Una vez mas hemos sobrevivido a otra predicción del fin del mundo, al parecer cada año se recrea otro mito sobre el fin de la raza humana con argumentos como guerras nucleares, calentamiento global, megaterremotos, meteoritos, calendarios indígenas, creencias religiosas por nombrar algunos. De un tiempo para acá es recurrente el tema lo cual suena bastante curioso en la vida contemporánea, porque gracias a los avances científicos el hombre le ha ido dando explicación a muchos fenómenos naturales que antiguamente lo aterrorizaban, es evidente el miedo a lo desconocido y por ello nuestros ancestros inventaron dioses para cada cosa que no entendían.

Quizás el devenir actual nos esta volviendo frágiles ante la vida, llenos de fobias alentadas por tantos acontecimientos sociales que inundan los noticieros, redes sociales, televisión y demás; vivimos bombardeados por noticias trágicas que nos hacen perder la fe en la raza humana. Si realizamos una visión somera a la breve historia del hombre sobre este bello planeta llamado Tierra, podemos evidenciar que catástrofes naturales siempre han existido muchas de ellas hasta documentadas ampliamente, entonces para que ceder ante el miedo porque este septiembre nos trajo huracanes y terremotos lo cual es muy doloroso evidentemente, pero es normal en la naturaleza. Ahora si analizamos los conflictos políticos históricamente han existido guerras muy sangrientas, extensas y sucediendo una tras otra, entonces para que vivir asustados pensando que un par de habladores como Donal Trump y Kim Jong Un, van a generar una guerra nuclear sabiendo que por ahora este es el único planeta que tenemos para vivir, estúpidos no creo que sean eso si llenos de ansias inagotables de poder. El 23 de septiembre decían que Niburu iba a chocar la Tierra, haciendo realidad una hecatombe de la proporción del meteorito que acabo con los dinosaurios hace ya 65 millones de años, pero aquellos animales bellos por demás no contaban con la cantidad de telescopios y sondas espaciales que vigilan los alrededores del Sistema Solar, entonces la probabilidad que un asteroide se estrelle de un momento a otro no existe o es ínfima, en el momento que una inmensa roca espacial nos amenazara seguramente seriamos testigos de una aventura estilo hollywoodense para evitar dicho choque. Otro tema que preocupa en ocasiones son las enfermedades que se puedan volver pandemias y acabar con millones de vidas, bueno pues tenemos el recuerdo de la peste negra que acabo con 2/3 de Europa en la Edad Media y como toda su acción tiene su reacción fue uno de los factores que posibilito el Renacimiento, una de las épocas doradas del hombre en su historia; no sin antes mencionar que los descendientes de Hipocrates actualmente difícilmente los van a coger con la guardia abajo para permitir que una enfermedad extermine millones de vidas sin conseguir una cura rapidamente.

¿Entonces porque tantas predicciones catastróficas?, sin adentrarnos en teorías filosóficas, religiosas o morales, una respuesta ante esta tendencia la expongo por medio de la gran frase de Jim Morrison “La gente tiene mas temor a la muerte que al dolor. Es extraño que teman a la muerte. La vida duele mucho mas que la muerte. Cuando la muerte llega, el dolor termina”. Es así como tenemos una generación cobarde impregnada por el miedo a los grandes retos y el dolor producido en el camino para obtenerlos, se ha quedado estática, anquilosada en el disfrute hedonista sin un objetivo claro de vida. El fin del mundo es la muerte una acción totalmente individual, no sabemos con exactitud que pasa después si dejamos de existir o no, es mas si lo supiéramos la vida seria banal, entonces hay que vivir intensamente es el único camino.

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