Capítulo 1

Sueños

Era agosto, el mes donde inicia un nuevo ciclo escolar, nuevo maestro, nuevos compañeros, otra etapa en la vida en la cual las responsabilidades aumentan y las tareas escolares también. Yo nuca fuí buena para hacer amigos y no sentía la necesidad de hacer amistades. En cuestiones de calificaciones tampoco fui buena, no era el tipo de chica inteligente que tenía el cabello largo, alta, degada y con piel clara como los estereotipos que se escuchan y que algunas veces si es verdad, tuve compañeras así en la primaria, yo era la chica mas chaparrita y la invisible por así decirlo ya que no hablaba con nadie, recuerdo que una vez que hablé con un compañero cuando estabamos haciendo fila para la entrega de tareas y él me empujó.

-Lo siento-dijo con voz gruesa.

-No te preocupes-respondí torpemente.

Y fue la primera y ultima vez que hablé con alguien del salón, tampoco hablaba con los maestros y de suerte que no tenía que hacerlo, los maestros que tuve no se interesaban por los alumnos así que no me perjudicaba que yo no participara en clase.

-Sky- me gritó mi madre desde la cocina . Tenía una sonrisa radiante por las mañanas.

-Buenos días mamá-grité desde la habitación. En seguida me levanté, me cepille y me di una buena ducha. Al salir del baño entré al cuarto y me puse una blusa gris y un short y enseguida caminé hacia la cocina.

-Buenos días Skyle-dijo de nuevo mi madre. Ella caminó hacia el jardín que se encontraba enfrente de la cocina y se sentó.

-¿Qué tal amaneciste?- Le pregunté con curiosidad al ver su rostro triste. Caminé al jardín y me senté junto a ella.

-Bien, soló que extraño cada vez a tu padre cuando se va a trabajar- dijo en un tono suave.

Lo único que pude hacer es sonreír.

-¿Lista para mañana?-dijo un poco más animada.

– Si, estoy muy emocionada por mi primer día en la secundaria-dije sarcásticamente.

-Todo saldrá bien, trata de hacer amigos pero amigos que te ayuden para que no vayas mal en la escuela- dijo guiñando el ojo.

-Trataré de hacer amigos inteligentes para que me pasen la tarea-dije con una sonrisa.

-bien-dijo ella, se puso de pie y se fue a la sala.

Ya era tarde, cuando desde la sala se escuchaba el ruido de las llaves para abrir la puerta y apareció mi padre con una gran sonrisa.

-Buenas tardes familia-dijo, mientras dejaba unas bolsas en la mesa de la sala.

Mi madre salió rápido a su encuentro y lo besó,tardaron como 3 minutos besándose hasta que se dieron cuenta que yo estaba enfrente de ellos. Después nos sentamos juntos en la mesa y comimos una rica lasaña.

-Skyle no te olvides de lavar los platos-dijo mi madre y se dirigió a su habitación junto con mi padre.

Lavé los platos, después me dirigí a la sala y encendí la televisión pero mis ojos empezaron a cerrase y me quedé dormida.

-Skyle-dijo mi padre intentando levantarme.

-¿Que pasó?- dije bostezando

-Ya es hora de ir a la escuela son las 6 am, yo te llevaré-dijo mientras me daba un beso en la frente.

Me levanté, fui camino hacia el baño, me cepille y seguidamente me di una ducha. Al salir del baño me cambie, me puse un pantalón de mezclilla y una playera blanca con unos zapatos negros. Al salir del cuarto encontré a mi padre sentado y en cuanto me vio se puso de pie y nos dirigimos a la puerta. Caminamos como 10 minutos a la escuela la cual se encontraba enfrente de una pastelería lo cual era fantástico ya que me encantan los pasteles.

-Ya es hora-dije sin ganas.

-Lo se, mucha suerte mi niña- dijo con una gran sonrisa que se podía notar el brillo en sus ojos, se despidió con un ultimo beso en la frente y se fue.

