Mi presente figura robusta , alta y radiante hallada en el corazón de un bello campo con un floreado aspecto combinado que desprendía restos brillosos que ablandaban mi dulce rostro dulcineo arraigado a través de las sensaciones internas caídas por el implorante cielo. De repente, el aire me hizo detenerme tal como las raíces del fruto podrido en aguas de inocencia se empotran hacia el elíxir del secreto. Hizo levantarme sucintamente mediante un golpe de brusquedad excesiva provocando a mi cuerpo la necesaria amplitud desarrollada en mi apresurada voluntad humana . Siguiendo su camino , se apareció una figura de aspecto grisáceo con pómulos resaltando efervescentemente en su rostro de apariencia transparente. Con mucho fervor me decía:
– Tal vez mis vibras grisáceas puedan armar tu voluntad uniéndose para encomendarse en descifrar un código que reformará aquellos pecados inevitables surgidos por el hombre- exclamó sabiamente Colbino cual mientras hablaba esparcía una luz casi invisible que engrandece mi rostro hasta convertirlo en un perplejo sentimiento de piedad absoluta en el punto de veracidad total.
Percatando su presencia grisácea , cayó en mi rostro una penosa o casi visible lágrima que me dispuso a responderme hacia mí mismo diciéndome :
– Ojalá aquel código disuelva las buenas acciones y las malas acciones de los hombres sino mi inútil sufrimiento tendrá que tomar fila en la interminable lista de delirios venenosos- dije tristemente mientras el sabio Colbino me sujetaba mi rostro con una mano de compasión que, simplemente, sentía como un efecto dadivoso o tal ves armónico se decidía implantar en mi vida.
!Oh ! !Aquel efecto armónico! !Se disponía a poner mi mano en su nido natural de liviano deseo! Nos dirigimos en una viaje de ríos profundos ya que no sabía la concepción absoluta de aquel código me preguntaba:
– Qué podría ser? – me preguntaba en un aire de impaciencia tremenda intocada por el mismísimo misterio como aquellos días en los que el pecado tocaba mi puerta de vulnerabilidad . Luego , mi hambrienta voluntad le dijo a Colbino:
– Me podrías decir hacia donde se encuentra el código – exclamé con un sentimiento de culpa mezclada junto a los últimos rayos de seguridad . Colbino me dijo:
– Muchas veces ustedes se precipitan con sus palabras dejándolas en levantamiento de aquellos fundamentos retorcidos en falsa belleza ignorando que a veces el que más calla más encuentra – respondió efusivamente Colbino. No obstante mis instintos mortales se alimentaban de la duda eterna sobre si el código sería útil para nosotros. Al cabo de un largo trayecto , el aire se dignó en aterrizar en un paisaje inhóspito , calmado , pasivo y luminoso llamado »El Holino» donde el aire gobernaba los cielos con su bello canto áureo y diligente transformándose en un mensaje audible para mi bella voz. Sin embargo , el aire separó a Colbino de mi figura lanzando sonidos abruptos y unísonos .Colbino me dijo:
– El aire es más sabio que yo aunque cada vez que creas en el código apareceré de lo contrario nunca me volverás a ver- dijo Colbino con un aire de resonancia nostálgica la cual lo hacía convertirse en cualquier niebla confusa e inexplicable.
Enseguida el aire levantó mi figura hacia el celeste cielo !No lo podía creer! !Me encontraba en pleno cielo! Inesperadamente me percaté de un misterioso ser de aspecto rojizo instantáneo , alto con ojos negros de noche que procuraba lanzar pedazos de cristal partidos en mi ausente efecto emocional. La criatura me dijo:
– Tus ganas tan inútiles de creer qué puedes encontrar lo que quieres tan solo es una simple prueba de tu mediocridad eterna – dijo Hulnedo , cual mientras hablaba, que cultivaba en mi inocente pensamiento una planta podrida hecha por la propia muerte generando un dolor insoportable y abyecto.
Me impulsé a ignorarlo para llegar a la consecución del código perdido cuyo periodo de búsqueda me podía volver loco !Oh! !Aquella sensación de tristeza o pérdida armónica! Enseguida Hulnedo me dijo:
– Jamás lograrás romper tu impulso o impaciencia humana ya que el código no existe- dijo Hulnedo haciendo una sonrisa rabiosa e impertinente para mis oídos . En ese momento, le dije:
– Mi impulso , mi impaciencia y mi esperanza nunca existieron- dije con un sonido fúrico y despectivo . Para mi propia sorpresa Hulnedo cayó estrepitosamente del cielo convirtiéndose en el mismo olvido. Después , al tratar de recordar a Colbino , regresó la criatura grisácea que me había guiado por este vasto trayecto . Sin embargo, al aparecer suavemente cambió radicalmente su aspecto rodeado de piedras filosas con un aspecto desafiante o decepcionante . Me repetía incesantemente:
– !Te has traicionado a ti mismo! !Los pecados de los hombres serán imborrables! – dijo Colbino muy entristecido por mi falta de energía positiva . Me digné a responderle:
-!Cómo quieres que adivine un código que… NO EXISTE!! – exclamé con furia recargada en el venenoso sentido de la resignación
Colbino cerró sus agudos ojos provocando que las piedras filosas cayeran de su rostro en una manera pronta y pusilánime . Colbino me dijo:
– !El código es la esperanza al igual que la inicial de tu nombre! !;Écumo! – dijo Colbino con un aire de realismo impenetrable en mi cruda concepción interna sobre mí mismo !No lo podía creer! !Sabía mi nombre! Prosiguiendo Colbino me dijo:
– !La falta de esperanza! !Este es el mayor pecado de los hombres! !La esperanza es lo último que se pierde! – dijo Colbino haciéndome caer y despidiéndome del celeste cielo con un rostro transparente como al principio.
Al caer desde el celeste cielo hasta la amplia tierra caí al suelo sintiendo una piedra en mi corazón. Luego, me dispuse a levantarme decidí regresar a mi hogar enseñándole a mis padres y hermanos sobre el valor de la esperanza .
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