Realidad: Estar, partir.. despedir

Realidad: Estar, partir.. despedir

Yimy Alvarez

08/11/2017

Mientras Manuelito llora por hambre a su dos añitos, Marta hace una cola interminable para comprar algo y darle de comer a él y a su hermana Natalia. Andrés cobra su primera quincena luego del aumento decretado solo para darse cuenta que el dinero es menos que agua en sus manos.

El abuelo Manuel va a cobrar su pensión y pensando cómo hacer para rendirla. En su día va luchando con su dolor de articulaciones.

Un grupo de políticos en el poder se toman un Whisky pensando la mejor manera de aprovechar un negocio petrolero y sacar buena tajada. Conversaciones amistosas, lujos, acuerdos, buena comida y un muy buen negocio para ellos que saben colocarse donde hay.

La señora Ana llora por su hija Eugenia a la que acaba de despedir en el aeropuerto, uno de los muchos que ya no ven futuro entre las calles de su infancia, de sus recuerdos.

Isabel llora también por su hijo asesinado en el centro de Caracas, unos tipos en moto que ajustaban cuentas y una bala perdida bastó para cambiarle la vida para siempre, en su dolor no reclama ni justicia porque sabe que ahora la justicia es solo una prostituta del gobierno.

Otros políticos afinan estrategias electorales mientras almuerzan un fino salmón en algún lugar reservado de la ciudad.

Alberto va cruzando en bus tres países con el corazón chiquito de dejar a su familia pero con la esperanza de encontrarles futuro.

Verónica que está en primer grado, en alguna escuela de Catia, y es muy inteligente, guarda algo de comida del comedor escolar para llevarle a su hermanito que está en casa solito hasta el mediodía. Margarita y Moisés van a trabajar sin mucha esperanza de que les alcance para la quincena pero hacen lo que pueden para cuidar a Verónica y su hermanito.

Javier y Andrea que ya casi terminan la Universidad están en tierra de nadie (el nombre con el que se conoce a una zona de UCV) con la esperanza puesta en que al terminar la carrera buscarán otro destino, porque ya ven lo difícil que será hacer familia en Venezuela. Sueñan con poder casarse, trabajar, tener su casa y hacer su vida juntos.

Otro personaje aparece en televisión radiando sonrisa, calma y haciendo alarde de su concepto de «paz» y «progreso». Un cinismo nauseabundo es lo que realmente se le ve en la cara.

Marcos hace rato que migró y mira por la ventana del piso de su trabajo en algún lugar del planeta, por momentos se le anuda la garganta, parece que tratara de ver a lo lejos, hasta allá donde están los suyos, allá al norte del sur..

Carmen Alicia se cruza con Luisito en una calle de la ciudad de México, no se conocen pero ya el tiempo ha afinado el oído para saber que es un compatriota.

Elena está en casa de la prima vendiendo unos productos de belleza importados que compró en Colombia, se apresura para estar en casa a tiempo y recibir a Viviana, su hija de 8 años que llega en el transporte de la escuela. Elena vende mil vainas y hace lo que sea para que Vivianita crezca como una niña tan alejada de la miseria que los rodea como sea posible.

El kike está con el beta para esta noche, no cree en nadie como suele decir en su entorno. También tiene un hijo recién nacido y no le importa robar o matar para vivir bien. Siempre dice que la ley es la de sálvese quien y como pueda. Está jugando la ruleta rusa pero no le importa, entiende la vida como un “matar o morir”.

La abuela Gloria mira por la ventana recordando a sus dos nietos que hace dos años que no ve porque fueron a vivir a Europa, el primero con una oferta de trabajo y el segundo ayudado por el primero, una vez que estuvo más estable por allá.

Otro político vocifera en la radio las mismas mierdas de siempre, el cinismo es la constante.

Juan está cumpliendo doce hoy y lo recibió con una llamada de su hermana por WhatsApp ella le mando algo de plata a Antonio, su papá, para que le compre algo al chamo porque hace rato que no tiene unos zapatos nuevos. Les quedó aflgo de dinero a la familia para salir a comerse un heladito por ahí, un lujo que hace rato no se dan.

Y así, muchos recordando en la distancia, otros haciendo las maletas, otros extrañando a los que se fueron y otros quedándose y todos llenos de razones válidas.

A todo venezolano dentro y fuera de Venezuela mi respeto. No sabíamos lo que nos tocaría pero nos tocó. De esto hemos de aprender y el país, más temprano que tarde, será de la gente de bien. Venezuela siempre llevaré tu luz y tu aroma en mi piel…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS