En una tarde oscura, pero cálida, se encontraba un joven llamado Ethan, tenía 17 años, era un joven que vivía en buenas condiciones, en otras palabras, tenía lo justo.
Ethan era un joven que siempre estaba rodeado de gente, tenía un buen circulo social.
Sus padres habían muerto cuando él tenía solo 10 años, vivió cinco años en un hogar para niños, hasta que un viejo con el nombre de Efraín lo adoptó y lo terminó de educar, lo hizo su hijo.
Era un hombre común, como todos, tenía unos 70 años, la casa en la que vivía con Ethan y un viejo auto era de su propiedad.
Ellos se llevaban bien, a pesar de que Ethan había estado solo desde los 10 años.
Desde que Ethan vivía junto con él se había vuelto mucho más sociable.
Un día, como de costumbre, Ethan se despidió de Efraín, su padre, y se dirigió al instituto, todo transcurría como de costumbre, pasadas unas horas de clase recibe una llamada:
– “Hola, buenas tardes, ¿Es usted Ethan, el hijo de Efraín?”. Preguntó un hombre extraño.
– “Si!, soy yo, ¡su hijo! ¿qué sucede?, ¿él está bien?”. Dijo Ethan sorprendido.
– “¡Necesitamos que venga al hospital, lo más pronto posible!”. Exclamó el hombre, apurado.
Ethan intrigado solicito un permiso para salir de la institución, pero no le permitieron que dejara las clases, puesto a que en algunas ocasiones se había fugado con ese pretexto. Él esperó todo el día para salir e ir al hospital a ver a su padre, lo mataba la intriga, tampoco podía llamar para saber cómo estaba él. Su teléfono se había quedado sin pila.
Finalmente llegó la hora de salida, salió corriendo sin parar hasta el hospital, aquel hospital estaba a tan solo a unas calles de su colegio. Corrió y corrió lo más rápido que pudo, hasta llegar.
Cuando finalmente llegó, preguntó en recepción por el nombre de su padre, parecía que lo estaban llevando al sótano del hospital, cuando ya estaba allí abajo, había un doctor esperando. Fue a preguntarle que cómo estaba su padre y el por qué estaba en la parte más baja del hospital.
– “El señor Efraín está muerto”. Dijo el doctor en voz baja.
Ethan se quedó atónito, sin poder decir una palabra, no podía creer lo que había escuchado, lo llevaron hasta la habitación en la que se encontraba el cuerpo, allí lo vio por última vez.
Fue en esa tarde, oscura, pero cálida, cuando Ethan volvía a quedarse solo, aunque tenía y estaba rodeado de varías personas, él se sentía solo, había vuelto a perder su única familia.
Al día siguiente se despertó sin querer hacer nada, sin querer salir de casa, pero pensó: “No puedo quedarme aquí sin hacer nada, es difícil, pero es lo que hay”. Se levantó y se preparó para ir a clases.
Al iniciar las clases, su profesor anunció que llegaría una nueva estudiante, ella entró, como se hacia con todos los estudiantes nuevos, su nombre era Scarlett, su piel era blanca, tenía ojos cafés, el cabello corto y una estatura promedio.
Ella era una chica un poco peculiar, también estaba sola, su madre murió de un derrame cerebral. Pasaron mucho siendo jóvenes, tenían eso en común.
En el momento en que en el que ella levantó la mirada, se percató de que había alguien mirándola fijamente, ella no sabía quién era ese chico.
Por el otro lado Ethan, estaba impactado, sus ojos nunca habían visto a una mujer tan hermosa, los dos estaban intrigados por conocerse, querían saber del otro, no se lo explicaban, pero sentían una conexión, una necesidad de saber. Cuando ya acabaron las clases, se quedaron ellos dos solos en el salón, hasta que Scarlett decidió hablarle a Ethan.
Después de unos minutos ya habían entablado una buena conversación, ya se conocían un poco mejor, o bueno, lo suficiente para ser amigos. Sabían por lo que tuvo que pasar el otro y se compadecían entre sí.
