Siempre nos han descrito la vida como un camino recto que hay que segur hasta el final, pero ¿y si te digo que este camino no es para nada recto?¿si te digo que en realidad está lleno de subidas y bajadas sin ningún tipo de explicación aparente?

Ese camino no es tan fácil como nos lo han pintado. No, no lo es, pero tardamos en darnos cuenta, y cuando lo hacemos, lidiar con ello es bastante complicado.

La vida nos pone rocas con las que tropezar en este camino tan inesperado y ya de por sí desequilibrado, y solo te hace falta saltarlas o arrastrarlas contigo hasta que un día estás rocas puedan más que tú y no seas capaz de salir adelante.

Por eso hay que tener fuerza; la suficiente para poder levantarlas y llevarlas tú a ellas, no viceversa.

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