Sentada,
con un cigarro en la mano,
te espera.
Sentada en la ventana,
con el pelo largo y castaño.
Sentada sobre sus dudas,
rompiéndose las pupilas,
buscando una cara que se parezca a la tuya.
Uñas color berenjena,
arañan el cielo.
Quiere que llueva con ella.
Sentada,
inhalando el pasado
que ensucia su futuro,
respira.
Y expira.
Cierra los ojos.
Te imagina a ti.
Y llora.
Llora y las lágrimas recorren sus pecas.
Las borra.
Lentamente.
Sus pies se encojen.
Se arrugan.
Deseando correr a un tiempo atrás,
Con leiva de fondo.
Con humo delante.
Cree que se ha perdido.
Sin ti.
Y aunque se haya encontrado,
la nostalgia no se va.
Y sueña.
Y sigue.
Soñando con volver.
Volver a la idea que tenía de ti.
¿Para qué?
Para nada.
Sólo te echa de menos.
Pero tampoco te quiere de vuelta.
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