SEIS TINAJAS EN EL EVANGELIO DE SAN JUAN

SEIS TINAJAS EN EL EVANGELIO DE SAN JUAN

ELIAH ANDRE

19/07/2020


EL AGUA DE VIDA

LA ILUSTRACIÓN DEL EVANGELIO DE SAN JUAN EN LAS BODAS DE CANÁ

LECTURA: JUAN S:1-25

Preámbulo

Entre los versículos 1 al 5 de este capítulo el evangelista inspirado por el Espíritu Santo, trata de enseñarnos sobre el carácter divino del Señor, nos muestra de Él su paciencia, conocimiento anticipado y poder; comienza el evangelista por mostrarnos al Señor como único y suficiente pues lo coloca en protagonismo, sacándolo del anonimato o podría decirse que mostrándolo salir del lugar oscuro, entendiendo como lugar oscuro aquel que no permite verse nada, tal como lo sería el Lugar Santísimo, el cual solo la Shekina de Dios podía mostrar todas las cosas que allí se encontraban, de esta manera el Señor sale al encuentro con el hombre, lo que nos enseña que el Señor debió dejar su lugar de gloria para venir a rescatar al hombre, tomar forma de hombre como lo describe el mismo evangelio, y lo expresan los apóstoles en sus cartas, y así manifestarse al mundo para anunciar su evangelio.

Resulta relevante observar además que dentro del Lugar Santísimo estaba el arca del pacto, la cual podemos hoy dejar de ver como una figura, la vemos como una señal que da testimonio que es verdad lo que hemos creído, ella nos muestra todo cuanto el Señor Jesucristo realizó por obras por amor de su nombre, luego la tapa del propiciatorio rociada con el ritual de la sangre del sacrificio hecho afuera en el atrio apunta al Señor como cordero pascual que aplaca la ira de Dios en contra de aquel que ha creído en Jesucristo, los elementos de la provocación que se encontraban dentro del arca del pacto, tres elementos que define el carácter de los hombres contrario al designio de Dios, estos elementos dentro son Las tablas de la Ley, quebradas por Moisés debido a la rebelión y paganismo del pueblo de Israel, la vara de Aarón que reverdeció cuando el pueblo de Israel quiso comprobar de qué lado estaba Dios en el sacerdocio, y finalmente el Maná en un cofre de oro, resultado de aquel día cuando el pueblo habló contra Moisés y Dios pidiendo sustento pues anhelaban comida y les fastidió comer solo aquello, sabiendo y conociendo las palabras del Señor al respecto cuando dijo «Yo soy el pan de vida».

En el momento de las bodas de Caná se narran elementos que evocan cada uno de los señalamientos del Cristo en el Señor Jesús, incluso la expresión «Aún no ha venido mi hora», cobra sentido para el momento cuando un sacerdote se prepara para realizar el ritual de la expiación pues aún no se ha realizado el examen del cordero de sacrificio, tomando en cuenta que todo lo ilustrado en el Pentateucro (La Torah libros de Moisés) debían ejecutarse para cumplirse en la persona del Señor Jesucristo; no dejando nada sin respuesta el Espíritu Santo, escribe Pedro en su carta que los profetas indagaban sobre la persona que habría de padecer estos sufrimientos, de esta manera podemos hacernos unas preguntas para intentar entrar en el contexto del panorama pintado en el pasaje: ¿Que quiere mostrarnos el Padre provisor de todas las cosas en este texto? y ¿Cuál es su voluntad para con el hijo y para con nosotros en consecuencia?; también debemos descubrir en el pasaje los personajes pues están en ellos las tres personas divinas (entiéndase persona como manifestación visible en función o labor, pero sabiendo que se refiere a la unidad de un único Dios indivisible); también encontramos a los pecadores, entre ellos podemos diferenciar a los que creen, los que ignoran, los que son indiferentes, y la lista engloba a toda clase de condición pecadora, es decir, a los hombres.

El pasaje trata de definirnos primeramente la temporalidad y trata de indicarnos que al tercer día después de tener la conversación con el apóstol Natanael, lo que destaca pues la raíz de este nombre «Natan» es «don o regalo» y el significado del mismo es «Don o Regalo de Dios», así podemos formarnos la idea de lo que señala la escritura «…no de vosotros pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe…», también aprendemos de la gracia si conocemos la historia de David y el profeta Natan, donde el mismo David juzgó su propio caso con pena de muerte, más la vida le fue perdonada a él, una dura lección y un resultado nefasto, para obtener la misericordia.

La obra salvadora del Señor Jesucristo no culmina en la cruz del calvario, la doctrina enseña que Él resucitó al tercer día, el aspecto específico de esta fecha no es objeto de discusión, la misma escritura dice así y además agrega que «el primer día de la semana iban las mujeres al sepulcro, muy temprano en la mañana», por lo cual caemos en la relación entre este intervalo y la redención que se completó con la resurrección del Señor Jesucristo que nos enseña la resurrección de los muertos al final de los tiempos, como lo dijo Marta al Señor y él mismo le ratificó; estos tres días además están señalando un pacto y una boda, lo que nos enfoca a la esperanza de las bodas del cordero a futuro, y el nuevo pacto al cual el Señor se refiere el momento que estableció la cena en su conmemoración (hacer memoria).

Otra cosa tácita en el texto es la duración de las bodas, este ritual podía durar hasta por siete días, un costoso festín de celebración donde los invitados debían tener lugar donde quedarse para la continuada celebración, donde el servicio estaba gobernado por algunos allegados, pero lo que se destaca en la ocasión mencionada es el maestresala, el siervo principal que se hace cargo de todo cuanto se va a servir, antes de ser colocado en la mesa este garantiza el buen estado, la calidad de lo que se sirve, el orden de colocación de cada plato, en fin, debe ser uno que tenga muy buen sentido de vista, olfato y gusto para autorizar la colocación de un plato o servicio de alguna bebida, así que además debe tener resistencia física para soportar estar en vela en la administración de la casa; así que de este en cuestión también forma parte como hemos entendido de los pecadores, pero teniendo la autoridad de calificar, pudo decir que aquel vino era el mejor, reservado para el final, estando apegado a la expresión que ya mencionamos «aún no ha venido mi hora».

la obtención del vino es un proceso muy delicado y detallado, algo dramático y paciente para llegar al resultado deseado en el paladar, puede resultar vinagre (amargura) o puede resultar dulzura (el vino o sangre de la vid), es un contraste de nuestra redención en las cualidades de nuestro Señor Jesucristo, si bien para el la amargura y padecimientos comenzaron en el monte de los olivos y culminaron en la cruz del calvario, para nosotros ha sido la manifestación de su amor, en palabras dulces del Señor «mi paz os dejo, mi paz os doy, no como el mundo la da», hemos entrado a disfrutar de la paz con Dios, por medio de su obra, tal como la figura de la tapa del propiciatorio cubriendo las provocaciones, intercesora poniéndose entre nuestra falta y el juicio de Dios, quien no ha creído esto, se expone a tan terrible juicio de Dios como lo describe la escritura y el pueblo de Israel fue testigo de eso en el desierto con las serpientes ardientes.

La otra cosa que ha de ser observada es la invitación, no se puede asistir a una boda sin invitación, la madre de Jesús, María estaba allí, y no expresa ¿en calidad de qué?, solo se consideran dos posibilidades, como invitada o como servicio, pero, el Señor y sus discípulos destaca que fueron invitados a tal celebración; la conjetura acerca de la condición de la presencia de María allí es diversa, más si consideramos que también es pecadora (con todo respeto a nuestra consierva) debemos advertir que por invitada tiene la bondad de ser asistente, por colaboradora o servicio, tiene el deber de servir, así como el de comer junto a los siervos, pero jamás podemos acomodar el estatus de su presencia allí a especialísimos privilegios, la confianza de referirse al Señor, solo nos muestra lo que en Hebreos expresa «acerquémonos, pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro», de aquí entonces volvemos al tema de la misericordia y gracia que se muestra en el cuadro narrado en las bodas de Caná.

