La modelo y el esteta​​

La modelo y el esteta

Esa mañana me desperté con un sentimiento extraño en mi pecho. Las voces en mi cabeza hablaban más de lo normal, me contaban de sus vidas pasadas, claro que eso no importaba pues ya estaban muertos. Caminé hacia el comedor y en la mesa estaba una revista de modas. No suelo leer revistas, no sé por qué estaba allí, pero al acercarme, la modelo de la portada no dejaba de verme. Su mirada era profunda e intensa, los ojos más bellos que había visto. Tomé la revista en mis manos y después de contemplarla unos minutos, me di cuenta de la perfecta curva de sus labios rojos y carnosos. ¿Puede ser que este viendo el rostro de un ángel? Abrí la revista y busqué entre las hojas su sesión de fotos. Observé con cuidado la perfecta silueta de sus curvas dibujadas en el vestido rojo que llevaba puesto; sus zapatos de tacón combinados con el color del vestido moldeaban sus piernas a la perfección. En ese momento Imaginaba con detalles su perfecta anatomía de mujer.

Entonces allí parado, contemplando la revista, comprendí que debía tenerla, ¡claro!, ella estaba allí para ser mía. Por esto yo sostenía sus fotos en mis manos. yo podría crear otro ángel para simular su belleza, sería tan simple como armar un rompecabezas; solamente tenía que encontrar las piezas adecuadas. En la noche me dirigí a un lugar ideal, para buscar mis piezas de ángel, un lugar a donde mujeres bellas van a mostrar sus hermosos cuerpos, listas para ser contempladas. La primera bailarina que llevé a mi departamento tenía la mirada perfecta, los ojos que necesitaba, grandes, risueños, color avellana. Solo tomó un golpe en su cabeza para que durmiera y no volviera a despertar. Tomé una navaja y saqué los ojos delicadamente de su rostro, los coloqué en un frasco y lo guardé en mi refrigerador para que se mantuvieran frescos. Las voces en mi cabeza ahora hablaban de sus anécdotas, como si me importara en lo más mínimo, pero aun así no se callaban, a veces me gritaban, me daban órdenes, como si debiera obedecerlas, como si no pudiera tomar mis propias decisiones, eso me enojaba, y me hacía gritar hasta que ya no las escuchaba. Las voces me obedecían a mí.

AL volver al mismo burdel la noche siguiente busqué el rostro perfecto para mi rompecabezas. A ella tuve que pegarle más de tres veces para que durmiera, hasta intentó escapar de mí. cuando me fijé en su rostro al fin tranquilo, noté que sus labios eran inútiles. A la tercera noche encontré a la mujer con los labios y el cuerpo perfecto para mi ángel. Sonreí, Sobre el comedor tendí con cuidado mis piezas y empecé a formarla. Una réplica perfecta, me faltaba muy poco para tenerla. La tercera noche caminando por el parque, encontré las piernas perfectas con los hermosos zapatos de tacón y entonces estuve listo para finalizar el cuerpo. Después de quitarle cuidadosamente los labios a la primera de las dos, corté las extremidades de la segunda y terminé de colocarlas en su posición. Las voces en mi cabeza celebraban, estaban orgullosas de mi arte, vociferaban de emoción, acabaría de crear mi ángel.

Todo habría sido más fácil si el ángel original hubiera vivido, así no hubiera tenido que crear una réplica. Mientras daba las últimas puntadas, mis manos sangraban y dolían a causa del hielo, Terminé de cocer el último punto en la mano derecha de mi hermosa mujer.

Me detuve y la contemplé, era simplemente perfecta. me alejé un poco para observarla mejor. Las voces pararon por unos minutos, mis manos aun sangraban, pero no sentía dolor alguno en ellas, la verdad no sabía si la sangre provenía de mi cuerpo o el de ella. mi perfecto ángel estaba listo, Al fin había terminado, pero algo no andaba bien. Entonces lo supe, me di cuenta de que nunca podría conseguir tenerla en su totalidad pues la pieza más importante me faltaba, un suspiro. Jamás iba a poder darle vida a mi ángel, se quedaría recostada en su cama de hielo para siempre, inmóvil, intacta y preciosa, tal como una foto en una revista.