de Ned.

Ned, aunque se sintió un poco mal, estaba contento de poder hablar con Nohemí. Así estuvieron platicando hasta que estuvo listo el almuerzo. Todos se juntaron en la mesa, menos una. Ned, al ver que hacía falta alguien, pregunto por ella a lo que Nohemí le contesto – ah, hablas de Esmeralda. Bueno, creo e se encuentra en su cuarto. Aunque no entiendo por qué no ha bajado todavía, ya que por lo general es la primera en estar. Bueno, si no se apresura, creo que se tendrá que conformar con la comida fría -. Ned se levantó para ir la a llamar.

Ned pensó – entiendo que tal vez no quería saber nada sobre él pero, eso no significaba que tenía que quedarse sola, máximo siendo su primer día aquí. Voy a ir a hablar con ella -. Llegando a su habitación, tocó mientras decía – Esmeralda, baja que ya está el almuerzo sino se va a enfriar -. Como no escucho una respuesta, volvió a tocar. Al tocar nuevamente, ella abrió la puerta molesta, mientras decía – Oye, no estés tocando bastante que ya escuche. Sólo con una vez era suficiente – Ned – disculpa por ser tan insistente pero, como no respondías, creí que tal vez no habías escuchado -, Esmeralda, – no sé por qué estás aquí. Tú no deberías de estar aquí -, Ned, – ¿Cómo qué no debería de estar aquí?. Además, ¿por qué lo dices como si ya me conocieras? -, Esmeralda, – si tan sólo lo recordaras, sabrías el por qué -. Cerró con fuerza la puerta que, Ned reaccionando rápidamente, apenas pudo evitar ser lastimado con ella. Ned, frotando su nariz, debido al dolor que sentía, se fue directo a comer con los demás. Mientras bajaba, pensaba – cómo que debería de saberlo. ¿Cómo puede alguien que apenas acabas de conocer decir algo así?. Tal vez, sólo tal vez, me estaría confundiendo con alguien o de verdad me conoce -.

Después de haber almorzado, estuvieron hablando por el resto de la tarde. Ned se divirtió bastante con Godi y Nohemí, aunque Esmeralda no se unió para nada con ellos. Ned se sentía mal, sobre todo al recordar las palabras que ella le había dicho de «si lo recordara». Ned, le pregunto a Nohemí si se habían visto antes. A Nohemí le pareció un poco extraño el que él preguntara por eso. Pues la verdad es que no se conocían en persona. Nohemí le dijo a Ned que sólo lo conocen por su hermana. Ya que antes solían mudarse mucho, su hermana, en una ocasión, no quiso mudarse con ellos y se quedó a cargo de un pariente. Al parecer, ella no quería mudarse debido a que no quería dejar a sus amigos.

Nohemí le fue contando todas las historias que le había contado su hermana de él. Nohemí dijo – Durante todo el tiempo en que estuvo viviendo separado de ellos, había logrado hacer un buen amigo. Ella estaba tan feliz de haberse hecho amiga de este niño, pues siempre le escribía. Pero que siempre solíamos mudarnos, no lograba obtener las cartas de su amigo. Ella siempre trató de escribirle y, para que él le pudiera escribir, le daba la nueva dirección de donde vivía. Pero, con el pasar del tiempo, cada vez era más difícil hacerlo. Incluso, hubo muchas ocasiones en que no pudo recibir ninguna respuesta.

Pero, a pesar de eso, ella nunca perdió la ilusión de que se volverían a encontrar. Luego, durante una de nuestras mudanzas, ella no pudo comunicarse más con él. Estuvimos viviendo en ese lugar por un buen tiempo. Me hermana pensaba que ya no podría volver a encontrarse con él, por lo que comenzó a cambiar. Pero, al encontrar una d las cartas que habían enviado, pudo volver a creer en que lo volvería a ver. Se dedico noche y día en mejoraremos todo lo que hacía. Incluso, llegó un momento en que nadie l e ganaba en nada. Era demasiado para ella seguir. Pero, después de mucho tiempo, al escuchar que íbamos a regresar a este país, ella se puso feliz. Aunque la verdad, no creí que te encontraríamos, ya que era muy difícil. Bueno, cuando nuestra tía nos contó de ti, no sé qué es lo que habrá hecho mi hermana pero, lo que sea, logró hacer que estuvieras aquí -.

Después de que Nohemí le contara todo, Ned contestó – te agradezco por contarme todo esto. Pero, no crees que yo no podría ser es persona. Además, no puedo creer que me contaras todo esto apenas habiéndonos conocido el día de hoy -, Nohemí, – Tienes razón pero, sabes, es mejor que lo sepas para que pueda contar con lo que mi hermana me dijo -, Ned, – ¿Qué fue lo que te dijo? -, Nohemí, – no te preocupes por eso, ya lo sabrás a su debido tiempo. Sabes que Ned, por que no nos llevas mañana a dar una vuelta por la ciudad -, Ned, – está bien. Además, eso ayudaría bastante a que conozcan un poco la ciudad y, como mañana es domingo, no tengo que trabajar -, Nohemí, – ¿trabajas? -, Ned, – Sí, sino no podría pagar el alquiler -, Nohemí, – no creí que trabajaras, ya que hoy no saliste para nada -, Ned, – lo que pasa es que el encargado me dio el día de hoy libre, para poder prepararme un poco para comenzar los estudios – Nohemí se rió.

Al siguiente día, Ned los llevo a conocer la ciudad. Todos se divirtieron mucho, incluso Esmeralda se le olvidó que estaba enojada por un momento. A pesar de que no era un día soleado y el aire era frío, lograron pasar un buen día. Después de eso, se fueron a dormí satisfechos de aquel día.

Después de haber pasado todo. Cada día que pasaba, parecía que se iban llevando mejor. Los días seguían corriendo y no había señales de que viniera la hermana de ellos. Ned se comenzó a preguntar si de verdad ella vendría a vivir con ellos. Con todo lo pasado, comenzaron las clases. El primer día de clases, para Ned era muy emocionante. Al fin iba a empezar su primer semestre, ni entendía por qué le entusiasmaba tanto pero, lo que fuera, era como si sintiera que algo grande iba a pasar.

