INTERNET Y EDUCACIÓN: DIÁLOGO ENTRE FORMACIÓN Y PRÁCTICA PEDAGÓGICA DE CONTEXTO

INTERNET Y EDUCACIÓN: DIÁLOGO ENTRE FORMACIÓN Y PRÁCTICA PEDAGÓGICA DE CONTEXTO

El conocimiento y la tecnología han estado intrínseca a lo largo del decorrer de la historia. La tecnología ha representado un papel importante pero no exclusivo dentro del desarrollo de la sociedad, pues, desde que el hombre sintió la necesidad de facilitarse la vida dentro de la dinámica social, recurrió a la invención y uso de la tecnología. Vale destacar que la tecnología no es propia del Siglo XXI, cada momento histórico estuvo representada por una tecnología adaptada a las necesidades del entonces, hoy se habla de lo digital, pero su antecesor fue lo manual, lo analógico. Internet llegó para quedarse, tanto fue su impacto que la educación no escapa de su prominente posición. Posición que la misma sociedad ha otorgado al darle un lugar bastante privilegiado dentro del contexto de vida.

Internet se estableció como una innovación educativa imprescindible, el acceso a la Red es sinónimo de innumerables centros de información académica, el conocimiento se entretegió con la tecnología de la navegación por internet para formar parte de una nueva forma de enseñar y aprender. En otras palabras,todos nos hemos vuelto Internautas. En relación a esa nueva forma de enseñar y aprender

Al respecto de lo planteado, prevalece un nuevo orden educativo conocido como educación virtual o educación a distancia, la cual se basa basicamente en el intercambio e interrelación de entidades académicas sin necesidad del traslado fisico, por lo que no hay límites geográficos en relación a la distancia.Claro de esta nueva forma de educación no escapan los horarios, las normas, los estatutos legales etc; muchos alegan que es una mejor manera de impartir educación, que la necesidad del cara a cara ya no tiene relevancia para la acción educativa y formadora del docente, pero he aquí el gran reto, ¿Impartir educación o impartir más rápido el conocimiento? La complejidad educativa supone hoy más que nunca, un tratamiento de calidad social y humano a priori del antagonismo que enfrenta el uso y aplicación de las tecnologías de navegación. Enseñar a través de la formación no es el equivalente a la mera tarea de transferir conocimiento, lo que bajo mi criterio, el uso del ordenador sirve en gran medida para la transmisión innata e inmediata del conocimiento pues la necesidad afectiva educando-docente, docente-educando queda en segundo plano o en su defecto no se propicia. La naturaleza humana que requiere una formación social ofrecida a distancia no tiene el mismo impacto cuando se ofrece en viva presencia, puesto que esta incrementa las posibilidades de una verdadera formación ciudadana del educando. El educando a través del ordenador se siente lejos del sentimiento y valor afectivo que como ser social requiere y el docente está en el deber de dar y fortalecer.

Sin duda, internet ha dado grandes aportes a la dinámica de los sistemas educativos, pero a medida que se incrementa el favoritismo por esta herramienta tecnológica, el carácter humano que concierne el verdadero valor de educar y formar va perdiendo espacio. La tecnologización educativa surge como un emergente paradigma que pareciera está sublevando las raíces innata del ser humano dentro de las arcas escolares, es decir, está reesctructurando las relaciones humanas al punto que, da la impresión que desaparecerá por completo y toda interacción e interrelación deba ser a través de la pantalla. Al hablar de una posible deshumanización de la educación radica en el hecho que un acto tan natural como la convivencia humana (Docente-Educando) en términos presenciales, está siendo sustituida por un modelo de comunicación basado en la distancia, lo que en cierto modo trae un impacto negativo de ruptura en las brechas sociales, la cual repercute dentro del colectivo educativo.
La presencia de las tecnologías de la información dentro del contexto actual de la educación, es hoy una realidad que se torna necesaria e importante, pero no exclusiva de la verdadera razón de educar. Una cosa es estar actualizado y tener acceso a una gama prácticamente ilimitada de contenidos, materializar los sistemas de búsqueda y otra muy diferente la relación que se establece entre docente-educando. En base a esto cabe preguntar ¿El uso excesivo de la
tecnología de navegación desnaturaliza las interrelaciones humanas Docente-Educando? Sin lugar a duda cuando se da a la tecnología Red un papel preponderante y la volvemos parte esencial, necesaria y obligatoria de nuestra vida, esa prioridad desdibuja el trato afectivo que requiere las relaciones humanas, entonces, ¿La educación más actualizada es la más tecnologizada?
Quizas uno de las vertiente del uso de esta herramienta tecnológica es la no desmotivación del profesorado al mantenerlo “actualizado” y que es más dinámica e interactiva al momento de la praxis docente, pero, por otro lado cabe la posibilidad de caer en un sistema de mecanización de la educación pero de una forma novedosa. La presencia de este mundo virtual ha pasado a ser una cuestión de muchos análisis e interpretaciones, desde una perspectiva particular, adecuar este sistema tecnológico a los sistemas educativos pareciera ser la prioridad de las administraciones educativas, esto se percibe cuando la mayoría de los congresos, talleres, etc; van dirigido a la formación y actualización de los docentes pero para el uso y manejo de estas herramientas de navegación. En ese sentido, cabe destacar que el dominio y traspaso de contenidos no es garantía de una verdadera formación ciudadana, no se puede dar prioridad al fortalecimiento de la inteligencia y dominio de disciplinas especializadas sin tomar en cuenta las particularidades sociales de los educandos. En ese sentido,
Morin (2000) sostiene que:
El desarrollo de la inteligencia es inseparable del de la
afectividad, es decir de la curiosidad, de la pasión, que son, a
su vez, de la competencia de la investigación filosófica o
científica. La afectividad puede asfixiar el conocimiento pero
también puede fortalecerlo. Existe una relación estrecha entre
la inteligencia y la afectividad .
De acuerdo a lo que plantea el autor citado, es de carácter urgente que la comunicación Docente-Educando sea más abierta a lo afectivo y no sólo informacional. La influencia que tiene actualmente la tecnología sobre los procesos educativos, requieren de un minucioso acercamiento y no lo contrario, si bien es cierto que los sistemas educativos, las instituciones y los docentes, no deben eludir la realidad que ocupa internet actualmente, tampoco requiere ponerla por encima de las necesidades humanas que acompañan la vida diaria de niños y adolescentes. En tal sentido, la tecnologización educativa ha ido cambiando radicalmente la praxis pedagógica, una aparente aniquilación de la reciprocidad pedagógica Docente-Educando restara un ingrediente principal para una exitosa formación humana dentro del proceso educativo. Ese ingrediente principal se orienta a la forma fundamental del contacto con otros seres humanos. De hecho, hace ya más de 2000 años, Aristóteles, definió al hombre como un animal social por naturaleza.

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