La escuela era de color blanco, se podía notar los grafitis en las paredes a pesar del pésimo intento de ocultarlos, todos los estudiantes hablaban y tenían curiosidad por saber que compañeros tendrían y que maestro. Todos hablaban hasta el punto de darme dolor de cabeza. Yo estaba sentada junto a la entrada y veía pasar a todas esas niñas presumidas y preguntando si habrá algún chico lindo pero utilizando un lenguaje muy inapropiado. El perfecto de la escuela sacó una bocina de la dirección y un micrófono. Enseguida salió al encuentro el director quien pidió que todos los alumnos se formaran y así lo hicieron. Dio su discurso que parecía que solo repetía lo mismo y no se daba cuenta de que ya nadie le prestaba atención y cuando terminó, tomó una carpeta y fue acomodando a los alumnos en sus respectivos salones. Cuando escuché mi nombre caminé rápidamente y con nervios, sentí que todos tenían los ojos puestos en mi y que hablaban por mi físico, debo decir que no tenía el cuerpo perfecto, mi cabello estaba amarrado, estatura pequeña y la cara no me ayudaba en nada también estaba gorda, se podía notar que era un balón andante. Cuando entré al salón que me correspondía observe que mis manos temblaban y empezaba a sudar así que trate de ver lo más rápido posible un asiento vació, cuando al fin pude ver uno me dirigí hacia allí y me senté.

-Buenos días chicos-dijo la docente al entrar al salón con una gran sonrisa. Ella era alta y delgada con una piel clara y con cabello color castaño.-Bienvenidos a su primer día de clases, yo soy Teresa y éste año yo seré su docente. vamos a empezar presentándonos -continuo sonriendo.

Todos se presentaron hasta que llego mi turno, me levanté de mi asiento y sentí que las piernas me temblaban y mis manos sudaban.

-Mi nombre es Skyle,tengo 13 años y no me gustan los deportes-dije nerviosa.

-Muy bien,gracias Skyle-dijo la docente con una sonrisa fingida.

Las horas pasaron y luego llegó la hora del receso, me dirigí a la cafetería y vi como todos los alumnos gritaban para que los atendieran, se empujaban de una manera muy agresiva, intenté hacer fila pero nadie respetaba así que con ayuda de mi estatura pude llegar a la barra y pedir mi desayuno, tuve cuidado al salir de toda esa multitud para no tirar mi «desayuno». Sonó el timbre para regresar al salón, terminé de comer, tiré el plato a la basura y caminé hacia el salón por suerte fui la primera en llegar. Terminó la clase y esperé a que todos salieran y finalmente me levanté de mi lugar y caminé hacia la puerta, mientras me dirigía a la salida de la escuela en pasos de tortuga observaba a los alumnos y fue ahí donde vi aquel chico, él estaba sólo y tenía entre sus brazos su mochila roja de marca NIKE, me quedé ahí de pie a una distancia suficientemente buena para que él no me viera, se puso de pie y fue donde pude observar que era alto, tenía el cabello más lindo que jamás había visto, caminó al lugar donde estaba un grupo de cuatro chicos, se saludaron, en su rostro de él se notó una sonrisa y en ese momento sentí una gran necesidad de ir corriendo y abrazarlo, quería conocerlo, saber todo de él. Sentía que cupido me flechó y al darme cuenta de que me veia patética seguí caminando, al llegar a la salida me di la vuelta con la esperanza de que él me hubiera visto pasar y notaria algo especial en mi pero no fue así. Al llegar a casa vi a mi madre arreglar el jardín y al verme sonrió.

-¿Cómo te fue cariño?-preguntó muy entusiasmada.

-Cre que bien, ya sabes lo de siempre, decir nuestros nombres y esas cosas-contesté mientras dejaba mi mochila en la silla.

-Hum, supongo que en esta semana empezaran a ver el método de calificar, por cierto es ¿maestra o maestro?- Preguntó con una leve sonrisa.

-Maestra- repondí sonriendo.

-Bien, ¿ya tienes hambre? para que te sirva-dijo mientras caminaba hacia la cocina.

-Por supuesto-contesté con una sonrisa.

