Es de humanos quejarse. Pero es de valientes no quedarse ahí.

Es de humanos quejarse. Pero es de valientes no quedarse ahí.

Waren

15/06/2020

Es de humanos quejarse de un mal día, de una mala racha con un compañero, de un mal gobierno, de un mal comportamiento de alguien, de una vida que ni si quiera es tuya, etc. 

Resulta que lo reflexioné porque una amiga me platicó que encontró el trabajo de su felicidad, y gana muy bien en ello. Y un día le pregunté cómo se encontraba y me contestó que está ocupada todo el día, y que llega tarde a casa y se levanta temprano todos los días. Y yo le respondí, que no está mal, significa que le estaba yendo bien por mucha clientela que tenía y más porque es el trabajo que le gusta. Y ella me respondió, que es verdad, le encanta. Pero me puse a pensar que tiene todo el derecho a quejarse, porque seguimos siendo carne humana y aunque encuentres tu trabajo ideal sigue siendo cansado llevar una cierta rutina que requiera de tu energía. Y desahogarse es necesario.  

Yo atravieso por un cambio espiritual a mi persona y mis pensamientos. Y tenía la creencia de que mientras menos me queje lograré adaptarme y llegar algún día a no quejarme nada en absoluto. Pero para ser sincera, me resulta abrumador el saber que la vida no es felicidad las 24 horas del día, ni todos los días. Guardar las molestias que todos traemos, es algo bastante difícil. Y aún así, no dudo que exista alguien que sí lo haya logrado. Pero la mayoría no logra, y ¡esta bien! 

Somos humanos, y somos seres imperfectos por naturaleza. Sólo Dios y su hijo Jesús, son seres perfectos en el universo. Pero no por ser imperfectos significa igual a desilusión eterna en nuestra vida. La verdad es que se torna divertido cuando lo sabes y te diviertes a crear tu vida a tu manera sin miedo al perfeccionismo. Ya que si lo haces consciente verás que te despreocupará el tratar de serlo. No lo intentes. Te decepcionarás porque te equivocarás en ALGO. Pero el error que te pase solo lo aprendes y continuas. Como todos los guerreros. 

Ahora, quejarse, es de humanos. ¡Quéjate! Quéjate todo lo que quieras con quien quieras. Sólo un consejo, no vayas a convertirte en la persona que se queja día y noche con todos porque te aseguro que no te dará buena reputación (si es que te importa), además, ponte a pensar ¿quién quisiera estar cerca de una persona que se queja de todo, todo el tiempo? Nadie. Sólo los psicólogos tienen la capacidad de aguantar profesionalmente. Y aún así no quieren llegar a casa para encontrarse la misma energía. Pero una forma de desahogarte es si lo escribes, o lo dibujas, o lo conviertes en cualquier arte que te guste. O bien si lo decides platicar con alguien para desahogarte, hazlo. Solo que aquí parte la diferencia de no quedarse en la queja, si no en mejorar el aspecto que te molesta. 

Un ejemplo:

Si te quejas y quejas todo el tiempo de como el vecino hace mucho ruido todos los días. Captas la queja y lo resuelves con una llamada o visita directamente con el vecino a llegar un acuerdo con el ruido, o puedes poner música en tu hogar y te concentras en tu espacio. Simple. Te quejaste pero no te quedaste ahí, lo resolviste.

Yo me quejo de mi saturación mental que a veces me invade, pero lo reseteo cuando hago algo en movimiento como bailar o incluso meditar. Regresa mi paz mental.

Para todo hay solución si la buscas. Hasta para algo externo que pude que no esté tus manos pero eso depende en cómo lo cambies mentalmente para que no te quedes en estado de irritación y enojo. Desvía esos pensamientos a algo que te inspira o que creas. Y serás todo un PRO.

«Imagina hasta dónde podrías llegar»

Tu compañera escritora, Idalia Waren. 

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