Todos buscamos mantenernos vivos, incluso después de habernos ido. Nos importa buscar razones válidas para nuestra existencia y objetivos certeros con el fin de no haber vivido «en vano».
Nunca nadie volvió de la muerte para contarnos que sucede. Es algo que sólo vivirá en nuestro imaginario, pero si tenemos en claro que todos vamos a cumplir un ciclo y dejar de estar en este mundo terrenal. Por esta razón, buscamos ser recordados porque nadie quiere ser olvidado. A nadie le gustaría que se borren sus huellas de su paso por la tierra.
Cada uno tiene su propia forma de seguir existiendo. Algunos tienen hijos, otros escriben o cantan canciones, escriben un libro o hacen algo por la humanidad que se grabe en la conciencia de muchos. Otros serán recordados por sus actos más crueles o sus decisiones desacertadas. Incluso, a muchos de éstos últimos, no les interesa la forma en la cual serán recordados, sino simplemente permanecer en el tiempo.
Para mi es importante marcar a las personas que se cruzan en nuestra vida y seguir vivos en cada uno de sus recuerdos. Creo fielmente que, aunque la vida sea corta, vale la pena vivirla y no puede acabar con una simple muerte y ya.
Seguir estando vivos, incluso después de la muerte de nuestros cuerpos físicos, de alguna u otra forma, le da sentido a todo nuestro paso por este mundo. Somos seres humanos que en esta vida aprendimos cosas, nos llevamos recuerdos y momentos. Sufrimos y lloramos. Perdimos muchas cosas en el camino y ganamos muchas otras. Tuvimos momentos de éxito y de fracaso absoluto. Incluso muchos tuvieron la dicha de cumplir sus más grandes sueños.
Dicho esto, sería una pena que el día de nuestro fin, ya no seamos recordados nunca más. Es como si todo eso que nos tocó transcurrir, no hubiese tenido ningún valor.
Como opinión personal, algo interesante es que atesoremos fotos, recuerdos, que escribamos en algún lugar todas las vivencias que estamos teniendo. Es importante que dejemos nuestra esencia única en cada lugar al que vamos, porque es la única manera de no ser olvidado. Cada vez que alguien tenga en su poder algo que nos ha pertenecido, nos revivirá y vivirá con nosotros cada momento que hayamos guardado.
Si, es cierto que no tenemos el poder de volvernos inmortales como tantos seres mitológicos. Tampoco tendría el mismo valor la vida, si nunca tuviese un fin. Es decir, cada momento se vuelve único e irrepetible porque no tenemos control del tiempo y nadie nos asegura la estadía un día más.
De lo que si tenemos el poder, es de vivir una vida llena de cosas hermosas, con momentos buenos y malos, pero que atesoremos todo lo que sea prueba fiel de que algún día estuvimos vivos. En algún momento se nos van a acabar las oportunidades para poder hacer de nuestro paso por acá, algo inolvidable. Por lo tanto, yo les aconsejo que busquen la inmortalidad en esas pequeñas cosas que, en el futuro, los harán seguir vivos en cada persona que los recuerde, en cada cosa que les pertenezca y en el infinito.
Nadie va a vivir, físicamente, para siempre. Pero sus almas permanecerán, incluso cuando se hayan ido.
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