Ya era de noche cuando regresó a mi mente aquel joven, la imagen de su rostro al sonreir, la manera de caminar y me preguntaba como sería su voz, quería verlo de cerca y notar el color de sus ojos, quería saber como es su comportamiento, quería saber todas sus manías, quería descubrir todo sobre él y ser la única que realmente llegue a conocerlo. Me sentí decidida a hablar con él, ser su amiga y llegar poco a poco a su corazón, hacer que él vea algo especial en mi como esas películas románticas donde el chico ve que ella tiene algo diferente y la hace ser única lo cual él tiene la necesidad de estar con ella. Esa misma noche me idealicé muchas ideas las cuales me daban esperanzas para estar con él. A la mañana siguiente me levanté mas temprano y me alisté para ir a la escuela, me dirigí a la recamara de mis padres y deperté a mi papá para que me lleve a la escuela. Al llegar a la escuela se despidió como de costumbre y se fue. Cuando llegué al salón no había nadie, esa era mi gran virtud, ser puntual, así que tuve tiempo para elegir mí asiento y entonces llegó una chica morena, alta y de ojos color cafés y me saludó con una sonrisa. Después empezaron a llegar más alumnos y buscaban asientos, cuando todos ya estaban sentados la docente llegó y nos dijo las instrucciones para las tareas y así se pasó las horas en la escuela. Cuando sonó la campana para el receso, mis ojos buscaban al chico pero desafortunadamente no lo encontré y solo caminé hacia la cafeteria para comprar mi desayuno, comí y regresé al salón. Cuando sonó el timbre de entrada, la docente llegó y dijo que haríamos una actividad en equipo y aquella chica morena de ojos cafés me dijo que si quería hacer equipo con ella y acepte, me dijo su nombre, se llamaba Kati. La actividad terminó justamente cuando sonó el timbre de salida. Al llegar a mi casa realizé mis respectivas tareas.

-Hola-me dijo con la sonrisa más hermosa del mundo.

-Hola-dije torpemente y con los ojos de plato.

-He visto que me observas mucho y quisiera saber ¿por qué?-me preguntó aún sonriendo.

-Bueno yo…emmm… yo…jaja, buena pregunta-respondí sonrojada.

De repente aquel chico se desvaneció lentamente y me deperté de aque pesado sueño. Conforme pasaba el tiempo en la escuela me interesaba saber mucho más de ese chico, realmente me gustaba, no lo conocía pero sentía que no era necesario hacerlo, se que con sólo hablar algún día con él podría llegar a desmayarme, aunque suene muy patético pero me sentía de esa manera, dicen que el amor a primera vista no existe pero ese día comprobé que eso es falso, si existe porque me enamore y para algunos suena patetico que una niña de 13 años diga que se siente enamorada y es más patetico que sea de un joven que no conoces pero es un sentimiento que se da, los adultos alguna vez se enamoraron y hasta hicieron tonterías y así me sentía, tontamente enamorada.

En la escuela se realizaba una pequeña fiesta de navidad, se hacían bailes y todos se vestían con ropa roja o verdes,con bufandas, se adornaba la escuela con materiales navideños y después se proyectaba una pelicula. Cuando se estaba proyectando una pelicula que nos enseña la importancia de la navidad, pude ver que él estaba sentado en la primera fila con sus amigos, tenía la camisa roja, pantalón de vestir con zapatos negros y un gorrito, se veía muy lindo. Me levanté de mi asiento y me caminé donde estaba él pero antes de llegar a esa fila, retrocedí, no sabía como iniciar una conversación con un chico y me imaginé haciendo el ridículo así que mejor me quedé en mi lugar viendo la pelicula y alado de mi estaba Katia.

-¿Por qué te ibas? ¿te doy miedo?-dijo soltando carcajadas

-No, por nada-dije con una leve sonrisa.

-Hum, ¿viste a alguien?-preguntó con curiosidad.

Estaba pensando si debía decirle, creo que me ayudaría contarle a alguien sobre mi situación y así saber cual es su opinión.

-Es un chico y me gusta-dije con brillo en los ojos.

-Uhhh que lindo y ¿cómo se llama?- preguntó con más curiosidad.

-Ese es el problema, no se su nombre ni nada sobre él- respondí tímidamente.

– Él ¿está aquí?- Preguntó alzando las cejas.

-Siii-respondí con una gran sonrisa.

-Uhhh y se puede saber ¿quién es?-dijo mientras miraba de un lugar a otro como si fuera una suricata.

– Es el que se encuentra en aquella fila, a lado del chico que tiene un tatuaje en el cuello.

-¿Eitan?-dijo sorprendida.

-¿Qué? ¿se llama así?-pregunté ilusionada.

-Estamos hablando del mismo, ¿no?-dijo riéndose.

-Supongo, es el que tiene el gorrito -respondí mientras señalaba en la primera fila.

-Si, es Eitan, estudiamos juntos en la primaria, era mi mejor amigo-me explicó mientras me daba un codazo.

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