El tejado y el cuervo

El tejado y el cuervo

Kevin Duran

12/09/2017

Era un cuervo que paseaba por las calles frías y vacías acompañado de un invierno que me reconoció como protagonista en esta historia. Era un personaje principal muy tonto, vanidoso y crédulo que se divertía resbalándose en diferentes tejados que muchas veces tenían dueño, amante del peligro y de lo inesperado, pero que se victimizaba de lo que le sucedía cuando el infortunio golpeaba su pico.

Creía que al posarme esporádicamente de tejado en tejado, en alguno encontraría un propósito para quedarme o un abrigo para calentar ese frio que siempre me acompaño, pero estaba muy equivocado. Solo perdía plumas con cada desliz que tenía con un tejado, muchas veces eran pocas pero otras veces eran las suficientes para dejar marcas, hasta que un día apareció ese tejado.

Ese tejado fue abrumadoramente tentador por cómo se miraba desde fuera, si tan solo no hubiera excedido el interés que deposite en algo tan superfluo, nada de esto habría ocurrido, pero no mire dentro para descubrir su naturaleza solo me impresione con su fachada. Estuve mucho tiempo bajo su abrazador calor creyendo que la fuente que había encontrado jamás terminaría, ella aprovecho este falso y tonto pensamiento para arrancarme todas mis plumas, lo hizo muy fácil al estar tan sedado de su inmundo calor que también se lo otorgada a cualquier criatura por más repugnante que sea. Me hizo dependiente e inofensivo un total desecho de cuervo, no servía ni de comida para los gusanos.

No frecuente los otros tejados y terminaron por olvidarme, creí que no los necesitaría más, pero fue un gran error. El tejado al llegar el momento indicado me lanzo fuera de su ilusión de manto protector, el frio lejos era más fuerte y doloroso se sentía como si la muerte se acercase. El tejado amaba desnudar cuervos y dejarlos desprotegidos, eso aumentaba su retorcido ego para regodearse como un mejor tejado que los demás.

Sin nada de valor y sin lugar donde ir no tuve más elección que morir en lo profundo del extraño frio de ese invierno. Pero fue hermoso revivir impulsado por el propósito de venganza una justa y cruel venganza. No actué del mismo modo que el tejado, yo fui más directo y punzante.

Pasaron muchos inviernos, logre hacerme más fuerte cociéndome plumas ajenas esforzándome en que mis nuevas plumas sean más fuertes y resistentes para que ningún tejado mal intencionado pueda arrancarlas y dejarme indefenso de nuevo. El miedo a ser otra vez expuesto a la hostilidad de los demás me hizo un plumaje torcidamente hermoso. Ya no sentía frio y no necesitaba refugio alguno, pero sabia que debía ir a visitar a ese tejado.

Tenía que agradecerle todo lo que me hizo sufrir, porque gracias a eso pude tener el calor que siempre quise. Como regalo me propuse llevar el sufrimiento al tejado, le daría la misma bendición que me otorgo para crear el nuevo yo. Pero mi enseñanza maldita seria lo suficientemente buena o para que jamás vuelva a estar completa.

Esta mañana llegue a la ciudad y pase por los viejo tejados disfrutando de cada uno de ellos, pero fueron los postres tú fuiste la cena. Tejado, Tejado, Te- ja- do, jamás pudiste cambiar cierto. Espere tres horas para que dejaras a ese pobre cuervo desnudo y se retirara sintiéndose mal. Fui, te viste y no pudiste resistirte a mis nuevas plumas me diste calor mucho calor, nunca sospechaste que ya no tenía frio, pero si un pico afilado que busca insaciablemente tus ojos y vaya que los conseguí ahora los llevo en este frasco.

Tejado HIJA DE PUTA, ahora solo me puedes verme a mí.

El homicidio se registro este miércoles a las 14 horas en la ciudad X entre las calles K y D, el cuerpo hallado sin vida pertenecía de una mujer de 25 años, cabello negro y de 1.70 cm, tenía varias heridas en el cuello producto de un objeto corto punzante, sus ojos fueron extraídos y hurtados la única pista hallada fue una nota dejada al pie de la cama.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS