Siempre me pregunte ¿dónde está mi papá?, mi mamá respondía con historias: «Desde una casa de Inquilinato, en el tercer piso, la ventana número tres de la derecha, vivía un hombre, que veía a una mujer, la cual salía a trabajar a media noche, era la luna. El hombre decidió ir a verla. Paso el tiempo y ese amor de ventana nació una pequeña ciudad, que llamaron Santa Fe de Bogotá, desde ese momento cualquier persona ha querido conocerla». La historia ella la terminaba diciéndome que aquel hombre era mi papa, que, por tal razón, nunca volvió a nuestro hogar.

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