Al retorno de mi viaje, el cual consistía en traer nuevos ganados. Al llegar ya a casa, mi familia me dio la queja que al llegar la noche comenzaban a escuchar algunos ruidos extraños que provenían de los campos, donde se encontraba nuestro ganado y nuestras cosechas, ruidos los cuales no sabían cómo explicarlo, para mi sonaba o sentía que era algo normal, y no nada extraño como ellos decían, porque no faltaba algún grupo de chicos que solían meterse entre las siembras para poder jugarse una broma entre ellos, o en el peor de los casos a nosotros.
De tantas quejas que recibía diariamente, decidimos una mañana ir a presentar nuestras sospechas al único comisario encargado de toda la zona, pero grata fue la sorpresa que nos llevamos al ver que este no hacía nada al respecto, así que solo me tocaba montar guardia junto a mis hijos y mi familia, para espantar a aquellos que pensábamos que causaban los extraños ruidos, y no dejaban de jugarse esas bromas tan pesadas. Llegada ya la noche, cuando mi hijo el mayor llegó a casa luego de su turno de vigilancia, su rostro se notaba todo pálido, ni siquiera podía hablar, su mano le comenzó a temblar, sudaba a chorros, y la actitud temerosa que traía me hicieron saber que algo no andaba bien, incluso puedo asegurar que es más valiente que yo, pero no podía entender bien que pudo causarle tanto pánico de esa magnitud. En ese momento me armé de valentía, agarré mi escopeta y me dispuse a salir de casa, pero las manos de mi hijo tomándome fuertemente del brazo, fue lo que me impidió hacerlo. Otra vez no dijo nada, solo notaba en el más miedo de lo común, sus ojos me advertían de que no fuera, que sería una mala idea, entonces fue cuando decidimos acordar que solo nos íbamos a asomar por la ventana, así él podía indicarme hacía donde debía de mirar, y así fue como lo hicimos.
Al comienzo, solo podíamos ver algunas ramas moviéndose, pero en cuanto “eso” se incorporó y lo llegué a ver, hasta la respiración pude olvidar aquella noche, estábamos viendo a un ser, con un tono de piel algo grisáceo verdoso y contextura flaca, con altura promedio de dos metros y medio, algo que jamás había y habíamos visto en nuestras vidas, parecía que buscaba algo, y en cada paso que daba, más cerca de llegar a la casa estaba, yo atiné a voltear para mirar la reacción de mi familia, yo no sabía, ¿Cómo poder explicarles algo así?, no tenía palabra y respuesta alguna a todo eso, tampoco podía adivinar lo que estaba por pasar.
Con cada uno de mis confusos pensamientos, únicamente le daba más tiempo a esa cosa para que se acercara cada vez más, pasó algunos minutos cuando nos dimos cuenta que ya había llegado al portón de nuestra casa. La mirada de mis hijos se clavaba en la mía tratando de hallar respuesta alguna, yo no pude hacer nada más que solo levantar mi escopeta y apuntarle a esa cosa, pero en dicho momento, la cosa, la cual todos desconocíamos, junto a su procedencia. Comenzó a emitir un chillido intenso con el cual nos comenzaron a sangran los oídos, y por un lapso de tiempo fue que perdimos la razón cayendo lentamente.
Al volver a estar un poco más conscientes de todo lo que estaba pasando en nuestro entorno, solo lo vimos alejarse a aquella criatura en medio del campo, junto a otros como el, hasta que se perdieron en una cegadora luz allá a lo lejos, mi primera reacción fue sacar a mi familia, para salir de aquel sitio, pero las ramas del campo aún seguían en constantes movimientos. Al analizar lo sucedido, no sabíamos con exactitud cuántos habían sido, así que decidí arriesgar todo hasta que amaneciera, todos nosotros teníamos miedo de contar lo sucedido, pero nos dimos cuenta de que aquella noche no habían pasado a visitar nuestra granja, sino de otras personas más a las que nosotros conocíamos, y eso se convirtió en la plática del día.
Se especularon millones de teorías del porque habían venido, hubo personas que trataron de hallar respuesta alguna, para que así pudieran solucionarlo, algunas de las personas regresaron a sus granjas, pero mi familia y yo, decidimos ya no quedarnos, no podía seguir exigiéndoles a ese tipo de cosas. Hace algún tiempo nos mudamos a la ciudad, ahora llevamos una vida tranquila, pero hace unos días nos enteramos en un noticiero de la ciudad de que aquellas cosas que habíamos visto, volvieron y no solamente comenzó a desaparecer los ganados de los habitantes, también había personas desaparecidas, afortunadamente salimos a tiempo, pero aún nos queda algo de temor desde aquel día.
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