ES DIFICIL SOLAMENTE LLEGARTE A LOS TALONES

ES DIFICIL SOLAMENTE LLEGARTE A LOS TALONES

Desde muy chico fuiste mi mejor amigo, un confidente y cómplice en todas las pequeñas cosas que se viven en la infancia, pequeñas pero que unen para toda la vida. Me diste un día mi primera pelota, la que se hizo mi fiel compañera en aquel momento, la que lloré como quien pierde un amigo el día que se hizo vieja y no me pudo acompañar más a la cancha.

Alguna vez jugamos juntos, allá en el potrero, yo muy chico y endeble, tú sin tanta técnica pero con mucha garra, ahora lo comprendo todo….sin duda esa garra es parte de la herencia intangible e invaluable que me has dado.

Me curaste de toda herida, raspada, lesión y dolor generado en cada una las salidas al campo sin escuchar nunca un reproche, sin escuchar nunca un regaño, entendiste desde siempre que el amor es lo más parecido a la locura y por eso cuando me enamoré del fútbol, me bancaste siempre.

Vimos muchos partidos juntos, como aún lo hacemos por costumbre. Has sido mi mejor compañía en las dulces victorias y en las amargas derrotas, me decías que un día me iba a infartar viendo a mi equipo y que decía muchas malas palabras, lo cual no ha cambiado mucho, lo que nunca cambia es que has estado siempre ahí, siempre a mi lado, siempre firme.

El día que necesité levantarme del suelo, me serviste de bastón, me secaste las lágrimas, me diste ánimo y me enseñaste a caminar de nuevo, has sido siempre junto a mi vieja una motivación muy grande antes de salir a una cancha, ante cualquier evento o situación de la vida, te he dedicado en silencio todas mis victorias, mis empates y mis derrotas.

Me has dado lecciones grandes de cómo ser un buen hombre, de cómo ser un buen esposo, un buen hijo, un buen hermano, un buen amigo, un buen padre…en todas me declaro en abismal desventaja frente a ti viejo, el mejor de todos, el más grande, nos ganaste en todo y a todos por afano.

Por los regaños, por los consejos, por los besos y los abrazos que espero nunca se acaben, por el aguante que no ha sido poco, por el consuelo, por la guía, por el aliento, por esa complicidad de siempre, por el legado, por nunca soltarme la mano, por cuidar a mi vieja, por el ser humano maravilloso que eres, por eso y por todo lo que no he dicho en estas líneas, como decía el Salmón, ¡es difícil solamente llegarte a los talones!

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