Al llegar a la universidad, ya que estudiaba por la mañana, vio lo grande que se había vuelto, ya que estuvieron re modelando durante las vacaciones. Entró con paso firme y sintiendo como comenzaba un nuevo capítulo en su vida. Ned se sentía feliz de haber podido dejar algunas partes de él desde que llegó, de lo contrario, hubiera sido todo un desperdicio el haber venido antes a la capital. Al entrar, tuvo que preguntar por dónde se encontraba su clase, el cual se encontraba en el edificio de ciencias Económicas en el aula número quince. Al encontrarse con un estudiante, que se encontraba viendo un letrero, le preguntó, él le contestó que se encontraba pasando el edificio que estaba enfrente de ellos. Pero, ya que él también se dirigía a ese edificio, aunque en una clase diferente, lo acompañaría hasta el edificio.

Al llegar al edificio, el le agradeció la ayuda, ya que el tomó las gradas que se encontraba cerca a la entrada y Ned se dirigió a buscar su clase en el primer primer nivel. Ned, mientras buscaba su salón, pensaba – aula quince, aula quince. No la miro, ¿porqué será tan difícil encontrarlo? -. Al no encontrarlo abajo, subió al segundo nivel. Al encontrar su clase, entró y buscó el asiento de atrás y cerca a la ventana.

Ya que aún no habían llegado todos, por lo que faltaba un poco para que empezaran las clases, Ned reviso si traía todo. Comenzó sacando un cuaderno multimateria y sus lapiceros. Poco a poco se fue llenando la clase y la bulla se hacía un poco más fuerte, ya que habían muchos que se conocían. Ned, en cambio, no conocía a nadie de la clase pero, como estaba acostumbrado a estar solo, no le parecía nada nuevo. Miraba de un lado a otro, tratando de pensar que podría cambiar. Mientras eso llegara a ser, él seguiría siendo un antisocial, que siempre trata de evitar comunicarse con los demás.

Comenzó el primer día cuando llegó el catedrático. El catedrático se presentó y dio un pequeño tiempo para que todos se presentarán, diciendo que «si desean triunfar en la vida, deben de saber el porqué se encuentran aquí. No todos son capaces de pasar», incluso añadió, «de todos los que se encuentran aquí, sólo pocos son los que realmente serán verdaderos profesionales que darán lo mejor por la sociedad y su familia». Con estas palabras, comenzaron a presentarse de uno otro en uno Al finalizar las presentaciones, el catedrático hizo un dibujo muy extraño en el pizarrón. Este dibujo constaba de una línea horizontal, tres puntos en sima de esta línea y, después encima de cada punto, una línea. La primer línea, la de él lado izquierdo, era un alinea curva. Esta comenzaba de la desde el punto y se dirigía al lado izquierdo, de tal manera que terminaba mostrando como comenzaba para arriba pero, luego llegando a un cierto punto, comenzaba su descenso. La segunda línea, la del centro, constaba en que iba en línea recta hacia arriba. Y la tercera línea, era igual que la primera, con la diferencia que está se inclinaba al lado derecho.

Todos se quedaron viendo aquel dibujo. El profesor preguntó que era lo que se les venía a la mente aquel dibujo. De uno en uno fue dando su respuesta. Algunos decían que era los caminos que uno tomaba para llegar a su destino y, si uno no va firme y seguro, terminaría desviando se a cualquiera de los otros dos lados y perdiendo su mera. Entre otras respuestas que dieron están: «muestra la iniciativa de cada persona en su viaje hacia el éxito y, dependiendo de la decisión que tome, así es como llegará al éxito», «de que muestra el resultado de cada decisión que tomamos en la vida y, sólo uno buena decisión, nos llevará a lograr nuestras metas», «no siempre vamos en el camino correcto y por eso podemos fracasar y terminar en cualquiera de los dos extremos», «el engaño en que nos podemos enredar si no sabemos lo que queremos y, la línea de en medio , si estamos en lo correcto», así como muchas otras.

Ned se sorprendía de cada una de las respuestas que daban. En una pequeña fortuna para Ned, no tuvo que dar ninguna respuesta a la pregunta que había dado el catedrático, debido a que había terminado su periodo. El catedrático dio, como primera tarea, pensar bien en lo que para ellos significaba ese dibujo. El catedrático le agregó un punto abajo de la línea horizontal. Este punto no se encontraba bien pegado a la línea, sino que tenía un cierto espacio. El catedrático agregó, al colocar aquel punto, «piense, imaginen y sueñen de que se puede tratar o hacer con estos elementos. Pueden hacer lo que sea, siempre y cuando puedan decir el motivo de lo que hicieron.

Cuando entro el siguiente catedrático, todos comenzaron a murmurar. Ned, lo que apenas pudo escuchar fue que este catedrático es muy difícil de entender y muy estricto. Según lo que escucharon de todos lo quejan estado con él, dicen que es muy difícil poder ganar con él y que muchos se retiran por culpa de él. Todos le tienen miedo por lo estricto que es. Él no acepta ningún trabajo que este a medias, si uno viene con una ropa a la moda es su fin, si les tocara para sus prácticas. Apenas estaba entrando el catedrático y Ned ya había escuchado este y otros rumores más sobre el catedrático. Ned, aunque le había asustado algunos de los rumores, no pensaba dejarse llevar por ellos. Ya había escuchado varios rumores así, incluso de él, pero la mayoría eran falsos o lo habían hecho ver demasiado impactante de lo que en realidad es.

Pero, lo que más le sorprendía,, era que decían esto a pesar de que el catedrático apenas iba entrando. Cuando el catedrático llegó al centro del pizarrón, se paró y miró a toda la clase. Lo que pasó fue realmente increíble, a pesar de ser el primer semestre para todos, fue cuestión de que el catedrático se parara y los viera para que todo quedara en silencio y prestando completa atención. Ned, al ver esto, parecía como si el General llega con su pelotón y estos prestaran atención a la orden que les pudieran dar. Ned pensaba – ¡¿será realmente tan malo o temible el profesor?!, de repente todos han quedado en silencio. Y se siente un poco tenso el lugar, como si todos estuvieran esperando su juicio. Espero que sólo sea mi imaginación y sea verdad -, ya que el miedo también se empezó a apoderar de Ned.

El catedrático miró a todos y dijo con voz una voz fuerte – Buenos días clase. Espero que podamos llevarnos bien durante todo el semestre. Aunque puedo ver que ya se han extendido los rumores de que soy muy estricto. No les puedo negar que lo sea pero, si lo soy, es por que quiero que cada uno de ustedes llegue a ser un gran profesional. Durante mi clase, espero que todos traigan sus cosas y no se les olvide ninguna tarea. También me gustaría que preguntaran por cualquier duda que tuvieran, ya que si no lo hacen, no podrán realizar sus tareas y no entenderán los demás temas que vallamos viendo. Recuerden que todo se puede si están dispuesto a esforzarse por lograrlo -. Increíblemente, cuando el catedrático terminó de decir esto, todos al mismo tiempo dijeron «sí».

