En los platos vacíos de la mesa de anoche me encontré.

Y no supe quererme ni tampoco cuidarme, y no pude verme reflejada ahí.

Me perdí de golpe, sin mucho cuidado, caminando a ciegas fue que me caí.

Tengo alas débiles y un suspiro en medio de tantas palabras que una vez tragué.

No logro el olvido porque resplandece todo aquel dolor que no superé.

Hoy lloré por todo porque no podía encontrar color en el jueves gris.

No sobraban frases ni ningún paisaje que me permitiera esconderme de mí.

¡Cómo cuesta a veces ver ese reflejo!

Voy hablando siempre del espejo interior (hecho de alma viva).

Me duermo acostada, me siento pesada.

Mientras choca el viento contra mi ventana.

Sacudida del telón, cortina blanca. Nada es eterno.

Gritos como ecos sonando lejos.

Despertame

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