Me encuentro en un mar de ilusiones perdidas, a la deriva, sin hallar un rumbo, tierra firme donde reposar.

No diviso nada a la distacia, solo un horizonte vacío, tan vacío como mi alma quien anhela sólo cariño.

Quizás yo sea el problema, tal vez es sólo el destino, pero me gustaría hallar un faro, que guíe mi camino.

Dónde están las esperanzas, dónde el deseo perdido, que me impulsaba a seguir y no quedarme en el olvido.

Y el solsticio de verano se acerca y ya van dos seguidos en los que no encuentro paz, en los que sigo perdido.

No llegaré a amarrar, así que solo suspiro, al tirar mi ancla y anclarme en el olvido.

Porque ya no tengo a nadie, solo yo y este navío, que ya no navega a la deriva, que se ha detenido.

Y asi morir en soledad, junto al sol casi dormido y la luna que ya viene entrando en camino.

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