Se sentía la tensión que se formó durante toda la clase. Todos aparentaban prestar atención y entender entender las explicaciones. Lo más duro era que se trataba de matemáticas. Cada problema que dejó de tarea demostraba lo mucho que necesitaban preguntar por cada una de las operaciones que utilizó. Pero, debido al duro ser que se dejaba sentir del catedrático, nadie se atrevió a preguntar nada. Por eso, muchos comenzaron a quedar en reunirse y hacer la tarea a juntos, de esta manera podrían ayudarse a sacar cada una de las dudas que tuvieran. Pero, a pesar de ser una buena idea juntarse, Ned pensaba que esto no podría funcionar si nadie logró entender bien los problemas. Lo que era muy extraño es que el catedrático dijo que no calificaría la tarea en la próxima clase sino hasta la tercera clase que daría. Ned pensó así, «la primera clase sería ésta, entonces… La tercera clase sería el que tendríamos el viernes. Por tanto, deberíamos de esforzarnos muchísimo, ya que casi nos ha dado una semana para poder resolver cada uno de estos problemas». Aunque sonara así de simple y el tiempo que se les había otorgado sonaba suficiente, lo único que quedaba era el motivo del por qué dejó todo este tiempo, siendo que el miércoles sería la segunda clase que recibirían con él entonces, si lo hubiera pedido para el la segunda clase, sería suficiente para poder entregarla. Además, sólo dejo unos diez problemas y no más, por lo que Ned no entendía en qué podría estar pensando el catedrático al dejar ese tiempo no por más que lo intentaba averiguar.

Al finalizar el primer día del de clases, Ned se sentía un poco cansado. Así que, al salir de la universidad, se dirigió directamente al trabajo. Cuando iba de camino, se recordó que tenía que apresurarse, ya que le tocaba arreglar unos preparativos para un evento que tendrían en el trabajo. Así que comenzó a correr. Al llegar al trabajo, se cambió lo más rápido que pudo y, saludando a todos, comenzó a realizar todos los preparativos. Mientras hacía esto, pensaba – nunca creí que esto sería más divertido que tener que ir a estudiar. Esta vez haré mi mejor esfuerzo, siendo que es la primera vez que me dejan arreglar todo para un evento. Esto debe de significar que ya estoy mejorando, si es así, eso debe de significar que podré alcanzar a Alan.

Ned, aunque había preguntado de que se trataría el evento que iban a realizar, no le dieron ninguna respuesta ni pista. Por lo que no sabía si lo están haciendo bien. Comenzó preparando todos los adornos, como globos, cadenas, algunos adornos de centro de mesa y muchos más. Esto lo había comenzado a preparar desde la semana pasada, por lo que ya casi tenía todo listo. El evento que tendrían, se estaría celebrando el día de mañana, por lo que Ned estaba revisando que todo estuviera en orden y no faltara ninguna cosa. Con un listado en la mano, comenzó a chequear cada cosa. Al terminar de revisar y confirmar que ya todo se encontraba en su lugar, se dirigió con Sergio.

Al llegar a la oficina de Sergio, tocó la puerta. Al escuchar que Sergio le dijo e entrara, entró y dijo que ya todo se encontraba listo. Sergio, al escuchar esto se puso feliz y dijo – mañana será el gran día. Todo saldrá bien, por el bien se todos, esto debe de estar lo mejor posible -. Ned sólo se rió, al escuchar lo que decía Sergio. A pesar de ver que todos se encontraban tan animados por el evento que tendrían mañana, Ned se imaginó que debe se tratarse de algo grande e importante.

Al finalizar su turno, se dirigió de regreso a la casa. Al llegar, noto que todo se encontraba en completo silencio, lo que le pareció un poco extraño. Al ser que durante los últimos días se había vuelto un poco más ruidosa la casa, no era normal encontrar que esta estuviera en completa calma. Por lo que entró despacio y fue a ver si todo se encontraba bien. Sin hacer mucho ruido, se dirigió a la cocina, la cual estaba completamente vacía y apagada las luces. Después se dirigió a la sala, donde también no pudo ver a nadie. Por último, se dirigió al a los cuartos. Pero, al subir, notó que Esmeralda se encontraba hablando por teléfono. Se acercó un poco y, por lo que Esmeralda estaba hablando seriamente, Ned se imaginó que debe de ser algo muy importante para ella, por lo que decidió ir a su cuarto son hacer ningún ruido. Pero, cuando se estaba retirando, de pronto salió Godi.

Godi, al ver a Ned, dijo – oigan, Ned ya regresó -. Salió inmediatamente Nohemí y Esmeralda. Esmeralda había cortado inmediatamente la llamada, pues no quería que Ned supiera de qué se trataba. Al salir todos, Nohemí dijo – hola Ned, veo que ya has regresado. Pero, ¿por qué no hablaste cuando llegaste? -, Ned, – lo que pasa es que, como todo se encontraba en silencio, creí que ya se encontraban durmiendo y no quise molestarlos ni despertarlos -. Esmeralda, al ver que a Ned, entró a su habitación sin decir ninguna palabra. Ned, a pesar de que apenas pudo ver a Esmeralda, se dio cuenta de que ella se encontraba llorando.

Ned, al no quedarse esta vez sin poder hacer nada, dejó a un lado las preguntas que les estaban haciendo Nohemí y Godi y preguntó el motivo por el que se encontraba Esmeralda llorando. Los dos trataron de no responder a eso, por lo que trataron de llevar a Ned abajo. Pero, al no querer dejar esto sin resolver, dijo una vez más – me podrían decir el porqué se encuentra Esmeralda llorando -. Godi y Nohemí agacharon sus rostros y, mirando a otro lado, dijeron «por qué no vamos a un rato al jardín». Ned se enojo y, sin siquiera seguir tratando de pregúntales más, se dirigió a la habitación de Esmeralda.

Godi estaba a punto de detener a Ned, cuando Nohemí lo detuvo agarrando le la mano. Godi dirigió su mirada a Nohemí, quien decía no con un movimiento de la cabeza. Godi se detuvo y miró como entraba Ned a la habitación. Para Godi, parecía como una escena que se volvía completamente gris, el ver como lo detenía Nohemí con unas lágrimas cayendo en su rostro, le hacía recordar la vez en que quedaron separados por un tiempo y el no supo nada por un tiempo. Godi volvió a ver a la puerta de la habitación de Esmeralda, mientras pensaba – no, no, no quiero que vuelva a pasar otra vez -.

Ned, al entrar a la habitación, vio que Esmeralda se encontraba viendo hacia la ventana, mientras sostenía el teléfono. Ned se acercó lentamente, mientras sentía una densa tristeza que se así más fuerte entre más se acercaba. Llegando con Esmeralda, le quería colocar la mono en el hombro pero, cuando estaba a punto de hacerlo, retrocediendo y dijo, mientras miraba hacia un lado – discúlpame por ser entrometido pero… Este, quisiera saber el motivo de que te encuentres llorando -, Esmeralda, – ¿Qué te hace pensar que estoy llorando? Más aún – enojada – ¿por qué te interesa saber algo así de alguien que siempre esta intentando sacarte de aquí? -, Ned, – pues, este… – quedó un momento en silencio.

Ned se había quedado en blanco, mientras en sus pensamientos se encontraba confundido. No entendía por qué trataba de ayudarla, pues pensaba – ¿por qué quiero ayudarla?, será por que se parece a mi o sólo quiero no seguir lamentando el ser un completo inútil -, de pronto regreso en sí, al escuchar a Esmeralda decir – ya vez, si lo pudiste contestarme eso, quiere decir que no tienes nada que ver en esto -, Ned, mirando la espalda se Esmeralda, ya que ella ni volteó para nada durante la conversación. Ned, recuperando las fuerzas que le habían impulsado a hacer esto, dijo – Tienes razón en preguntar el porqué trato de hacer esto. La verdad, aunque no lo sé muy bien, es por que yo estoy a cargo de hacer que todos puedan vivir cómodamente aquí. Sus problemas son mis problemas. Es por eso que intento de poder ayudarles en todo lo que pueda. Por favor, trata de confiar en mi, te prometo que no me reiré y trataré de ayudarte. Prometo que no me retractaré de nada y lucharé por lograrlo -, Esmeralda, – si eso es verdad, dime, ¿puedo confiar en que lo harás? -, Ned fue impactado por aquellas palabras, pues parecía que ella no podía creer en lo que él decía, incluso él dudaría de eso. Esmeralda volvió a preguntar – responde de una sola vez, ¿puedo confiar en ti?, si no puedes hacerte cargo de esto, no quiero que vuelvas a intentar meterte en nuestros asunto -, Ned, sin pensarlo más, contestó – ¡sí!, lo prometo -.

Esmeralda, después de unos segundos en silencio, se volteó y dijo – ¿Cómo puedo confiar en esas palabras tuyas? – empezaba a enojarse más y más Esmeralda,pues no podía tolerar el que Ned no se resignara en tratar de ayudarlas. Esmeralda dijo en voz baja – te escuchas como ellos. Para mí no tiene ningún valor tus palabras. No sé por qué mi hermana llegó a confiar en ti, incluso no la recuerdas para nada – en voz alta – ¡si tan reales son tus palabras! Ve y trata de descubrir lo que está pasando, pues no te has dado cuenta de nada en todo este tiempo en que hemos estado aquí -. Ned, al ver el enojo de Esmeralda, sin pensar, dijo – Ésta bien, lo haré – y con ésto salió del cuarto.

Al salir, Ned se esperaba que Godi y Nohemí se encontrarán todavía pero ya se habían ido a sus cuarto. Ned se dirigió a su cuarto, olvidándose de cenar, pues se sentía culpable de haber dicho que lo descubriría. Se tiró a su cama, mientras pensaba – ¿por qué le dije que trataría de averiguar lo que está pasando? Y ¿ahora cómo lo haré?. Si no logro averiguarlo, será mi final -. En eso, de pronto se recordó que tenía que revisar unas actualizaciones y ver que tan bien le había ido.

Al entrar a su página, no encontró ningún comentario. Al no hallar nada acerca de su última historia escrita, pensó – debe de ser muy pronto el querer ver los resultados de la historia, debo de esperar un poco más antes de poder conocer los resultados -. Alzando la computadora, recordó que tenía unos dibujos en el armario, por lo que se dirigió a sacarlos. Al abrir el armario, se dio cuenta de un cuaderno que tenía alzado. Agarro el cuaderno y, viendo lo que tenía adentro, recordó que ese era el cuaderno de aquella señorita a quien no le pudo devolver. Sólo había visto dos dibujos que se encontraban ahí pero, como ya tenía tiempo desde que lo tenía, decidió ver más de aquel cuaderno.

Al pasar a la siguiente página, se dio cuenta de que había una familia dibujada en un página y en la otra había una triste niña. Ned pensó – ¿Qué será esto? – y poniendo total atención a ésta, pudo de un momento a otro sentir aquel sentimiento. De pronto, mirando a la niña triste, le parecía como si ella deseaba poder tener algo que no tenía. Pues, el dibujo de la niña, dirigía su mirada a la página Fo donde están la familia sonriendo. Por alguna razón, Ned podía sentir aquellos sentimientos que había plasmado en aquel dibujo. Sintiendo que eso podría se una pista para lograr encontrar el misterio que ahora tenía ente manos, se dispuso a ir con la dueña para averiguar más sobre ellos.

Al siguiente día, después de regresar del trabajo, se dirigió con la dueña. Al llegar, tocó la puerta pero, después de un rato de estar tocando, se tuvo que retirar. Miró su reloj, que ya le había marcado las siete de la noche y, poniendo en cuenta que debía de regresar a hacer la cena, se dirigió a la casa. Pero esto no lo dejó así. Volvió a tratar de poder encontrar a la dueña y descubrir más sobre ellos. También estuvo tratando de poder conseguir algo con Godi y Nohemí, pero fue inútil tratar de descubrir algo con ellos, ya que no le quisieron decir nada a él. Pero esto no lo desánimo en lo más mínimo, ya que está vez estaba dispuesto a poder ayudar y no quedarse conos brazos cruzados y sin hacer nada. Ned sabía que no se podía dar el lujo de fallar, ya que siempre escuchaba como lloraba Esmeralda por las noches.

Ned, aunque no había dicho nada desde el principio, sabía que todos estaban pasando por un momento difícil pero, Esmeralda, era quien lo pasaba peor que todos, ya que desde que su llegada, se todas las noches tristes. Aunque no la había visto llorar, siempre la veía con una cara triste al llegar la noche. Él había creído que no era necesario averigua el motivo, aunque ahora creía que la verdadera razón era el no tener el suficiente valor como para preguntarle. Pero, en esta ocasión, ya no era sólo si rostro triste que tenía, también la podía oír llorar. En una de esas, Ned vio por la ventana, mientras prestan atención a la hermosa luna coronada con las infinitas estrellas de la noche, y pensó – no dejaré que sigas sufriendo sola. Se que todos están sufriendo también pero en cambio tú, tú lo haces en la soledad. Ya no seré un completo inútil y tratare de hacer algo -.

