No fue usual que esto pasara, yo me hacía muchas preguntas ¿Dónde estoy? Era la más recurrente en ese momento.

La enfermedad volvía con frecuencia, no estaba en casa para tomar mis medicamentos , la noche estaba más fría que normalmente, el ambiente era otro, no me sentía seguro en ese lugar, el viento era fuerte, sentía como el roció se iniciaba, tanto en las planta y el los arboles, como en mí.

Me encontraba en medio de la selva, se escuchaba como el agua de su arroyo, rió, lago, corría, como sangre en las venas, pues eso era para la selva, sus ríos son la sangre, que bañan su medio para estar vivió, no podía imaginar todo lo que ahí pasaba; los animales en medio de la noche, algunos descansando como otros asechando; al parecer no somos tan distintos, tenemos algo en común con ellos, pero creo que el hombre es una maquina destructora que todo a su paso lo acaba.

Al amanecer la brisa y los animales que ahí se encontraban me despertaron; camine, entre los árboles, vi todo como un verdadero terror, mi enfermedad volvió y no podía hacer nada, ese miedo, temor a lo que podía suceder; me arranque las vestiduras, rasgue mis brazos, de mi piel emanaba sangre, después no me podía contener, así que me caí por un pequeño barranco, empinado siempre, rodé por su tierra, pero no vi y no caí en cuenta de lo que me esperaba, un gran árbol junto a una piedra, fue trágico para mí. Cuando caí ahí iba con mucha velocidad y fuerza; me golpee con el árbol de fortuna no fue con la piedra.

Al cabo de un rato quede consiente nuevamente, me dolía mi brazo izquierdo, estaba hinchado, tal vez me lo partí dije yo, por el dolor, pero continúe hacia adelante, al bajar de allí, llegue a la orilla de un rió, me abañe, para limpiar la sangre, salí y me senté bajo la sombra de un árbol, a ver como la corriente iba y llevaba hojas secas en sus pequeñas mareas.

Entonces recordé mi cuita, de cómo no podía salvarme de esta enfermedad, es como algo diferente, las voces entran en mi cabeza y no tengo mayor conciencia que recordar lo trágico, esa noche de brisa helada, la ciudad con sus calles llenas de autos, de ambulancias pasando, de prostitutas deambulando queriendo trabajar para cumplir con sus cuotas y por ganar una miserable miga de pan; de un trabajador honrado que a su jefe le vale gorra si tiene hijos o alguna boca que alimentar, de hombres que maltratan a sus mujeres porque tal vez el arroz quedo sin sal, prefieren acabarlas a golpes, pero no ganan nada con eso, el arroz no va a tener sal después de sus golpes, de una estudiante que trasnocha por ganar notas mas no por aprender, porque ahora el número es lo que vale y no el aprendizaje, tal vez por un estudiante que recibe burlas por su físico, enfermedad o inteligencia, por una niña que nunca jugo y fue abusada sexualmente, que ahora trabaja en las calles o está muerta bajo dos metros de tierra, una madre que vela por el bienestar de sus hijos, pero ellos prefieren hacer lo que se les venga en gana, menos velar por la mujer que les dio la vida y los cuido, por un vicioso que prefiere olvidar sus cuitas con un cacho de marihuana, cocaína, LSD, prefiere ver las cosas de otro modo así sea por segundo, para luego regresar al infierno al que pertenecen.

Esas voces que no dejan de estar en mi diciendo que debo y no debo hacer, saber que estoy enfermo y muero poco a poco y en silencio, saber que eso me consume, saber que no puedo dormir en la noche, que eso va a estar ahí aunque a veces no lo vea, pero escuchándolo, sintiéndolo como quiere estar cerca de mí, escuchando sus estrategias, para quererme atormentar y que yo recaiga en ese vacío en ese gran y oscuro agujero del cual no hay salida ninguna, le di cabida, y ahora me arrepiento de que sea así, sufro de insomnio, veo cómo la madrugada va pasando lentamente, y yo con mis lágrimas la despido, un día que llega y nuevo para sufrir, saber que a nadie le importa como estas, que muchas veces son hipocresías las que te dicen solo por hacerte sentir bien.

Qué ironía del ser humano ponerse triste con recuerdos felices, llorara hasta quedar dormidos y al otro día despertar con los ojos llenos de lagañas, pegados e hinchados, ver como tu nariz se pone roja, ver como tus ojos se ponen más claros cuando derramas una lagrima, saber que esa lagrima es salad y no comprendes porque. Hermanos que van a la guerra y nunca regresasen, hermanos que están físicamente pero no sentimental, saber que tus padres quieren el bien y no el mal, somos egoístas al parecer.

Saber que una abeja muere cuando quitamos su ponzoña, saber que lo que te estoy diciendo es cierto, que no es producto de imaginación, que es real ¿Qué harías en mi situación? Saber que quería prostituirme a los once años, es duro verdad, pero claro uno no sabe cómo son las personas en realidad cuando llegas a tocar su pensamiento más oscuro, cuando tomas su corazón en tus manos, cuando desnudas a esa persona, quitas su maquillaje, peluca y queda al descubierto, para saber que no fue lo que parecía ser desde un principio.

No ves nada, estamos cegados a eso; mate a mi esposa con un revolver mientras dormía, pues me engañaba cada noche, se revolcaba en mi cama, mientras que yo me mataba trabajando como estúpido, para darle mejor bienestar; salir a las calles y mezclarme con el frió y el sudor que en ella encontraba, solo por conseguir placer y dinero . Me culpo de eso, pues de ella no me compadezco, pero sí de mis dos criaturas inocentes, mis pequeños hijos, los mate para que no sufrieran, porque en ese momento desparecería de ahí, mi vida quedo aún más destruida, había acabado con mi familia.

En la selva, me interne, porque nadie sabría de mi paradero y quiero morir, pero en manos de ella, no merezco perdón, pero quiero que ella me mate de cualquier manera, muriendo de hambre, de frió, de sed, lo aceptare porque a eso fue que vine, para acabar conmigo y con la voces que hay dentro de mí, para estar en paz arriba, abajo , aquí o donde sea, dejar que mi cuerpo se pudra, se desintegre para que los gusanos me traguen, se coman mi carne viva, que las moscas pongan larvas en mi carne para que surjan nuevas moscas, que la tierra me trague poco a poco para no quedar aquí, que mis huesos se petrifiquen o que se vuelvan polvo, no huiré de la muerte, pues no te tengo miedo y la espero, lo más pronto posible.

No es fácil vivir así, no atentare contra mi vida, dejare que pase natural, en la selva donde nadie sabe lo que ocurre, donde todos piensan que es paz y armonía, donde se relajan, mientras otros le causa reflexión y dolor, saber lo que han hecho mal toda su vida y no hacen nada por mejorarla.

Por eso espero pudrirme, que la piel se me caiga a pedazos, que muera lentamente y con dolor.

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