Esos ojos que nunca brillaron
esos labios que nunca besaron
las manos que no acariciaron
y el amor que se prohibió expresar
he aquí las penas de un niño
a cuya madre la sociedad le dijo
que la carga de tener un hijo
no sería capaz de soportar
y que solo podía solucionar
si se decidía a ir y abortar.
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