NOCHES OSCURAS

Por las noches me sentía en un abismo. Tal vez se debía a que era el momento donde me encontraba conmigo mismo. Ya que vivía en una casa grande y solíamos ser dos los que la habitaban.

Mi padre era un «abogado» y viajaba durante largos períodos, a veces no lo veía por años. Yo sospechaba que no se dedicaba a la abogacía, pero no quería escarbar en el asunto, por miedo a lo que me podría encontrar.

Mi padres estaban separados, por lo tanto, mi padre le pasaba a mi madre una cuota alimentaria muy grande.

Pasaron siete meses y yo todavía no veía a papá.

Mi madre cumplía con todos sus labores como tal, a pesar de todos sus defectos, yo amaba a esa mujer. Durante la noche, la observaba como sostenía una copa con vino y la llevaba suavemente hacia sus labios, así estaba durante toda la noche. Este no era su único vicio, también notaba que nunca faltaba un cigarrillo en su mano.

Mis vida se basaba en una rutina, me levantaba y me arreglaba para ir a la escuela, mamá siempre me dejaba todo preparado, la ropa, el desayuno, la comida que tenía que llevar, etc. Luego iba a la escuela, de regreso, también tenía todo preparado. Debo admitir que mamá no me exigía nada, solo debía arreglar mi cuarto. Me habría gustado poder pasar más tiempo con ella.

Cuando estaba con mamá, no podía aburrirme era la persona más loca que he conocido, los chistes que contaba sólo a ella se les ocurría. Era como mi única amiga, ella no me juzgaba y no me tenía como un bicho raro, como todo aquel que me conociera.

En la escuela nadie me prestaba atención, creo que sí algún día he faltado, nadie habría de notarlo. No era muy sociable, si hablaba con alguien, era con mi compañero de banco, pero solo eran preguntas y respuestas, sobre el colegio.

Un 9 de mayo del 2000 nos llega una noticia, muy dura para mí mamá y para mí, la abuela Meche había muerto, mi abuelita fue como una segunda madre para mi, hasta mis 12 años vivió en casa con nosotros, ella fue de gran ayuda en mi crianza para mí madre, desde aquel día mamá no volvió a ser la misma.

Recuerdo que me levantaba por las noches y mamá explotaba en llantos, casi no se levantaba de la cama, me vi obligado a hacer todos los labores que hacia ella,

Un día me levante por un trueno, me asustó, en ese momento creí que la mejor opción sería ir al cuarto de mi madre, la puerta estaba cerrada, toque la puerta (tock, tock, tock…) ella no me contestaba, entonces volví a tocar y solo se escuchaba el ruido de la tormenta. creí que estaba dormida, abrí la puerta y pase a la habitación, allí la vi tirada en el suelo con restos de pastillas a su alrededor. Entré en shock, tarde unos minutos en recuperarme de ese estado. Sinceramente no sabía que hacer, nunca había pasado por algo similar, corrí en busca de un teléfono y llame a emergencias.

Luego uno de los doctores me dio la triste noticia, me dijo que mi mamá falleció tras una sobre dosis. Es algo inexplicable el dolor que sentí, la angustia se apoderó de mi, un dolor en el pecho e indignación me quedo hasta el día de hoy.

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