Aquella noche fue la última si que Ned tuviera alguna pista, pues al día siguiente se dirigió desde muy temprano con la dueña y, aprovechando que no tenía que ir a estudiar, se dispuso a ponerle fin a las visitas sin ningún resultado. Se levantó de madrugada y se dirigió a la casa de la duela. Estando ahí, como eso de las siete de la mañana, tocó el timbre. Después de unos minutos de haber tocado, salió la dueña quien, al verlo, quedó sorprendida.

La dueña, con una sonrisa, dijo – hola Ned, veo que me has venido a buscar muy temprano. Sin embargo, tengo que pedirte que regreses en otra ocasión, ya que me encuentro ocupada en este momento -, Ned, – buenos días, disculpe mi intromisión pero, por favor, sólo serán unos minutos los que necesito -, la dueña, – te había dicho, me encuentro muy ocupada en este momento y no podré atenderte en este momento -, Ned, – muy bien, lamento el hermano molestado. Volveré en otro momento -. Y así paso Ned intentando hablar con ella todo el día. Sin resultado alguno, volvió a casa decepcionado.

Al día siguiente, Ned se volvió a levantar temprano y de esta manera se mantuvo por unas dos semanas. Ned pensaba que ya se había alargado demasiado el tiempo en que ha estado intentando conseguir de una forma pacífica la información y no podría seguir así mientras sufrían todos los invitados, de quien él estaba a cargo. Sin más, Ned volvió una vez más a ver a la dueña. En esta ocasión no la dejo irse tan fácilmente, ya que cuando ella le dijo que se encontraba ocupada, Ned dijo – no siga huyendo de mí. Deseo que podamos hablar aunque sea unos segundos. Es todo lo que pido -, la dueña, – pero, yo no intento huir de nada -, Ned, – en ese caso, dígame lo que pasa con los invitados. La verdad, no creo que sea algo fácil lo que están pasando pero, lo que sea que sepa de ello, me podría ayudar a buscar alguna solución -. La dueña empezó a sentir que en esta ocasión no podría seguir intentando buscar una forma de evitar contestar lo que deseaba Ned conocer. La dueña, después de unos segundos en silencio, le pidió a Ned que pasara adelante y ella le diría algo de ellos. Ned entró a la sala de visitas, mientras esperaba a que la dueña regresara con un poco de café. Mientras la esperaba, comenzó a observar unas fotos enmarcadas que habían ahí. Ned, aunque quería agarrar aquel marco con la foto de la dueña con una niña, que le parecía conocida, no lo hizo. Pero, le llamaba demasiado la atención aquella niña que se encontraba junto a ella, que Ned se quedó completamente concentrado en ella, pensando en quien podría ser.

De pronto fue sacado de aquella concentración, cuando la duela entró a la habitación. Nes la vio y, agarrando el vaso de café que le ofreció la dueña, agradeció. Después de eso, la dueña comenzó a hablarle a Ned sobre sus invitados, quienes son sus sobrinos, y del motivo por el cual se habían quedado donde están ahora. comenzó, de poco a poco, a entender de como están la situación en realidad. Cuando la dueña terminó de contar la situación en que se encontraban, Ned, con una sonrisa en su rostro, dijo – gracias por decirme todo. Haré lo que pueda a partir de ahora -, la dueña, – sólo te pido una cosa -, Ned, – dígame, ¿Cuál podría ser -, la dueña, – vuelve a serlo de una forma muy especial, como la que hiciste en aquella ocasión -, Ned, – ¿ocasión? -, la dueña, – Sí, sí realmente eres la persona de aquella vez, sé que lograrás hacerlo bien. Por eso fue que, cuando llegaste buscando un apartamento, me quedé sorprendida de que pareciera a esa persona. Lo único es que, con el tiempo que ha pasado, no podría decir con certeza si eres él. Pero, aunque no lo fueras, espero que puedas hacer algo para ayudarlos -, Ned, – está bien, no sé bien de que se trate eso pero… pero haré mi mejor esfuerzo -. Una vez dicha estas últimas palabras, Ned se retiró.

Al comenzar a el anochecer, después de regresar de trabajar, Ned se propuso a comenzar su plan. Sabiendo la situación cón la que está tratando, podría empezar a actuar. Pero, para confirmar la información, tuvo que recurrir a buscar un informante, con quien hacía tiempo que no había comunicado. Entrando a su página antigua, buscó entre todos los que la visitaban a «Sarnel» Al encontrarlo, comenzó a escribirle diciendo «hola Sarnel. Hace tiempo desde que hablamos». Sarnel no le contestó inmediatamente por lo que decidió esperar su respuesta, ya que al final de todo, hacia tiempo que no escribía. Su antigua sólo lo usaba para poder subir algunos de los dibujos y bocetos que hacía de vez en cuando y, ya que la nueva página que tiene subía historietas, casi se le olvidaba entrar en la otra. Pero, a pesar de eso, sus visitantes siempre lo seguían en ella. Por lo que nunca moría esa página.

Habiendo pasado ya dos días desde que envió el mensaje, al o tener todavía respuesta, Ned había comenzado a preparar algún plan para poder ayudar a todos. Aunque no se encontraba completamente seguro de que si sería buena idea o si empeorará las cosas, este ya no era momento de dudar, por lo que tendría que arriesgarse a perder todo.

Justo esa noche, mientras revisaba por último vez la página, antes de comenzar a actuar. Revisando los mensajes que había recibido de varios, encontró a Sarnel, quien le envío un enlace. Ned, al ver que sólo le envío un enlace, ingresó a aquel enlace, pensando que podría ser algo que le ayudaría. Pero, mientras cargaba aquel enlace, Ned recordó que no le había dicho a Sarnel lo que necesita, por lo que comenzó a pensar en que podría tratarse aquel enlace.

Al terminar de cargar, recibió un mensaje de aquella página. El mensaje decía «hola, hace tiempo desde que no hablamos», «disculpa por no haber contestado en tu página pero, quise que conocieras mi página. Bueno, quisiera saber de que quieres hablar». Ned, después de haber leído ésto, escribió «hola, Sarnel. Disculpa que te escriba sólo para esto pero, necesito que me ayudes con algo». Apenas había enviado el mensaje Ned, cuando recibió la respuesta. Después de haber estado escribiendo con Sarnel un rato, comenzó a entender un poco más de la detalles. Sarnel, en cuestión de unos minutos le había dado a conocer mucha información sobre ellos. Ned están impresionado de que lograra obtener bastante información en tan poco tiempo.

