Este abismo tan insondable.
Solo perdura el verso que cura y es amable.
Solo servía el papel como refugio.
Solo sanaba el artificio mientras crecía el suplicio.
Una muerte tardía, un poco de abuso,
un patético esfuerzo difuso es lo que había.
Aquí no valen juegos de palabras:
que la palabra está en juego.
Que luego no hay coherencia.
Que la cordura nunca ha creado.
Y si creás, caés en demencia.
Que lo arrítmico es más divertido.
Que me desangro a gusto.
Que no hay poesía sin herido.
Que se hace belleza del susto.
Que si no has muerto, no has vivido.
Si querés que viva, dejame morir.
Si querés que suba… dejame sufrir.
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