El hecho que el Señor haya sido invitado puede hacernos la idea que también era apreciado por el contrayente y que además conocido por aquellos en esa región de Galilea; como ya se señaló la confianza de María para llegarle al Señor y hacerle la mención que el vino ya se ha agotado, no parece una solicitud en sí mismo, sino una alusión, lo que define tal cosa como una solicitud es la respuesta del Señor, así que podemos también como creyentes entender que el Señor Jesucristo también posee el atributo de omnisciencia, es decir, ya de antemano conocía la necesidad y con respecto a María la intención, lo que destaca tres aspectos o más, aunque me interesan estos tres: a.- La condición de María como ya dije es la confianza y conocía además al Señor, y no dudo que a este momento ya creía, b.- El resto de las personas no le conocía, y aún no le conocerían por lo cual ninguno pudo pedir por la necesidad que hubo y c.- la aprobación del maestre sala de aquel vino, señalado como el buen vino, curioso que no expresa como el mejor, sino como el buen vino, lo que nos lleva a pensar que no hay comparación. Hágase notar que los invitados no supieron la procedencia de aquel vino, los sirvientes si lo sabían y al parecer no creyeron, pero los discípulos si creyeron en él.

Al parecer el beneficio de la gracia y la misericordia es para aquellos que han sido invitados, pero no todos los invitados acceden a ella, esto nos lleva a dos escrituras «muchos son los llamados y pocos los escogidos» y «no todo el que me dice Señor entrará al reino de los cielos», otras porciones que nos llevan a responder esta pregunta, ¿Quiénes son los invitados a los bodas del cordero?, ellos lo rechazaron y recibieron en las bodas a cojos, mancos, tuertos y pobres; todos pecadores indignos de entrar al templo o al tabernáculo o al servicio del sacerdocio según la ley.

La solicitud de María además enseña que el Señor en su cualidad divina, no se adelanta ni se atrasa en los propósitos de su Padre, así entonces hemos conocido que ninguno de nosotros puede alterar o cambiar la voluntad del Padre, tampoco arrebatarle su poder, de esta manera su madre habrá comprendido para expresar «haced todo lo que os dijere», si no se observa el contexto, estaríamos preguntándonos ¿Quién daría su palabra en cuanto a lo que hacer con la falta de vino?, cualquiera pudiera conjeturar muchas cosas dentro del marco lingüístico, pero hace falta poner la mirada en aquel que tiene el poder y saber que es el único que puede hacer la obra; de esta manera el texto subsecuentemente muestra al Señor Jesucristo en primera persona dando las instrucciones y María desaparece del papel protagónico del pasaje.

Cuando observamos este cambio en la narrativa de personaje, vemos ahora que ya el centro del tema es uno solo, la autoridad que el Señor recibe, aquí nos recuerda un pasaje cuando José, el patriarca, recibe la autoridad del faraón en los términos «Quedarás a cargo de mi palacio, y toda mi gente recibirá órdenes de ti. Solo yo, sentado en mi trono, tendré un rango superior al tuyo», muy pendientes de la expresión final en el aparte » Solo yo, sentado en mi trono», pues es importante para entender el libro de Hebreos cuando dice «Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?» y podemos también entender la escena de aquellos 24 ancianos arrojando sus coronas al que está sentado en el trono. (Génesis 41:37-46)

Ya hemos estudiado y conocido la omnisciencia del Señor, Él sabe todas las cosas, de esta manera el capítulo finaliza diciendo que a.- conocía a todos y b.- sabía lo que había en el hombre, de esta manera el Señor Jesucristo en su carácter divino sabe la condición del pecador de los hombres, lo que nos apunta a un pasaje en la escritura en Génesis 6:5, donde Dios se determinó a juzgar la tierra por la maldad que hubo en ella por los hombres, cuando escudriñó el corazón del hombre y vio que los pensamientos allí eran de continuo maldad. Así entonces este milagro puede entenderse como la antesala a una serie de encuentros de seis pecadores con el Señor y su relación con su salvador, para la conversión de sus almas a la nueva vida, seis tinajas de piedra, las cuales necesitaban ser llenas, pues su destino era la muerte.

Con respecto a las tinajas de piedra, dos cosas destacan, la primera cosa es su uso, la segunda es su estado; de la primera cosa estas seis vasijas de piedra por lo general podían contener cada uno alrededor de 40 litros de líquidos o en nuestro sistema métrico serían unos 40.000 cm3, podría ser un contenedor cuyo interior tenga alrededor de 35 cm de ancho x 35 cm de largo por 35 cm de alto, en ellas se colocaba agua, con el propósito de que los invitados se lavaran las manos antes de participar en la cena de las bodas, ahora bien se sabe que las manos son las extremidades con las cuales se hacen las obras, al contrario de ellas las extremidades inferiores tienen el propósito de hacer el camino, así que lavarse las manos nos da una idea que nuestras obras no son buenas, este hecho nos da una idea que el pecador no tiene obras suficientes para poder librarse de la condenación eterna, no son suficientes y son malas; la segunda cosa entonces es que aquellas tinajas estaban vacías, no tenían contenido alguno de líquidos, y pidió el Señor fueran llenadas con agua, así entonces el sentido comienza a tener un cambio, el agua se relaciona además con la llenura del Espíritu Santo.

En la escritura se señala que el Señor Jesucristo dijo «el que cree en mi, de su interior correrán ríos de agua viva» (Juan 7:38); y todo sería si comiéremos su carne y bebiéremos su sangre, este lenguaje se puede entender únicamente en espíritu, porque de lo contrario ¿Cómo seríamos salvos quienes no tenemos acceso a realizar de hecho estas cosas?, su significado está centrado en participar y creer en el sacrificio hecho en la cruz del calvario por uno solo, quien es capaz de entregar su propia vida por los amigos, por las ovejas (Juan 6:52-56; 10:11; 15:13). También en las escrituras los vasos de barros se usan como figuras de personas 2 Corintios 4:7, una vez que se quiebra, derrama su contenido y muere, el espíritu abandona el cuerpo y vuelve a su creador, el hombre es incapaz de vencer la muerte y esta condición humana no es ignorada por Dios, su condición pecaminosa no puede esconderse de su presencia (Génesis 3:8-10).

El número seis además señala al hombre y lo entendemos puesto que este fue creado al sexto día (Génesis 1:27-31), en general este número representa al mundo en un sentido humano, así entonces en el pasaje estas seis tinajas de piedras parecen ser hombres pecadores, de corazón duro, de condición muy alejada de Dios, para el hombre ha de ser imposible una transformación en ellos, pero para Dios nada es imposible. Estas vasijas de piedra pueden ilustrarse perfectamente en seis pecadores típicos de la condición humana, moralmente decadentes y necesitados del milagro de la salvación, sedientos de ser llenados del poder de Dios para alcanzar la salvación de su alma. (Mateo 19:24-26; Marcos 9:23; Lucas 18:27)

Cada persona mencionada en los capítulos siguientes a este, conoció del Señor Jesucristo de manera personal y Él trató a cada cual conforme a su respectiva condición, ellos por su parte supieron reconocerle y aceptarle, recibiéndole en sus vidas y llenándose de gozo y paz; este es el buen vino del cual hemos participado todos quienes hemos creído en Èl.

El evangelista trata de manera instructiva mostrar la obra del Señor con el tabernáculo de su cuerpo, que es figura de su cuerpo como lo describe hebreos, y además lo es el templo, en el texto del evangelista, el mismo Señor ilustra con la más sencilla alegoría, la manera como habrá de realizar la obra salvadora, el milagro mayor que convertir el agua en vino, de esta manera el Espiritu Santo deja plasmado la manera como el pecador puede acceder a la salvación, justo por «la palabra de ellos».

Podría ilustrarse entonces estas seis tinajas de piedra equivalentes a dos o tres cantaros de barro pueden entenderse como la necesidad del hombre de la obra salvadora del Señor Jesucristo, el diseño de la salvación de Dios, que se revela en el libro del evangelio en la voluntad del Padre, la autoría del Espíritu Santo en la ley, los profetas y los salmos, y la obra realizada por el Hijo, ilustrado en seis pecadores y su relación con su salvador de manera personal, todas ellas relatadas en el libro y dando clara luz acerca del Señor Jesucristo.

También hay

Primer Relato: Nicodemo

Segundo Relato: La mujer Samaritana

Tercer Relato: El paralítico de Betesda

Cuarto Relato: La mujer adultera

Quinto Relato: El ciego de nacimiento

Sexto Relato: La resurrección de Lazaro.

El Tabernáculo de su cuerpo. Jesucristo. Su sangre, el amor. Un mejor vino.

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