Después de haber aclarado lo que necesitaba hacer, se dispuso a trabajar en busca de alguien, aprovechando las vacaciones de semana santa. Ned sacó todos sus ahorros para poder ir de viaje. Durante ese tiempo, nadie pudo saber nada de él. Pero, al haber pasado unos cuatro días, Ned regresó sin siquiera decir una sola palabra. Todos, se habían alegrado cuando él regresó pero, al ver que él se dirigió directamente a su cuarto, todos pensaron que tal vez venía cansado del viaje, por lo que no quisieron molestarlo.

De esta manera pasó nuevamente el tiempo. Al termino del primer semestre, Ned les agradeció la instancia a todos, por lo que hizo un gran festín, incluso invitó a la dueña para unirse a ellos. Todos rieron, mientras bromeaban y comían juntos. Después de esa fiesta, ya todo se había calmado un poco y Esmeralda ya se encontraba bien y se había olvidado de lo que le había dicho a Ned. Pero, durante la noche, después de haber disfrutado aquel festín, Ned entró a su cuarto como siempre. La dueña, con quien ya había hablado Ned, no estaba de acuerdo con lo que iba a hacer Ned esa noche.

Ned, con lágrimas en el rostro, esperó hasta que todos se durmieran. Mientras esperaba, escribió una pequeña carta para agradecerles todo. Aunque no sabía que sería de él, podría irse feliz de haber podido lograr el objetivo que se propuso. Empacando todas sus cosas, cuando ya todos se encontraban durmiendo, salió despacio sin siquiera hacer ruido. Estando ya afuera de la casa, antes de salir del jardín trasero, se recordó que había olvidado aquel cuaderno y tuvo que regresar, dejando todas sus cosas en el patio.

Ned pensaba, mientras se dirigía al que era su cuarto – ¿Cómo pude haberme olvidado de aquel cuaderno?. Si no me lo llevo, nunca podré regresar lo a su dueña. Espero que pueda darme tiempo de poder alcanzar todavía el autobús, de lo contrario, me tocaría caminar -. Entrando al cuarto, abrió la gaveta y, sacando el cuaderno, salió inmediatamente sin perder tiempo. De pronto, Nohemí salió de su cuarto y, al ver a Ned, dijo – ¿Ned?… ¿A dónde te diriges a esta hora? -, Ned, – Nohemí, este, yo… yo me dirijo a la cocina. Sí, a la cocina me dirijo, es que me dio un poco de hambre y he venido a prepararme un pequeño refrigerio nocturno -, Nohemí, aún soñolienta, dijo – Ah, a mi también me dio un poco de hambre. ¿Puedo comer algo también? -, Ned, – cla claro, toma asiento, mientras preparo unos emparedados -, Nohemí, – de acuerdo -. Así, Nohemí, se dirigió a la mesa, mientras Ned preparó unos emparedados.

Después de beber comido, Nohemí le dijo a Ned – gracias Ned, de verdad, estoy muy feliz de que estés con nosotros -, Ned, – a mí también me ha gustado compartir este tiempo con ustedes -, Nohemí, – sabes, hace unos días que he tenido esa terrible sensación de que te vas son siquiera despedirte de nosotros y no regresas -, Ned, sintiéndose un poco culpable, – así, bueno, ve a dormir ya que así podrás descansar bien – Nohemí bostezo y se fue a dormir.

Ned, habiendo esperado unos cinco minutos sentado en las gradas, se fue. Una vez había salido de la casa, miró y dijo – discúlpenme por no haberme despedido de ustedes. Quién lo hubiera dicho, me ha empezado a gustar esta vida pero, para que puedan ser felices, debo de irme y no regresar a este lugar. Tal vez deba de terminar por lo menos el segundo semestre en la universidad, aunque me hubiera gustado seguir aquí. Bueno, no siempre son las cosas como queremos pero, si de esta manera logro hacer algo bien, no importa nada más. hubiera gustado despedirme de ustedes pero creo que no podría irme si hacia eso, por esa razón he decidido irme sin decir nada -. Con una sonrisa, comenzó a caminar.

Ned evitó mirar hacia atrás, ya que sabía que eso le haría dudar de la decisión que tomó y podría regresar y hace como si nada hubiera pasado y no podría cumplir con lo que había prometido. Al haberse atrasado, no alcanzó el último bus que había planeado tomar. Por lo que tuvo que caminar hasta la universidad. Mientras caminaba, se topo con una señorita, que también se encontraba caminando. Ned prefirió ponerse la capucha y ponerse los audífonos, para dejar de prestar atención a la señorita.

De pronto, la señorita se acercó a Ned y le dijo – hola, disculpa. Por casualidad te llamas Ned -, Ned, reaccionando, se quitó uno de los audífonos y dijo – discúlpame, pero ¿podrías repetirme la pregunta? -, la señorita, – Sí, te preguntaba si te llamas Ned -, Ned, – sí, ese soy yo -, la señorita, sonriendo, dijo – que bueno. Mi nombre es Floridalma, he venido a recogerte -. Ned quedó sorprendido y, sin pensar en más, dijo – eres quien me vendría a recibir en la parada -, Floridalma, – así es, aunque no iba a ser sólo yo. Lo que pasó es que el compañero tuvo un pequeño problema y no pudo venir -, Ned, – este, disculpe las molestias causadas por hacer que me viniera a traer a estas horas de la noche y el que la haya hecho esperar -, Floridalma, – no hay problema, después de todo, ya me habían informada de esto y, además, yo soy de comité de bienvenida, por lo que no hay ningún problema -.

Ned comenzó a ir con ella, aunque se sentía un poco incómodo. La señorita, viendo el cuaderno que llevaba Ned en la mano, dijo – disculpa, pero, desde hace rato he visto que andas con ese cuaderno en la mano. Y, siendo sincera, me da un poco de curiosidad -, Ned, levantado la mano, dijo – pues verás, la verdad es que no puedo perder este cuaderno -, Floridalma, – ¿por qué? -, Ned, – es que, siendo sincero, debo de lograr regresarse lo a su dueño -. Luego volvió a mirar así adelante, mientras Floridalma se reía. A Ned ni le importaba si ella le daba gracia o no lo que él decía, a fin de cuentas, ahora de encontraba buscando su verdadero ser.

Ned, al ver la universidad adelante, dijo – creo que ahora aquí será mi nuevo hogar, aunque no creo poder quedarme por mucho tiempo aquí -, Floridalma, – no te preocupes por eso, si es por la comodidad, aquí todo es muy cómodo y alegre. Ya verás, te acostumbraras muy rápido -. Aunque Ned no se refería a eso, no le quiso decir de que era porque no podría pagarlo. A pesar de que le pagarían su estancia por un tiempo, él sabía que no sería por mucho y que, después de que todo se haya calmado, lo dejaría y no podría mantener la cuota. Mientras eso sucedía él, por lo menos, no tendría nada de porque estar preocupado o lamentado.

Al entrar a la universidad, ella lo llevó atrás, donde se entraban los cuartos de la universidad. Mientras le mostraba el camino hacia los dormitorios, Ned se decía que nunca se había dado cuenta de ese camino y que también no se había dado cuenta de que hubieran dormitorios en la universidad. Si no fuera sólo por que se aferró a hacer algo bueno por primera vez, él nunca lo hubiera sabido. Aunque no esperaba que se encontrará en un perfecto cuidado y adornado todo el camino, esto le parecía como un cuento de hadas. El camino iluminado por los faroles y, viendo las flores y los árboles delicadamente cuidadas, quedó maravillado. Ned no podía creer que esto fuera cierto y mucho menos que fuera posible que él tendría acceso a ver este camino todos los días a partir de ahora. Pero, aunque ésto le hacía quedar sorprendido, en su mente volvía a recordar los momentos que había hecho con todos en la casa y las risas que no volverá a oír. Esto le parecía un poco raro, después de que no le importaba mucho las cosas que pasaban a su alrededor y lo evitaba, ahora se había encariñado de pasar sus últimos días con aquel ruido y peleas que tenía. Ned se había dado cuenta de que al fin había encontrado una forma de poder ver diferente el mundo.

Al llegar a su habitación, agradeció a Floridalma y, dejando sus cosas a un lado, se acostó y durmió. Aquella noche había sido muy larga y agotadora para él. Pero, aunque comenzó a llenarse de lágrimas, se decía que esto era lo correcto y no importaba nada si eran felices las personas que le enseñaron un nuevo camino. Recordó cuando conoció a Matilde, que fue el primer paso que dio para cambiar. Así pasó la noche. Durante aquella noche, para Ned, las estrellas se desvanecía y se alejaban de la luna quien, entre el triste cielo, comenzaba a bajar, como su ya no pudiera seguir por la soledad en que se encontraba. La luna parecía que recorría el negro cielo, como si estuviera buscando algo que olvidó.

Al día siguiente, Ned se levantó temprano y, comenzando a dirigirse al comedor, de pronto sintió esa necesidad de ir a despertar a todos pero, recordando que ya no se encontraba con ellos, se resignó a ir al comedor sin hacer nada. Al llegar al comedor, se formó en la fila para recibir su desayuno y, después de eso, al quedarse sentado solo había vuelto a ser aquel que siempre se mantenía alejado de los demás, además, por la manera en que todos lo miraban, él no tenía por seguro que no podría comunicarse con ellos.

Al terminar de desayunar, se alistó y se dirigió directo a su clase, donde al recordar que se encontraba en vacaciones, se dio cuenta de que estaba vacío. Se retiró lentamente y volvió a su cuarto. Pensando un poco en que podría hacer, recordó que sería bueno pedir que le volvieran a extender las horas de trabajo. Una vez quedó decidido en pedro eso, se fue felizmente al trabajo. Ned sabía que ahí todo sería como siempre y, sin importar nada de lo que había pasado, se podría olvidar y disfrutar del resto del día.

Al llegar al trabajo, Ned sonrió con gran fuerza, ya que se sentía muy alegre de haber podido encontrar un trabajo donde todos lo apoyan y puede dar lo mejor de él. Entro, como era de costumbre. Pero, cuando el Sergio lo vio, dijo – hola Ned. Veo que has venido a trabajar -, Ned, – Sí, así es. También quisiera pedirle que me deje trabaja tiempo completo, ya que en este momento me encuentro en vacaciones -. De pronto vio pasar a Rafael, quien al ver a Ned, sólo intentó ignorarlo y hacer como si estuviera buscando algo. Ned le extraño la forma de actuar de Rafael, como de otros que hicieron lo mismo.

Ned, después de ver ésto, le preguntó a Sergio lo que pasaba. Sergio, viendo a Ned, dijo – no es necesario que vengas a trabajar tiempo completo, durante tus vacaciones. Sabes qué, por qué no tomas el resto del día libre. Aún mejor, por no te tomas unas vacaciones. Ya sabes, todos necesitamos de vez en cuando unas merecidas vacaciones -, mientras decía esto Sergio, iba sacando a Ned del comedor. Ned seguía insistiendo en quedarse a trabajar pero, al ver lo mucho que Sergio le insistía en tomar unas vacaciones, a pesar de no tener mucho tiempo de haber comenzado a trabajar, no tuvo otra opción que aceptar lo que le pedía Sergio.

Ned comenzó a dar una vuelta por el parque, ya que no tenía nada que hacer. Mientras pensaba un poco en lo raro en que todos actuaban, incluso Ester. Entre pensaba en eso, le comenzaba a dar más preguntas, por lo que decidió dejar de pensar en ello. Ned pensó que tal vez sólo era su imaginación lo hacía que los viera de esa manera. Teniendo eso en mente, dejó de pensar en ello.

Cansado de estar fuera, regreso a la universidad. Aunque, debido a la costumbre, comenzó a dirigirse a la donde vivía. Al estar a unas cuadras de llegar, recobrando la razón, se detuvo y regreso a la parada del autobús. Una vez estando ahí, se volvió a colocar los audífonos, para poder distraerse un poco, mientras esperaba el autobús. Pero, mientras hacía eso, de pronto paso por su mente si podría llevar algunas golosinas y dulces, por lo que se fue al supermercado a comprarlo. Una vez teniendo los dulces y golosinas, volvió a esperar el autobús. El cual no tardó mucho en pasar.

Después de haber pasado unas semanas, Ned había vuelto a ser como antes tan rápidamente, que todo el progreso que había tenido parecía un sueño. Mientras esperaba el autobús, después de haber ido a comprar unas cosas, a él ya se le había olvidado todo lo que pasó. Todo lo que había pasado estos últimos meses, parecía como si hubiera sido sólo un sueño y nada más. Ned se encontraba comiendo una barra de chocolate, cuando llegó una señorita a esperar el autobús junto a él.

