Escuela, Poder y subjetivación

Escuela, Poder y subjetivación

Escuela, Poder y Subjetivación

Categorías espacio-temporales y socialización escolar:

Del individualismo al narcisismo

El proceso en el que se ha desarrollado la pedagogía en las escuelas ha mostrado repercusiones negativas y poco positivas. Tal vez pueda parecer que el interés por estudiar la psicología de los niños para orientarlo en el plano educativo para el desarrollo de su desempeño en el mundo social, es un asunto plausible. Pero dentro de ello hay un trasfondo que no hay que considerar abstracto tras ello que implica a la utilización de la educación como un medio para llevar a cabo un dominio social. Las pedagogías correctivas, afirma Varela, han pronunciado el camino del dominio social desde el ámbito de la psicología individual. El capitalismo subversivo ha sido el que ha controlado el campo de la educación a través del interés por la subjetividad, lo cual ha tornado a los individuos como eternos narcisistas, los cuales no viven en libertad por un bien social, sino viven bajo un poder por un bien particular que va de la mano a un interés común: el consumismo.

Muy bien afirma Varela al afirmar que “la misión del maestro es precisamente acondicionar el espacio y el tiempo para dar forma y sentido a esas actividades(…) una de las finalidades de la escuela primaria es organizar el medio de manera que el niño encuentre en él los estimulantes adecuados a sus tendencias favorables” ( Pg. 173). Pues la educación tal vez ha llevado las buenas tácticas para un fin un tanto mal intencionado y egoísta, en un primer lugar porque coartan la libertad de los individuos y por otro porque causa repercusiones negativas en el ámbito social y psicológico, como también político y económico. Pues “el control que ejercía el maestro en la enseñanza tradicional a través de la programación de las actividades y de los exámenes se desplaza, por tanto, ahora, haciéndose indirecto, a la organización del medio y el objetivo al que se tiende ya no es la disciplina exterior, producto de un tiempo y espacio disciplinarios, sino la disciplina interior, la autodisciplina, el orden interior, un orden que trasciende de lo físico para alcanzar el nivel mental” (Pg. 175) sin embargo, ello no ha implicado un cambio político social, porque a lo que se atiende es a crear más individuos que se amolden al interés espacio-temporal del poder. “Frente al poder disciplinario, característico de las pedagogías tradicionales, el psico-poder, característico de las pedagogías psicológicas, se basa en tecnologías cuya aplicación implica una relación que hace a los alumnos tanto más dependientes y manipulable cuánto más liberados se crean” (Pg. 184). Pues lleva implicado el culto a la personalización que se ha manifestado en las sociedades apáticas donde sólo se interesan por su particularidad antes que el funcionamiento social. A través del poder, la psicologización y pedagogización de los saberes ha incidido en el declive de la humanización. Pues “el mundo de los afectos y de los deseos parece, pues, predominar en este tipo de subjetividad cerrada, para la cual el amor, la amistad, la generosidad, el trabajo bien hecho, la confrontación de los deseos con las realidades, y las posibilidades de comprender y transformar el mundo que nos rodea parecen alejarse cada vez más…” (Pg. 185). Se ha creado seductoramente una sociedad ligada más “a la identidad como yo que a la identidad como nosotros” (Pg. 187), donde “han desaparecido las pasiones políticas, se han psicologizado y burocratizado las decisiones, prima el nivel de vida sobre la calidad de vida, en fin, donde no sólo los niños sino también los adultos se han convertido en seres ‘egocéntricos’ ” (Pg. 188). Dicha teoría me trae a referencia unas clases de introducción premilitar del cuatro año diversificado, donde el docente impartía los objetivos y a la vez intentaba inculcar sus ideales y posturas políticas a los alumnos a través de la crítica del gobierno actual de la época. Pues ello es muestra de un interés particular donde se priva la libertad crítico reflexiva del alumno aprovechando su capacidad psicológica aun moldeable. Pues si se toma un niño desde pequeño y se le empiezan a inculcar ciertos valores particulares pues esto los tomará como suyos a lo largo de su vida, pero bien se sabe que esa moralidad que posee, no proviene directamente de sus intuiciones sino de las costumbres arraigadas de la cultura creada en la escuela, la familia, la comunidad, etc.

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