Pasados unos meses ya no solo querían ser amigos, si no que lo querían llevar a algo más, comenzaron a usar la muerte de sus familiares como pretexto para esta juntos, aunque en un principio sabían que eso estaba mal, pero, aun así, continuaron juntos. Con el tiempo dejaron ese pretexto de lado, comenzaron a quererse, a amarse realmente.
Llegaron a un punto en que tenían una buena relación en que todo lo que sufrieron, desapareció, decidieron vivir juntos, así ella no tendría que pagar renta y de esta forma también estarían juntos.
Así paso el tiempo, hasta que Scarlett comenzó a tener problemas de memoria, de repente estaba olvidando todo lo que había vivido, había olvidado quién era su madre y qué le había pasado, fue olvidando todo, de a poco, a Ethan esto lo llenaba de miedo. Fueron donde varios doctores y especialistas, sin embargo, ninguno podía ayudar, sus medicamentos habían dejado de funcionar, el terror invadía a Ethan, en algún momento Scarlett iba a despertar sin saber quién era la persona con la que durmió.
No obstante, paso el tiempo y ella seguía tomando sus medicamentos, aún no había olvidado quien era Ethan y lo que sentía por él. Cada día que pasaba compartían menos tiempo juntos, Ethan salía a trabajar y cuando estaba en casa pasaba el tiempo tratando de buscar una cura para Scarlett, ella sabía que no podría curarse de eso, sabía que en el momento menos esperado iba despertar sin recordar nada, ella solo quería estar con Ethan mientras pudiera recordar todo.
El 21 de octubre del año 1973, Scarlett tenía su cumpleaños número 26, así que Ethan se levantó más temprano que de costumbre, preparo un desayuno para Scarlett, nunca se había esforzado tanto en cocinar algo, consiguió flores y escribió una carta. Puso la carta en la mesa de noche junto con las flores, llevo el desayuno a la cama, mientras tocaba y susurraba tiernamente en el oído de Scarlett, ella estaba despertándose, miro de forma minuciosa a sus alrededores, vio la carta y las flores, pero no dijo nada. Levanto la mirada hacia Ethan y dijo:
– “¿Quién eres, por qué estás acá?”
– “Soy yo, soy tu novio, vivimos juntos hace un año & medio”. Mientras Ethan decía esto, sus lágrimas salían, sin cesar.
Scarlett se levantó, se vistió y salió, no recordaba nada, solo recordaba la cabaña en la que había vivido cuando estaba pequeña.
Ethan sabía todo de ella, excepto eso, nunca le había dicho el lugar en el que residió cuando pequeña.
Desde el momento en el que ella salió de la casa, Ethan nunca supo su paradero, Ethan la busco sin descanso, todo lo que hacía era caminar y preguntar por ella mostrando una foto que tenía en su billetera, la gente decía no haberla visto por los alrededores. Él estaba frustrado, cansado, su alma lloraba, se sentía solo de nuevo, no sentía ganas de nada, dejo sus estudios, dejo de trabajar, por lo cual dejo de tener dinero para su comida. Ahora realmente estaba solo.
Mientras tanto Scarlett, vivió en la vieja cabaña que había dejado su madre, sacaba la comida de los cultivos que ella misma había hecho.
Ethan envió cartas a todos los lugares en que él creía que ella podía estar, jamás recibió una respuesta, Scarlett solo recibió una carta de todas las que él había enviado, por suerte esa carta tenia fotos de ellos juntos, detrás de cada foto había una descripción, cada foto eran momentos inolvidables entre ellos.
Después de un tiempo, Scarlett recupero su memoria, aunque no toda, solo fragmentos y pequeños flashbacks de cuando recién entraba al instituto, lo importante es que finalmente logro recordar quién era Ethan.
Ella también lo busco, pero a diferencia de Ethan, ella se dio cuenta de lo que había pasado con él, lo que aun no sabia era si estaba vivo, fue a la antigua residencia donde él vivía, pero desafortunadamente ya no vivía ahí.
Después de unos meses se enteró de que Ethan había muerto, su causa de muerte se desconocía. Cuando Scarlett se entero de esto, entro en depresión, hasta que finalmente, tomó su propia vida.
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