«Estás haciendo lo mismo que tu padre, eres igualita a tu madre»; en verdad cuantas veces escuchamos estas palabras de nuestros padres, tíos, hermanos, primos, amigos en fin de tantas personas, una ralidad, no es fácil quitarse la sombra de nuestros padres, si somos menos, iguales o mejores que ellos siempre estará presente la figura de tu padre o tu madre, «no eres mejor que ellos, los has superado, pero nunca como los que te dieron vida», simplemente nuestras acciones llamaran algún recuerdo que diga «me vienen a la mente tus queridos viejos». Es tan difícil, es decir, imposible escapar de su sombra, lo mismo que intentar borrar un rastro que esta firmemente adherido por lo que, hasta el final de tus días te seguirá.
Pero pensemos en lo positivo de esto, que en verdad no existe nada negativo, lo que somos lo somos por nuestros padres, aún si alguno de ellos no aporto nada para nuestra formación según nuestro criterio, estamos totalmente equivocados, quien te formo como persona no fue precisamente la que te educo con palabras y ejemplo, él o la que te hablo de valores y los inculco en tu corazón, hay mas en eso, pensemos y reflexionemos en lo siguiente:
Brisilia, una niña de apenas 8 añitos de edad, era la más destacada de su clase, esperen, no de su clase únicamente, de toda la zona escolar, era increíble la popularidad de esta jovencita teniendo todo a su favor, en verdad hasta los mejores envidiaban su inteligencia, las otras niñas su belleza tanto física como espiritual, moral, su empatía en fin, toda clase de cualidades que una persona pudiera tener, igual decir de su familia, los padres de la pequeña eran un gran ejemplo para la comunidad, ahora sí que se podría decir «los mejores».
Pero algo cambió, a la edad de 15 años a esta hermosa adolescente se le vio embarazada y antes de los 16 ya era mamá, pero no es el fin de la historia, se descubrió que desde los 10 añitos inicio su adicción a los narcóticos y a su vida sexual, ¡increíble, ¿una niña?!, tal como lo oyen; no es de asombrarse, el curso que lleva esta vida orilla a las criaturas a ello sin necesidad que medie una situación de alto impacto negativo en su vida, es la influencia de este mundo que, como dominada por una fuerza invisible, los obliga a cometer acciones que ni siquiera imaginaríamos; algo atrapó y envenenó a nuestra querida Brisilia.
Capturada en la oquedad de sus desviaciones perdió todo lo que tenia, su esencia como persona al momento que sus valores gravados como marca candente en su corazón se cubrieron con una capa gruesa de permafrost, fue tal su exterminio que no pudo ser capaz de dirigir su vida, menos la de su pequeña hija, por lo que los padres de Brisilia se hicieron cargo de su nieta, la criaron como su propia hija.
Al llegar a los 30 años de edad esta pequeña a quienes llamaron sus abuelos Escarlette, se hizo de un gran nombre y fama, llena de todo tipo de cualidades al igual que su madre Brisilia, una gran mujer a la que todos querían, no solo por su belleza, apoyaba, ayudaba y abogaba por los mas necesitados, los valores enseñados, inculcados y heredados, jamás se han congelado debido a su corazón que figurando un volcán activo con una fuente infinita de lava lo mantiene en constante erupción.
¿Qué formó a esta gran mujer?, sorprendente que parezca, su madre, sí, Brisilia, Escarlette la amaba profundamente, con todo su corazón; cuando Brisilia la abandono en manos de sus abuelos nunca se preocupo por ella, debido a su vida disoluta de vicios y adicciones, ¿qué le podía inculcar a su pequeña?; Escarlette tomo como ejemplo a su progenitora haciéndose fuerte con sus debilidades, por así decirlo fue una lámpara en su camino que iluminaba todos los abismos e imperfecciones de ese sendero que ella tenía que evitar, los anti-valores los convirtió en valores, gran enseñanza de vida; no fue la instrucción oral de las personas que la criaron si no el desatino de la vida de su querida madre, y que mediante su sangre en el periodo de gestación trasmitió lo mas sublime de la vida protegiéndola de la escoria que contamina a esta perdida sociedad.
Más allá de la vida relajada que lleva Brisilia, Escarlette entendía a la perfección que su madre fue solo víctima de las circunstancias que la rodearon en su momento, quedando atrapada en una prisión de la que ya no pudo salir, si se le brindo o no la ayuda, si la pidió o no, si la acepto o rechazó, eso no importa, lo que realmente se valora de esto es la gran lección y enseñanza de vida que le trasmitió su madre Brisilia a Escarlette quien la sigue amando con todo su corazón siguiendo a su lado cual debe ser de una verdadera hija. Es la razón por la que cuando se le pregunta «¿¡qué te ha enseñado tu madre!?», ella siempre responde «lo que soy ahora se lo debo a la mujer que me dio a luz, que sacrificando su vida salvo la mía»
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