Habiendo pasado un rato de estar esperando, ya que no llegaba el autobús, Ned dirigió su mirada a la señorita que se encontraba a su lado. La miró y, debido a que justo en ese momento llegó el autobús, la dejó de ver. Los dos se subieron. Ned se sentó en los últimos asientos, mientras la señorita se sentó hasta adelante. Pero, durante el viaje, a Ned no le dejaba de pasar por la mente que la había visto en otro lugar. Con esta duda en la cabeza, no podía dejar de verla una y otra vez.

Al llegar la señorita a su parada, se bajo. Ned, al verla bajar, se recordó donde la había visto y, levantándose inmediatamente, bajo también en la misma parada. Al bajar, miraba por ambos lados hacia dónde se había ido la señorita. Debido a que varios se bajaron en la misma parada, no la pudo alcanzar a tiempo. Pero, Ned no quería que se volviera a repetir la mismo que aquella vez, por lo que buscaba entre la multitud a la señorita. Un vez la pudo ver, corrió hacia ella, mientras gritaba – ¡hey!. Alto ahí, tengo algo que creo que es tuyo. Espera, espera, espera~ -.

Pero, como ella no le hacía caso, Ned tuvo que intentar alcanzarla. Debido a las personas que pasaban, era la principal razón por las que no la alcanzaba. Llegando a un cruce, ella se detuvo a esperar que el semáforo diera rojo para poder cruzar. Aprovechando que se había quedado esperando ahí, Ned la alcanzó y, retomando el aliento, dijo – hola, disculpa que te este hablado así de la nada pero – vuelve a retomar el aliento – pero creo que tengo algo que podría ser tuyo -. La señorita lo vio algo extrañada y desorientada. De pronto vio que Ned sacó de la bolsa un cuaderno y, entregándole el cuaderno, ella lo abrió para ver qué tenía adentro.

Al abrir el cuaderno y ver en la primera página, encontró las siglas «F. M.». De pronto comenzó a llorar, Ned se alarmó al ver que ella lloraba. Intentando conocer el motivo, dijo al algo inquieto y asustado a la vez – este, que pasa. Dime ¿por qué lloras?. Vamos no te quedes callada y di algo -. Las personas lo miraban de una mala manera, al ver que la señorita se encontraba llorando. Ned se ponía más nervioso y se lamentaba de haber hecho esto.

Mientras Ned se lamentaba, la señorita levantó la mirada hacia Ned y dijo, con una sonrisa en el rostro – gracias. De verdad, te agradezco que lo hallas encontrado y me lo hayas entregado -, Ned, – está bien, no te preocupes. Este, si ese es tu cuaderno, entonces me tengo que ir -, la señorita, – por favor, no te vallas así nada mas. Que tal si te invito algo como agradecimiento -, Ned, – no es necesario, lo importante es que eres la dueña de este cuaderno. Ahora sólo procura no perder lo nuevamente -, la señorita, – Sí, claro. Pero, por si acaso, te daré esto – saco un papel de su bolsa y un lapicero y, escribiendo algo, se lo entrego a Ned – quisiera, de todas maneras, poder pagarte por encontrar mi cuaderno y entregarlo. Si necesitas algo, puedes contar conmigo -. La señorita de pronto vio su reloj y, viendo que se le había hecho tarde, dijo – Bueno, hablamos en otra ocasión – y se fue corriendo.

Ned le pareció un poco extraño el que allá hecho todo eso por un cuaderno. Lo único que se le venía a la mente era que es muy importante para ella, por lo que se puso muy feliz de haberlo hallado. Habiendo entregado el cuaderno, Ned continuó su camino de regreso a la universidad.

Al llegar, Ned se dirigió a su cuarto, como era de costumbre. Ya casi había llegado a su habitación cuando le habló Pedro. Al parecer Pedro traía algo para Ned. Ned, al ver a Pedro le llamaba, se detuvo y, volteando, lo saludo. Pedro, después de haber saludado a Ned, le entregó un sobre que había llegado para él. Ned recibió el sobre, aunque no se recordaba haber pedido algo y mucho menos se esperaba que fueran algo de sus padres, ya que aún no les había dicho dónde vive ahora. Decidió abrir el sobre una vez estuviera en su habitación por lo que continuó, después de haberle agradecido a Pedro la entrega de este.

Al llegar a su habitación, colocó sus compras en la mesa de noche y, sentándose en la cama, agarro el sobre. Al abrir el sobre, pudo ver que contenía unas fotos y una carta. Sacó las fotos, las cuales eran de Esmeralda, Nohemí y Godi. Al parecer le habían enviado unas fotos de como se encontraban durante este último tiempo que habían pasado juntos. Después de ver las fotos, leyó la carta. Al parecer, aunque él o se encontraba tan lejos, ellos creían que se había ido demasiado lejos. Lo que le daba algo de risa pero, lo que más curiosidad le daba, era que como sabían que le iba a llegar todo esto. Incluso pusieron en la carta que lo estarían esperando.

Ned, con lágrimas en el rostro, dijo – me van a esperar pero, si no tengo pensado regresar -. Siguió leyendo, al parecer ellos esperaban volverse a encontrar con él y también le agradecía lo que había hecho. Pero, entre todo lo que le habían escrito, había algo que le dejó sin más en que pensar. Esto decía lo siguiente «no importa el lugar en que te encuentres en este momento. La verdad es que, a pesar del mes comienzo que tuvimos, siempre serás parte de nosotros. Sabes, es difícil creer que, aún fue un tiempo muy corto, que nos hallamos sentido muy bien de estar compartiendo muchos recuerdos juntos. Si alguna vez regresas, te estaremos esperando. Recuerda que siempre serás un miembro de nuestra familia. Así que, no te olvides de nosotros y, cuando quieras, siempre tendrás un lugar dónde habrá personas que te quieren a donde regresar «.

Ned se sintió feliz, mientras pensaba – Conque soy parte de su familia. Bueno, no puedo dejar todo aquí y retroceder todo mi avance – en voz baja – ¿debo de luchar nuevamente o quedarme hasta aquí?. Nunca podré volver a ser como era antes. ¿Será que hasta aquí he se quedarme? – se quedó en silencio unos segundos y, luego de eso, con una gran energía dijo – a dónde me dirijo pero, pero todavía no ha terminado todo aquí. Si vine a este lugar, es porque quiero encontrar un motivo por el cual seguir. Vine a este lugar para poder dejar de ser él mismo de siempre. He de buscar algo, un motivo, aunque sea muy pequeña motivación, esperanza para continuar. Sí, – colocando su puño en el pecho – Sí encontraré mi anhelo por el cual luchar -. A partir de ese día, Ned, comenzaría a buscar su anhelo y grandes desafíos le esperan para poder llegar a ello.

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