El amor no nos hace como el ave fénix, morir y resurgir entre las cenizas…

El amor nos ciega, nos pisotea el corazón, nos lo arranca y arrolla con ansiedades al suelo, riéndose de su caída. El amor, es crueldad de amar, de odiar, de necesitar, el amor es hacernos y recrearnos débiles ante los demás, es amar sin condiciones y sin razón.

Mientras los corazones se revuelcan en el suelo, pisoteados, aprendemos a sentir amor, a sentir engaños, a sentir dolor, y no me digan que solo nos regala sensaciones maravillosas, sonrisas, enamoramiento. No; el amor es el conjunto de todo lo malo y bueno, y nosotros lo conducimos según nuestras expectativas.

Aprendí a amar mi persona, lo hice, aprendí amar a alguien más, lo hice, aprendí a odiar, y me aleje de eso, el odio es un arma letal. Y el amor muchas veces también lo es, pero me acerco a él, me destruyo, y vuelvo a marchar. De lo único que estoy segura es de haber amado, de amar, y de seguir amando la vida. Que es la que me da oportunidades de realizarlo todo.

Tengo recelos del amor, me da y me quita por nada. Me hace insegura, me roba el sueño, me absorbe el tiempo y extrae la respiración. ¿Qué más? Así es el amor. Y ahí estamos todos, detrás, para amargarnos la existencia.

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