EL SHOW DE LOS HUMANOS

EL SHOW DE LOS HUMANOS

Toré

27/07/2020

El show de los humanos

Así empieza el primer acto:
¿Seremos siempre una constante lucha entre lo malo y lo bueno? ¿Es posible soñar con una sociedad justa? ¿Llena de valores? ¿O siempre es necesario un poco de maldad para darle cierto equilibrio al mundo? ¿No tenemos acaso todos nosotros cierto grado de maldad? Puede que esa sea la causa.

Hablemos de casos puntuales…
Un hombre le es infiel a su esposa con quien ya tiene cinco hijos, una casa y dos autos. La mujer se entera, él lo pierde todo. En efecto, un capricho del momento no le devolverá la alegría que tenía en casa, ni mucho menos podría reemplazarlo ¿Dónde estaba el amor en esta historia?

Un congresista elegido por y para ser representación del pueblo termina envuelto en escándalos de abuso sexual por tocarles los glúteos de forma grotesca a una aeromoza. Lo primero que dice es: “No manchen mi honra hasta que se comprueben los hechos”. Pero hay un vídeo viral, hay testigos, no era un avión privado. La misma empresa sacó un comunicado de prensa condenando estos actos. ¿Su justificación? Estaba bajo los efectos del alcohol. ¿Dónde estaba el respeto en esta historia?

Una niña de 14 años que sufría de abuso sexual mata a su violador en defensa propia cogiendo el revólver de su tío el policía. Su violador no se iba a detener y ella estaba dudando mil veces antes de disparar. Probablemente la manden a un correccional para menores. ¿Dónde estaba la justicia en esta historia?

Un hombre recibe un jugoso sueldo y cree que es libre porque a fin de mes puede comprarse todas las cosas que quiere, para eso, soporta a un jefe que lo maltrata psicológicamente todos los días. Le gusta la comodidad de su sueldo, de sus gratificaciones, bonificaciones y todo ese dinero extra que no puede comprar un momento especial de felicidad y opta por renunciar a sus sueños: viajar por el mundo y tener la mejor tienda de ropa deportiva posible. ¿Dónde estaba la libertad en esta historia?

Así como estos casos, hay millones de situaciones más, donde no solo se ve una pérdida incesante de los valores sino que también se observa una aceptación social ante estas conductas. Pocos son los que se quejan y alzan su voz en forma de protesta, para otras personas con “ellas no es”.

Llegamos al segundo acto:
Es irónico pensar más en los valores cuando somos niños que cuando uno crece. Éstos aparentan no tener validez comparados con el monstruo de verde, aquel monstruo que simula no tener comparación en nuestro mundo. Piensa un poco. ¿Qué no se puede hacer con el dinero? ¿Te imaginas un día sin dinero en el mundo? ¿Qué haríamos? ¿Darnos treguas como antes?

Claro que no lo imaginaste, porque es imposible. El dinero mueve y moverá todo lo que este mundo actual tenga para ofrecer movilidad. Todas las necesidades del hombre se pueden cubrir con dinero, algunas más que otras.

Hasta con la amistad se puede lucrar, la cual uno pensaría que es un fenómeno que debe darse de manera espontánea y natural. Actualmente la empresa Family Romance en Japón se dedica a alquilar “amigos” para que te ayuden en algunas reuniones o eventos. Todo termina en un selfie que sella e inmortaliza el momento y no solo eso, también lo hace real. Si está en una foto es porque verdaderamente pasó. ¿no?

El creador de Family Romance, Efe Ishii, dice esto: “Me di cuenta de que existían injusticias en la sociedad japonesa, y vi que era posible ofrecer servicios para cubrir esos huecos”.
Yo le digo a este señor que el injusto es él, por alimentar la conformidad en sus usuarios y nutrir el triste pensamiento de pagar por recibir algo que puede darse de manera gratuita, de todas maneras se puede invertir en otras cosas, como un taller de cómo ser más sociable.

Pero entre toda mi crítica eufórica e idealista un cliente podría decirme: “Tú no sabes lo que no es tener amigos”. Y probablemente no lo entienda, porque jamás he estado en esa situación. Para ellos quizás Efe Ishii es todo un héroe revolucionario y yo soy sólo un envidioso de “una gran idea”.

Gran caballero es don dinero que sabe que toda gran capa todo lo tapa y por más que yo intente buscar alguna reflexión sobre cómo no alimentar a este círculo vicioso de consumismo, hay que recordar que el monstruo vestido de verde pagó la laptop sobre la cual hoy escribo, compró los libros que leí para poder escribir esto, más tarde pagará el pasaje de bus por el cual me dirijo a mi universidad, donde también pago una mensualidad para recibir más conocimientos.

El tercer acto es la sociedad postmoderna:
Una época de desilusión donde parece que nada importa realmente, todo carece de un sentido mayor, es la crítica al “modernismo” y la tonta idea de: Tengo una meta y yo puedo progresar. La gente está tan ocupada en sus asuntos(que casi siempre es el trabajo de otros) y en su única vía de ver las cosas que ya no se detiene a observar a los costados.

No hay que ser injustos, se han logrado varios progresos: españoles llegan a América, donde se saquearon varios territorios y se cometieron incontables abusos con las familias indígenas. El ser humano ocupa el centro del pensamiento, se hace un llamado a la razón, se busca una reflexión sobre el origen de las cosas, ya no lo son los mitos.

Adiós monarquía, hola República. La gran república donde se pueden ir varios años de gobierno democrático al tacho por algún loco fascista o autoritario. Se crean constituciones (que se van cambiando cada cierto tiempo) aparece la división de poderes (que hoy parecen ser dos: dinero y medios) para regular a los ciudadanos con justicia y donde se asegura la protección de sus derechos y libertades. (¿Assange? ¿Caso Utopía? ¿Caso Samgsung y el cáncer? ¿Bolsonaro?)

La revolución industrial era el boom del momento. No sabemos las ganas de trabajar que se vivían en esos años, llegar a la fábrica y hacer más de mil operaciones exactamente iguales por 8 horas, o 10 o 12. Gana el capitalismo -círculo vicioso donde el rico siempre explotará al pobre, el dinero es el primer y segundo dios- sobre el comunismo, sistema donde la miseria compartida parece ser la felicidad máxima y la forma más digna de vivir. No olvidar la lucha armada que es la cereza de la torta.

Esos fueron los avances del “modernismo” que hoy crítica el Postmodernismo.

En conclusión, se vive una apatía social cuando hablamos de valores, ya no se comparten los mismos ideales que buscan fines nobles y defienden las causas justas. El dinero parece cautivar la mente de todos hoy en día.

El ser humano vive su propio espectáculo sin saber cómo termina exactamente la obra, puede avistarse un final, pero en un mundo donde Bolsonaro y Trump salieron presidentes, todo es posible. No hay que dejar de mencionar a los movimientos sociales que siguen buscando un mundo mejor, hablo de los animalistas, los ecológicos, las mujeres que buscan la igualdad en todas sus formas, las religiones que promueven más los valores ante la fanaticada, gracias a ellos, cada ciudadano puede contagiarse de una forma de vivir realmente ética.

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